¿Invertimos lo suficiente en I+D+i?

Desde el asentamiento de la globalización y la economía del conocimiento, las prioridades de los países más competitivos se han dirigido decididamente hacia el crecimiento sostenido del esfuerzo del gasto público y privado en I+D+i. Sin embargo, a partir de 2008 y con la llegada de la crisis, España se ha desviado de esa tendencia general, cambiando la pendiente de su curva de evolución a descendente, mientras que los mayores competidores han seguido priorizando la inversión en I+D+i incluso en momentos en los que se producía recesión en sus economías. En ese contexto recesivo, muchos países, y precisamente como estrategia para la salida de la crisis, han redoblado la intensidad de los esfuerzos en I+D+i. Es el caso de Alemania, Corea del Sur, Japón, China o los Países Nórdicos. Es también significativa la determinación que muestran en esta dirección los países asiáticos más competitivos. Sin embargo, España ha reducido su gasto un 9,5%, situándolo en el 51% de la media OCDE y el 63 de la media de la Unión Europea (UE-28).

Gráfica 62. Evolución del esfuerzo en I+D+i (%PIB). Periodo 2000-2014.

Fuente: Main science and technology indicators. OCDE 2015. Elaboración propia.

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