¿Cómo mejorar el sistema universitario utilizando préstamos contingentes a la renta?

En las últimas décadas, se ha producido una expansión considerable de la educación superior. El número de estudiantes que acceden a la educación terciaria se ha incrementado en todos los países desarrollados. En consecuencia, se ha incrementado también el gasto público en educación universitaria a principios del siglo XXI. La presión en el presu­puesto educativo ocasionada por el mayor número de alumnos universitarios, unido a la crisis económica mundial de 2008, han obligado a los países a implementar numerosas refor­mas (tasas, becas, prestamos, etc.). La necesidad de aumentar la financiación educativa en Europa ha coincidido con la obligación de los gobiernos de establecer recortes de gastos y/o inversiones con el objetivo de equilibrar el presupuesto. Esto ha llevado a que la financiación de la educación superior se haya convertido en uno de los debates centrales de política pública.

Principales desafíos del sistema universitario del siglo XXI

Financiación

El sistema de financiación universitaria vigente en la mayoría de los países de la OCDE (incluido España) se basa en subsidios a los organismos universitarios, que se financian a través de los impuestos generales. Este sistema tiene tres problemas fundamentales:

  • La mayoría de los países que usan este diseño tienen sistemas de financiación regresivos. Esto genera una redistribución perversa: contribuyentes sin educación universitaria (con menos ingresos) subsidian a los hijos de los contribuyentes con educación universitaria (mayores ingresos).
  • La calidad universitaria depende del ciclo económico. El hecho de que la mayor parte de los recursos universitarios dependan enteramente de fondos públicos, implica que los recortes en el presupuesto público pueden afectar de manera dramática a la sostenibilidad y calidad de las instituciones de educación superior.
  • Puesto que los recortes en el presupuesto dependen enteramente de las decisiones políticas, las universidades quedan expuestas a la incertidumbre y arbitrariedad política.

Eficiencia

El rendimiento de las instituciones universitarias europeas es modesto en términos relativos, y aun más en el caso de España.

  • Universidades: la escasez de incentivos al rendimiento (sistema de selección, burocracia, investigación, etc.), y la baja dotación de fondos públicos pueden ser factores clave que expliquen el modesto rendimiento de las instituciones de educación superior.
  • Escasa financiación a la educación terciaria: en España invertimos poco en educación superior. El porcentaje del gasto público que se destina a educación superior es del 2%, mientras en Europa la media se sitúa en el 3%.
  • Estudiantes: el excesivo tiempo que los estudiantes invierten en la graduación y su alto abandono universitario, son elementos clave que afectan a los sistemas universitarios de países desarrollados y en vías de desarrollo. En España, el 50% de los estudiantes requieren de dos o más años adicionales para finalizar sus estudios universitarios. Según el Ministerio de Educación, el 19% de los estudiantes abandonan los estudios en el primer año de universidad.

Equidad

 El número de estudiantes universitarios pertenecientes a familias de bajos ingresos es muy inferior a los de familias de ingresos medios o medio-altos. Este hecho refleja diferencias notables en los niveles de acceso y graduación universitaria entre diferentes grupos socioeconómicos. Mientras que el 67% de alumnos con padres universitarios logró un título universitario, solo el 23% de los estudiantes con padres sin formación universitaria lo alcanzó (OECD, 2016). La investigación académica señala que estas diferencias se producen debido a las barreras financieras a las que se enfrentan los estudiantes de familias con menores ingresos, además de las diferencias significativas en el rendimiento académico (asociados a factores como la mayor incidencia del fracaso escolar temprano, menores notas medias, etc.).

Préstamos contingentes a la renta: Un sistema de financiación para mejorarlos (al menos parcialmente) a todos

 Existen numerosas políticas públicas que pueden ayudar a aliviar aspectos concretos de los tres problemas principales aquí mencionados. Sin embargo, este artículo se centra en una medida que puede contribuir a solucionar (al menos parcialmente) la creciente presión presupuestaria, el bajo rendimiento de estudiantes e instituciones universitarias, y las desigualdades en el acceso a la educación superior: modificar el diseño del sistema de financiación a uno basado en préstamos contingentes a la renta.

¿En qué consiste este diseño? Los estudiantes piden un préstamo antes de empezar sus estudios universitarios para poder acceder a ellos y financiar su coste. Una vez han terminado de estudiar e incorporados al mercado laboral, deberán devolver el préstamo en función de sus ingresos. Si obtienen una mayor renta, devolverán una mayor cantidad de préstamo. Si obtienen una mayor renta, devolverán una mayor cantidad de préstamo. Suele existir un nivel mínimo de renta que está exenta, y los pagos se establecen hasta un número máximo de años.

La idea se basa en que los graduados universitarios pagan su educación solo si pueden hacerlo en función de sus ingresos futuros, no en el momento presente al entrar en la universidad.

 

 ¿Es este sistema viable en España?

Este sistema de financiación no se basa en una idea exótica del autor de este artículo. Se trata de un modelo que se utiliza actualmente en varios países desarrollados como Reino Unido, Australia, Países Bajos, Hungría o Nueva Zelanda. La investigación indica que reformas que aumentan las tasas universitarias, compensado simultáneamente con un incremento de programas de préstamos asociadas al ingreso futuro, son coste-efectivas. Sin embargo, aún están por conocer los efectos de largo plazo de estos modelos y, sobre todo, ¿Cómo podemos saber su viabilidad en España?

Como siempre, la respuesta está en la investigación de calidad. En un excelente trabajo, Antonio Cabrales, Maia Güell, Rocío Madera, y Analía Viola, crean un “laboratorio virtual” para simular los efectos que tendría cambiar el sistema de financiación universitario español por uno de prestamos contingentes a la renta. Dos conclusiones principales se extraen del estudio:

  • La estructura es altamente progresiva (los que están en el 25% de la parte superior de la renta pagan casi la totalidad de las tasas universitarias mientras que los que están en el 10% de la parte inferior apenas pagan).
  • La cantidad del coste universitario pagado por el Estado es entre 16 y 56 puntos porcentuales menor que en el sistema actual. Esto cual aumenta considerablemente el presupuesto universitario.

Mejoras de los préstamos contingentes a la renta sobre el sistema actual

A pesar de las dificultades que presenta el mercado de trabajo español, su implementación sería factible, e incluiría elementos que ayudarían a enfrentarse a los nuevos retos de la educación universitaria.

  • Financiación: sistema más progresivo, menos dependiente del ciclo económico y la incertidumbre política.
  • Financiación y eficiencia (universidad): mejoraría la posición fiscal del Estado. El excedente (entre 1.424-5.000M euros al año) se podría destinar a mejorar la calidad universitaria.
  • Eficiencia (estudiantes): sistema de incentivos de estudiantes quedaría reforzado (en especial, el riesgo moral durante los estudios).
  • Equidad (acceso): concesión universal (incluso potencialmente superior al actual). La evidencia empírica muestra que no se observa un impacto negativo en la matriculación universitaria de los estudiantes con familias de bajo nivel socioeconómico, además de disminuir las diferencias en el acceso entre estos estudiantes y sus compañeros de la población general.
  • Becas: liberación de fondos en el sistema de becas (330M euros). Destinados potencialmente a cubrir los costes reales de vida de los estudiantes con menos recursos.

 

Si se quiere preservar la sostenibilidad del sistema universitario y aumentar su calidad sin dañar su equi­dad, resulta urgente reformar su modelo de financia­ción.

Pese a su relativamente reciente introducción en algunos países, los préstamos contingentes a la renta podrían ser un instrumento cla­ve para hacer frente a los desafíos universitarios del siglo XXI. Seguramente algún lector se esté preguntando: Si este sistema mejora tantos aspectos relevantes, ¿Por qué no se ha implementado ya? Pregúntenle a la economía política…

 

 

 

Comentarios
  1. Tomás Gómez-Acebo dice: 09/04/2021 a las 09:35

    Totalmente de acuerdo contigo. Sería un sistema mucho más justo que el actual. Ahora los estudiantes de universidades públicas, al financiarse el sistema y no las personas, reciben una beca de como mínimo el 75% del coste de sus estudios, con independencia de su renta; los de renta baja, el 100%.
    Pero poner este sistema en práctica requiere que las decisiones políticas se basen en evidencias, y eso no abunda en estas latitudes.

  2. Javier Vidal dice: 09/04/2021 a las 10:46

    «¿Por qué no se ha implementado ya?»

    Se implementaron hace 14 años.

    Se propusieron en informes sobre financiación universitaria a finales de los años 90 y se crearon en el 2007. Se mantuvieron hasta el 2010.

    Orden ECI/1702/2007, de 12 de junio, por la que se regulan los préstamos a graduados universitarios ligados a la posesión de una renta futura.

  3. Jose Montalban Castilla dice: 09/04/2021 a las 18:46

    Estimado Javier Vidal:

    Muchas gracias por tu comentario. Gracias por recordar que hubo en España un programa piloto de 2007-2010. Las razones de no abordarlo son dos principalmente. En primer lugar, es un post en un blog que debe ser conciso y directo. Esto hace que no se puedan comentar aspectos, trabajos y consideraciones que en caso de tener más espacio se harían. En segundo lugar, el programa piloto que se implementó de la Orden ECI/1702/2007, no fue, ni en magnitud ni en profundidad, cómo los programas de prestamos contingentes a la renta que hay en otros países (Reino Unido, Australia, etc.), y que en el artículo propongo que emulemos en España. Esto se debe a estas características:

    1) La Orden ECI/1702/2007 era únicamente para estudios de master. Los programas que menciono de ICL abarcan a todos los estudiantes del sistema (incluyendo Grado). Esto es importante por la magnitud. Los estudiantes de Grado en 2017/18 son seis veces más (1,3 M) en comparación con los de Master (200.000).

    2) La dotación de la Orden ECI/1702/2007 era extremadamente baja (50 M euros). La cantidad total de pago por el Estado en 2010 fue 8.900 M de euros, y por las familias de 2.600 M euros. En RU se cambia el sistema en su conjunto se financia por esta vía. Esto es importante por la profundidad.

    3) Hay algunas características del programa que parecen que tienen margen de mejora. Citando a Cabrales et al. (2019) referido a este programa: «The loans-to-masters program did not prove to be very successful, partly due to the lack of consistency of the conditions (interest rate, repayment horizon, and the like) across years. There was also a grace period stipulated independently of the income level and a monthly fixed repayment, which imposed a heavy burden to graduates at the lower end of the income distribution.» Si estoy en lo cierto, este es el único trabajo que ha analizado su impacto: Collado Muñoz, F. J., E. del Rey Canteli, and N. U. González (2017, March). Estimating taxpayer subsidies and individual repayment burdens of a student loan program in Spain. Hacienda Pública Española 220 (1), 89–106.

    Dejando a parte estas diferencias entre programas, creo que fue un programa piloto muy interesante para comenzar una transición a un sistema de préstamos contingentes a la renta. Creo que fue una pena total que se eliminara, y que no se mejoraran y ampliaran algunos aspectos cruciales.

    Espero haber contestado a tu comentario.

    Un cordial saludo

  4. Javier dice: 10/04/2021 a las 10:52

    Incrementar significativamente las tasas económicas de los estudiantes puede ser una posibilidad de incrementar la financiación de las universidades, aunque habría que detenerse mucho en los detalles. ¿Cuáles serían los niveles mínimos de renta? ¿Habría un tramo o varios? ¿Cómo se contarían los plazos (desde graduación, desde conclusión de máster habilitante, desde primer empleo fijo/a tiempo parcial)? ¿Las condiciones serían idénticas para todos los grados o se establecerían diferencias según tasas de empleabilidad/proyección futura de ganancias? Por otro lado, esto no solucionaría la falta de inversión pública en las universidades: todavía habría que incrementar significativamente el porcentaje del PIB público para llegar a medias de OCDE, más un incremento significativo en I+d de la empresa privada española. Y vista la falta de compromiso a medio y largo plazo de los gobiernos españoles (a todos los niveles), habría que impedir que simplemente hubiese un trasvase de inversión pública a tasas privadas, manteniendo al final los mismos niveles de financiaciación media de las universidades.

  5. Javier Vidal dice: 12/04/2021 a las 10:48

    Estimado José:

    Creo que la información adicional que aportas es esencial para entender los préstamos-renta en España: lo que han sido y lo que pueden ser. En mi opinión, para ponerlos en marcha, la pregunta más relevante que debemos resolver no es tanto «¿por qué no se han implementado?», si no «¿por qué se eliminaron? Como en tantas cosas, el éxito de una propuesta depende no de saber solo «dónde queremos llegar», sino «si es posible llegar allí desde donde estamos».

    Una pequeña precisión: no se estableció «un programa piloto de 2007-2010». Fue un programa (no piloto) que se inició en el 2007 y se renovó año a año (4 años), hasta que dejó de renovarse. Esto es importante, porque no tuvo intención de ser una prueba. Pretendía ser el inicio de una financiación adicional al sistema general de becas, que también se incrementó.

    En fin, esto es para un largo debate que, como bien dices, supera la intención de un blog.
    Saludos.

  6. Jose Montalban Castilla dice: 19/04/2021 a las 18:15

    Estimado Javier Vidal:
    Muchas gracias por tu respuesta, y la precisión. Considero que tienes toda la razón en cuanto a que no era un programa piloto. Creo que es un debate muy importante, y personalmente veo muchos beneficios a un buen programa de prestamos-renta. Desde tu punto de vista, que creo que fuiste una de las personas que lideró la iniciativa del programa de 2007-2010 (si estoy en lo cierto): ¿Cuáles fueron los principales obstáculos con los que se tuvo que lidiar (ej., políticos, administrativos, etc.)?
    Un cordial saludo


¿Y tú qué opinas?