La importancia del autogobierno en la Universidad

Tras los casos sobre plagio acaecidos en la Universidad Rey Juan Carlos y los presuntos abusos, un fantasma ha empezado a sobrevolar la integridad de la universidad pública en España. Diversas voces, ajenas todas ellas a la universidad, han dejado caer que este tipo de problemas tendría fácil solución con un sistema menos autónomo. Defienden estas voces que el control por parte del Estado u otras instituciones políticas ayudarían a una situación de calma y tranquilidad que parece no encontrar la Universidad en esta época tan convulsa.

Hay que tener mucho cuidado con estos cantos de sirenas, pues son palabras envenenadas que hacen un flaco favor al gobierno y estructura de las universidades españolas. Incluir instituciones externas en nuestros centros más allá del Consejo Social, supone una pérdida de autonomía flagrante y que solo puede llevarnos a una situación de sumisión donde la investigación y la formación se vean cercenadas en pos de una formación meramente académica que forme trabajadores y no personas. Más aún, nos preocupa que este tipo de fantasmas ataque directamente a la representación estudiantil, sector que suele ser quien peor (y antes) suele salir parado cuando se intenta acabar con los procesos democráticos de la Universidad.

Cuando se intenta acabar con los procesos democráticos de la Universidad, se pone en riesgo la representación estudiantil.

La representación estudiantil debe de ser una de las estructuras más importantes para la Gobernanza Universitaria. Es importante que los estudiantes dispongamos de estructuras propias de representación a todos los niveles, sin influencias externas, que permitan ejercer nuestra labor de manera libre y democrática. Es necesario que en todas las universidades exista un máximo órgano de representación estudiantil para cumplir con lo dispuesto en el estatuto del estudiante universitario, algo que a día de hoy no ocurre en todas las universidades españolas y que puede agravarse de manera preocupante si perdemos esa autonomía que tantos años y tanta lucha nos ha constado lograr.

Es fundamental que los estudiantes tengan este órgano donde puedan trabajar unidos y así defender su visión de la universidad. Hay que defender el modelo de representación estudiantil basado en MOREs (máximo órgano de representación estudiantil de una universidad), formados por estudiantes de los órganos de representación de la universidad y de los centros, para articular una representación vertebrada y organizada. Además, es indispensable que los estudiantes estén presentes en todos los órganos colegiados de la universidad con la representatividad suficiente para poder influir en la toma de decisiones.

En la actualidad, el papel del estudiantado es meramente testimonial.

La dificultad encontrada por parte de los MOREs y de los representantes estudiantiles en los órganos de gobierno para poder influir en la toma de decisiones, hace que en muchos casos los estudiantes nos encontremos alejados de un sistema del cual no nos sentimos parte. Ha sido en los últimos años tarea de los MOREs reivindicar su papel dentro de la estructura de las universidades como máximos representantes del estudiantado, así como concienciar a toda la comunidad universitaria de la importancia y el respeto a estos órganos como vía de canalización de sus reivindicaciones.

Por todo esto, es necesario implantar progresivamente un sistema de gobernanza donde se refleje la diversidad que tenemos en nuestras universidades y que apueste por un rol activo del colectivo estudiantil. Un sistema alejado de interferencias externas -que cuente de manera real y no de forma somera-, con la voz de las personas que sostienen uno de los más principales pilares de la Universidad Pública y de Calidad.

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