Universidad «Blockchain»
Alguien dijo que nada hay más viejo que la innovación. Efectivamente, la innovación se produce desde el primer día de la existencia humana. Del acelerado ritmo de innovación de las últimas décadas no ha escapado la universidad, y ha afectado a sus misiones y a su funcionamiento. La meta-misión de la universidad debiera ser la generación de conocimiento y la creación de valor (vía formación, investigación, extensión universitaria) para el individuo y la sociedad. Cuando se analiza una innovación habría que tener esto en cuenta.
La meta-misión de la universidad debiera ser la generación de conocimiento y la creación de valor.
La tecnología blockchain o cadena de bloques es una innovación reciente sobre la que se sustentan las criptomonedas como el bitcoin. Su aplicación a la educación y a la universidad suscita muchos interrogantes, a los que se ha intentado dar respuesta desde la Comisión Europea con el informe Blockchain in Education elaborado por Alexander Grech y Anthony Camilleri (2017). Dicho informe constituye un estado de la cuestión de la aplicación de la tecnología cadena de bloques a la educación.
La tecnología cadena de bloques es como un libro mayor que registra información y la comparte con una comunidad. Cada uno de los integrantes del colectivo mantiene su copia y, entre todos, esa información es validada y actualizada. La información puede ser cualquier cosa que se pueda describir o captar de manera digital. En educación esto es mucho: calificaciones, títulos, acreditaciones, textos, pagos, etc. De acuerdo con un protocolo que las gestiona, las entradas a ese libro mayor son transparentes, permanentes y comprobables por los miembros de la comunidad. Cada actualización es un bloque de la cadena.
Esta manera de operar de la comunidad en conjunto tiene, como primera consecuencia, la sustitución de intermediarios fedatarios de las operaciones relativas a la educación y la investigación. Las cadenas de bloques se utilizan para registrar transacciones, contratos inteligentes o firmas y certificados digitales. Puede afectar a aspectos y procesos administrativos relativos a educación: calificaciones, títulos, acreditaciones, gestión de registros de estudiantes; o, incluso, investigación y desarrollo: gestión de proyectos de investigación, patentes, propiedad intelectual…
Las cadenas de bloques se utilizan para registrar transacciones, contratos inteligentes o firmas y certificados digitales.
Como señalan los autores del informe, la certificación en educación puede utilizarse por parte de diferentes actores implicados (instituciones educativas, estudiantes, empleadores actuales y potenciales, etc.) para reconocer la experiencia de aprendizaje (certificado de un título formal, participación en actividad formal o informal, reglada o no, certificado de movilidad); la totalidad del aprendizaje en un área específica; unidades discretas de aprendizaje (i.e. créditos ECTS); experiencias específicas que contribuyen al aprendizaje, como la experiencia laboral; adquisición de habilidades específicas; logro de ciertos criterios de excelencia (con honores, cum laude…); nivel específico de competencias logrado en determinadas áreas. En definitiva, podría contribuir a gestionar mejor la delimitación entre la educación formal y la informal, reglada y no reglada, así como la variedad y flexibilidad de itinerarios posibles del estudiante. Esto evitaría o reduciría situaciones de inflación del CV, sobre lo que ya realice una entrada anterior en este foro (ver aquí), algunas de ellas recientes y muy mediáticas.
En cuanto al ámbito de investigación y desarrollo, los certificados podrían utilizarse para el seguimiento de la propiedad o de la producción intelectual: citas de revistas académicas, patentes u otros indicadores de actividad investigadora. También podría utilizarse para cuestiones financieras relativas a la formación o la investigación: becas, préstamos, justificaciones de pagos, seguimiento financiero de proyectos de investigación, etc.
Frente a los tradicionales certificados o a los certificados digitales, a la tecnología de cadena de bloques se le reconoce una serie de ventajas: versatilidad en la verificación, que puede hacerla cualquiera con acceso; no se olvida, no precisa intermediarios; incluso se podría validar aunque no existiera la institución emisora; además, la casi imposibilidad de destrucción.
Hay que insistir que esta nueva tecnología no afecta solamente a procesos administrativos, también afecta al proceso de enseñanza-aprendizaje o al de investigación y transferencia facilitando la colaboración en red. En el propio informe se recogen algunas experiencias como las de la Open University de UK, University of Nicosia, MIT o instituciones educativas de Malta.
Esta nueva tecnología no afecta solamente a procesos administrativos, también al proceso de enseñanza-aprendizaje o al de investigación y a la transferencia.
La tecnología de cadena de bloques supone una propuesta de valor social basada en los siguientes conceptos: autonomía e identidad; confianza (autenticación y autorización); transparencia y procedencia; inmutabilidad (no se puede cambiar); desintermediación (un algoritmo permite el consenso entre pares sin terceros) y colaboración. Todos ellos relevantes para estudiantes, empresas y otras entidades pero sobre todo para el Gobierno y las instituciones educativas.
Como es inevitable, también existen puntos débiles o limitaciones: unas tienen que ver con las personas (capacidad de aprendizaje, interés y actitud ante la tecnología, confianza, pérdida de privacidad, son algunos ejemplos); otras son de carácter técnico (necesidades de cálculo, de recursos informáticos y de energía para su funcionamiento); la gestión de la complejidad creciente que supone, o los requisitos de estandarización; otras tienen que ver con el proceso (volumen de usuarios, o estar en fase experimental, por el momento) y sus características, lo que supone un cambio drástico que conduce a nuevas dependencias, como de las nuevas entidades especializadas en la tecnología, en perjuicio de instituciones clásicas de gobierno y públicas.
José Antonio Marina distinguía entre las tecnologías que actúan sobre objetos exteriores y las que lo hacen sobre la actividad intelectual (o “tecnologías de la inteligencia”). Este puede ser el caso de la cadena de bloques, puesto que puede transformar la utilización de la información. Como en otras ocasiones, también ahora se generan fobias y filias. Pero, como toda tecnología, no deja de ser un instrumento que debe estar al servicio de las personas y de la sociedad. Lo que significará esta tecnología hay que enjuiciarlo de acuerdo con la capacidad que tenga de generar valor en la educación y en la universidad, para las personas y la sociedad.
El temor a esta nueva tecnología es similar al que se presenta en otros formatos de la nueva sociedad y de la nueva economía. Cabe preguntarse si contribuiría a una uberización de la enseñanza o a si los centros se van a parecer a AirBnB.
El reto está servido y consiste, como decía, en ser capaces de articular una utilización inteligente que genere valor para personas y sociedad.
Muy buen articulo y resumen de lo que el blockchain es y en que puede mejorar ciertos procesos en la universidad. Por estas consideraciones y tambien basandonos en el research » ALTERNATIVE DIGITAL CREDENTIALS: An Imperative for Higher Education, de Gary W. Matkin, University of California» es como lanzamos el primer producto de VOTTUN (The blockchain certificates platform).
Un producto orientado a usar blockchain para gestionar mejor los certificados/diplomas para educación. Aqui en España los clientes potenciales se han interesado por no tener un «caso cifuentes» y en USA los clientes estan explorando mucho más el potencial de esta tecnología para poder dar un servicio de trazabilidad de competencias a los estudiantes en su «lifelong learning».
Todavía es incipiente pero esta claro que la tecnología blockchain aporta valor en procesos de identidad; autenticación; transparencia y procedencia entre otros y llega para quedarse