Marca personal y marca de clase

Yo siempre he creído, y creo hoy, que los universitarios están preparados para salir al mundo laboral, al menos la mayoría. ¿Tenemos que enseñar a hacer currículums en la universidad? Sí, pero dedicando poco tiempo a ello. Dando ejemplos, alguna guía y poco más. ¿Por qué? Porque hay cosas mucho más importantes. Sí hay que dedicar algo más de esfuerzo en talleres al margen de las horas docentes, a enseñar, practicar e ilustrar cómo poner en valor lo que pueden aportar a la organización, a hablar de forma serena, a que hagan también preguntas a los posibles empleadores. Pero, a la postre ¿qué es lo que lleva cualquier persona a un proceso de selección, a la respuesta a una oferta?

Todos tenemos dos tipos de credenciales, materiales o inmateriales: las de tu marca personal y las de tu marca de clase.

La marca personal o nuestra información subjetiva

Es lo fundamental que se aporta a la colectividad en la que nos movemos. Se trata de las cualidades de la persona, cómo se es personal y profesionalmente. Es lo que se sabe, cómo nos comportamos, cuánto colaboramos, cómo tratamos a la gente, a los jefes, a los iguales y a quienes están por debajo. Es, básicamente, lo que dicen de ti quienes te conocen. En este contexto, la titulación o cualquier papel que tengas es algo secundario.

La importancia de la sinceridad: quién eres y cómo te ven

También conviene definir la sinceridad. La sinceridad es que la gente sepa cómo se reacciona ante una determinada situación, que la persona sea predecible y homogéneo su actitud y respuestas.

En el desempeño profesional, siempre se da una imagen.

Es lo que todos tratamos de resumir y exponer en el currículum: quiénes somos, en términos de para que valemos en una determinada organización. Esa imagen la reciben los superiores y los compañeros, pero también a la gente con la que tratas. ¿Qué ve la gente de cada uno de nosotros? Analizaremos esto desde el ámbito del desempeño profesional, aproximadamente laboral.

Hay una segunda pregunta, complementaria e imprescindible: ¿quiénes son las personas que nos ven? Definiremos tres espacios:

  • El primero, el espacio laboral. Las personas con las que existe trato, dentro o fuera de la organización.
  • El segundo, que mucha gente no frecuenta, es el espacio profesional, de colegas y personas afines.
  • El tercero es el espacio en el que no se está, pero en el que se querría estar, es decir, una empresa u organización para la que se quiera trabajar.

Este orden responde a la realidad común: el primer espacio es en el que se suele estar, en el segundo se puede estar, incluso si no se trabaja actualmente y el tercero aparece unas pocas veces en la vida (o, como mucho, unas cuantas), cuando se quiere cambiar de trabajo. No hago alusión a “cuando te quieren fichar” porque cuando esto sucede el CV es secundario; quien te quiere fichar ya sabe para qué vales y el CV pasa a un segundo plano.

El segundo espacio, que es el que mucha gente no frecuenta, y debería, es en el que se aprende, en donde ves a los que trabajan contigo pero sin relaciones comerciales o contractuales directas. Son las asociaciones profesionales, las organizaciones sectoriales, los colegios profesionales, los congresos y simposios, y los grupos y asociaciones de exalumnos. Es muy conveniente estar en este espacio, y, si es activamente, mejor. Si esto no es posible, el mejor sustituto es un blog profesional, sin opiniones, con información útil y con continuidad hasta la actualidad. Se recomienda un mínimo de una entrada larga al mes.

La marca de clase o nuestra información objetiva

Suele ser diferencial, de forma complementaria a la marca personal, información objetiva que muestre de qué se es capaz, algo a lo que recurrir y que todo el mundo pueda reconocer; eso es la marca de clase. Es lo que vale de ti donde no te conocen, lo que no está asociado a tus características personales; las que son asimilables a una categoría, a una clase que aparece en el currículum. En esencia, es qué se dice de alguien sin conocerle personalmente. Generalmente esto empieza por las titulaciones y sigue por la experiencia, tanto en años, en organizaciones en las que se ha trabajado o en asuntos. De este modo, la marca personal vale para que hablen de alguien por sus características personales pero en una entrevista no es recomendable echarse demasiadas flores. ¿Vas a ponerte muchas medallas? Se recomienda que no sean demasiadas por el riesgo de que quien entrevista lo considere una exageración.

En definitiva, lo que configura la marca de clase es la titulación y la experiencia. Es importante detallar dónde se ha obtenido, puesto que de todos es conocido que hay organizaciones que tienen más o menos prestigio.

Recomendaciones para tener una marca de clase valiosa

Elige una titulación o curso que sea:

  • Conocido.
  • De prestigio.
  • Comprobable.
  • Que se obtenga con esfuerzo.

Por poner un ejemplo bastante evidente: ¿querrías ser operado del riñón por un médico que ha estudiado la asignatura de anatomía por internet, haciendo tests? Esa es una evaluación inmediata de marca de clase insuficiente.

Dada la utlidad de la marca de clasae, es importante hacer el esfuerzo necesario para obtenerla. Si se posterga puede resultar muy cara, o imposible de obtener, porque el tiempo es cada vez más escaso en la vida adulta. Especialmente en las horas principales del día, porque hay que ganarse el pan.

Dos ejemplos reales sobre la marca de clase

  • Ejemplo 1: “mi titulación es extranjera y tengo serias dificultades para conseguir pasar los filtros de plataformas como infojobs”.

En este ejemplo es evidente la inadecuación de la titulación al espacio en el que se opta al empleo. Si se especifica una titulación o un conjunto y no se tiene ninguna de ellas, se le pasará automáticamente al final de la lista, tras las personas que tienen esas titulaciones. Si el número de candidatos es muy elevado, ni siquiera se llegará al final de la lista puesto que  no serás admitido en la web para esta oferta.

  • Ejemplo 2: “Después de casi 20 años de experiencia profesional en un sector tengo que hacer un curso de 240 horas para poder incorporarme a las empresas del sector como profesional cualificado”

Alternativas para reforzar la marca de clase

En en el ejemplo anterior se ve que una excelente marca personal no basta dado que las  empresas, que no saben nada de esa persona, no quieren o no deben fiarse de una simple declaración. Para este tipo de problemática existe un recurso efizaz: las cartas de recomendación. Estas requieren que quien recomiende tenga más credibilidad que un título conocido emitido por una institución determinada, pero mucho menos que la declaración de la persona interesada. También es importante que en estos tiempos de PDF falsificables, la recomendación se pueda comprobar personalmente.

Otra alternativa a la marca de clase es una prueba en un entorno real. Estas sirven para demostrar que el candidato puede gestionar una tarea. No obstante, esta prueba tiene dos desventaja: la primera es que, si es larga, no le conviene a ninguna de las dos partes. La segunda es que, sea cual sea la prueba, es muy limitada comparado con lo que hay que hacer en cualquier puesto de trabajo.

A modo de conclusión

La imagen de una persona, también en el mercado laboral y, lo que es más importante, en el marco profesional, se construye con muchos factores: la marca de clase, la experiencia previa acreditable, las pruebas (de horas o uno o dos días) a las que se someta la persona, las referencias y la declaración personal (eso es un CV, al fin y al cabo).

Tener una marca de clase es el primer apoyo que permite cambiar de trabajo en un sector.

Sin marca de clase será mucho más difícil, especialmente si se está lejos de tu ámbito de referencia. Por otro lado, hay que cuidar la marca personal; que quienes rodean a una persona hablen bien él es un factor fundamental. En el caso de que la marca personal no sea buena hay que mejorarla con formación y certificaciones adicionales. Recordemos: conocida, comprobable, con prestigio y que implique esfuerzo.

A por ello.

 

¿Y tú qué opinas?