Un enfoque moderno de la empleabilidad: el «Barómetro 2015»

Aunque en Bolonia ya se hablaba de empleo y empleabilidad, su inclusión en la agenda universitaria de Europa se oficializa en las prioridades marcadas por el Consejo de Ministros de Londres, en 2007, y aunque éste no es un tema nuevo para las universidades españolas, es en los últimos años cuando empieza a cobrar verdadera importancia en el ámbito de la política universitaria.

Sobre la empleabilidad se han formulado diversas definiciones y, hasta el momento, continúa siendo un concepto abierto, en permanente revisión y actualización, que no debe ser confundido con otros como son la inserción o el empleo, aunque estén estrechamente relacionados.

Un enfoque moderno de la empleabilidad la definiría como la capacidad de obtener y mantener un empleo, de integrarse y desenvolverse en el mercado laboral de forma adecuada, y de que los puestos que se ocupen a lo largo de la carrera profesional cumplan con algunas características y condiciones relacionadas con el salario, la responsabilidad, la satisfacción, la adecuación con los estudios, entre otras.

El Barómetro de empleabilidad y empleo de los universitarios en España, 2015 del Observatorio de Empleabilidad y Empleo Universitarios (OEEU) presenta una aproximación al estudio de la empleabilidad desde esta óptica, incorporando la medición de variables relacionadas con la satisfacción, la trayectoria formativa, la trayectoria laboral, la adecuación entre formación y empleo desde las perspectivas del ajuste vertical y el ajuste horizontal, el dominio de competencias relacionadas con la búsqueda de empleo, y la valoración del nivel propio, del nivel aportado por la formación universitaria y del nivel requerido en el empleo de un conjunto amplio de competencias genéricas.

Esta herramienta aporta valiosa información no solo para los egresados y los futuros titulados universitarios; para las universidades es un medio para valorar, entre otras cosas, en qué medida están desarrollando su modelo educativo en sus estudiantes, dónde están los puntos débiles en el desarrollo de competencias, el nivel de satisfacción respecto a la formación recibida o la valoración de sus metodologías educativas. También, para las universidades y los actores de las políticas públicas de enseñanza superior y empleo, es una fuente de información sobre aquello que el mercado de trabajo está demandando a los universitarios y en lo que, de alguna manera, la universidad y la Administración deben prestar atención.

 

 

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