Misión, diversidad y reputación en la educación superior
La diversidad se ha venido identificando como uno de los principales factores asociados al rendimiento positivo de la educación superior. Entre los argumentos que se suelen emplear a favor del fomento de la diversidad (Birnbaum, 1983), Frans van Vught [1], autor del artículo y miembro del Center for Higher Education Policy Studies de la Universidad de Twente, recoge los siguientes: a) satisface las necesidades del alumnado con variedad de resultados académicos; b) promueve la movilidad social; c) satisface las necesidades del mercado laboral; d) sirve a las necesidades políticas de los grupos de interés; e) permite la combinación de la educación superior de élite y la educación superior de masas; f) incrementa la eficacia de las instituciones; y g) ofrece oportunidades de experimentación para la innovación.
Los resultados de los estudios sobre diferenciación y diversidad en la educación superior muestran una clara discrepancia
Después de presentar un amplio panorama de los estudios teóricos y empíricos sobre diversidad y diferenciación en la educación superior que se han venido llevando a cabo hasta ahora, el estudio analiza las políticas aplicadas por los gobiernos a favor de la diversidad junto con sus consecuencias (no siempre positivas), su eficacia (en ocasiones dudosa) y los efectos inesperados que han generado algunas de ellas.
Los resultados de los estudios sobre diferenciación y diversidad en la educación superior muestran una clara discrepancia: algunos autores sostienen que en general la educación superior tiende a la diferenciación, bien debido al surgimiento de nuevas funciones (Parsons y Platt, 1973), bien a la creciente complejidad de los campos de conocimiento (Clark, 1983); otros, por su parte, defienden la existencia de una tendencia a la “desdiferenciación”: en unos casos debido a la imitación que se genera entre las instituciones de estatus inferior (Riesman, 1956), en otros a causa de las políticas gubernamentales de centralización y uniformidad (Birnbaum, 1983) o por razones atribuibles al conservadurismo académico (Rhoades, 1990).
El marco conceptual que presenta el autor se basa en las definiciones y en la distinción entre diferenciación y diversidad. La primera se define como un proceso dinámico por el que surgen nuevas entidades en un sistema –o bien distintas entre sí pero funcionalmente equivalentes, o bien completamente nuevas (Rhoades, 1983)-. La diversidad, por su parte, se considera una situación estática en la que coexisten varias entidades dentro de un mismo sistema. Tomando como base la tipología de las formas de diversidad (Birnbaum, 1983), el estudio se centra en la diversidad externa en la educación superior, es decir, en las diferencias entre las instituciones de educación superior y no dentro de ellas.
El autor parte de considerar la educación superior como un sistema abierto cuyos componentes reciben inputs (alumnos, profesorado, financiación y otros recursos) y producen outputs (graduados, investigación, resultados y asesoramiento). Además, basándose en las perspectivas de la teoría de las organizaciones concluye que:
- para su supervivencia, las organizaciones de educación superior necesitan asegurarse un suministro de recursos del entorno continuo y suficiente.
- cuando existe escasez de recursos, estas organizaciones compiten entre ellas con vistas a garantizar ese suministro.
- a mayor uniformidad en las condiciones ambientales de las organizaciones de educación superior, menor nivel de diversidad en el sistema.
- a mayor influencia de las normas y valores académicos en las organizaciones, menor nivel de diversidad.
Pese a la escasez de estudios que han obtenido resultados empíricos sobre diversidad y diferenciación en la educación superior, en general todos vienen a corroborar los aspectos fundamentales del marco teórico presentado por van Vught: la combinación de políticas estrictas que promueven la uniformidad y el predominio de las normas y valores académicos tienden a homogeneizar el sistema de educación superior.
Una mayor diversidad permite la especialización institucional y favorece el desarrollo de misiones y perfiles específicos
Las políticas actuales estimulan y fomentan la creación y aplicación del conocimiento a las actividades económicas. Por tanto, una mayor diversidad permite la especialización institucional y favorece el desarrollo de misiones y perfiles específicos. No obstante, la aplicación de los instrumentos de coordinación del mercado no siempre obtiene resultados positivos en este tipo de organizaciones: ni el mecanismo de los precios ni el mercado funcionan en este caso correctamente, ya que las instituciones de educación superior hacen uso de su autonomía para resistir a las presiones del consumidor.
Por su parte, las políticas que intentan incrementar los mecanismos del mercado en la educación superior solo son marginalmente efectivas. La carrera por la reputación lleva a las organizaciones a competir por los recursos que puedan tener un impacto en su prestigio como la contratación de los mejores profesionales y la atracción de los alumnos de más talento.
El fomento de la competitividad por parte de las políticas gubernamentales provoca efectos inesperados: un crecimiento desmesurado del coste total de la educación superior, la jerarquización institucional, el aumento de la desigualdad en cuanto a los medios económicos disponibles y el incremento de la estratificación social de los alumnos en base al mérito.
Por último, el autor señala en su artículo la influencia de los rankings en la carrera por la reputación, especialmente los elaborados por la Universidad de Shanghai Jiao Tong y por el suplemento educativo del periódico The Times, y recomienda establecer nuevas comparaciones basadas en formas diferentes de rendimiento institucional según categorías o tipos de institución.
Diversidad y diferenciación son conceptos relevantes para la educación superior y la gobernanza institucional
La creciente importancia de las discusiones sobre rankings y tipologías muestra que diversidad y diferenciación son conceptos relevantes para el ámbito de la educación superior y para la gobernanza institucional. Una mejor comprensión de ambas nociones y unas investigaciones más sistemáticas y basadas en evidencias empíricas resultan cruciales para contribuir al diseño de políticas efectivas y para el desarrollo y gestión de nuevas políticas y estrategias en la educación superior.
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*Referencia elaborada por Gloria Esteban para universídad.
[1] Fuente: VAN VUGHT, F. “Mission Diversity and Reputation in Higher Education”. Higher Education Policy, 2008, 21, (151–174).