Universidades y Empresas: apuntes para crear sinergias con sentido

En la mañana de hoy tendrá lugar la presentación del Cuaderno de Trabajo 10 de Studia XXI, Universidades y empresas. Apuntes para crear sinergias con sentido.  Tomando como base este informe, directivos de empresas, rectores y vicerrectores de universidades, miembros de la Academia y representantes de los Consejos Sociales de las Universidades, entre otros, participarán en una sesión de trabajo que partirá de las conclusiones y recomendaciones que proponen los autores del documento.

Los expertos de Studia XXI, reunidos en un seminario de trabajo celebrado hace un año, asumieron el reto de profundizar en los vínculos entre universidad y empresa y volcar estas reflexiones en un nuevo informe, el correspondiente a 2018.La lista de temas que se han sido objeto de tratamiento por parte de Stdia XXI han sido muchos y muy variados (ver aquí y aquí), y en aquel seminario de trabajo se decidió abortar esta problemática en particular.  Una de las conclusiones más lúcidas de aquella sesión fue la de buscar argumentos que explicaran mejor el sentido de tales vínculos, con el fin de superar visiones poco flexibles y fragmentadas, tanto desde la perspectiva del universitario como de la del empleador. Los datos publicados y muchos de los informes que salen a la luz cada año parecen conducir a callejones sin salida, en los que unos y otros reivindican su legítima misión como institución educativa o como actores responsables de la productividad y competitividad de un país. Un informe reciente, Closing the Skills Gap, concluye que existe una brecha entre lo que se aprende en las universidades y las habilidades que buscan las empresas, y recomienda un acercamiento de las primeras a las industrias locales para que los estudiantes dispongan de un mejor conocimiento de las oportunidades profesionales.

Suele ser habitual que la brecha institucional y la distancia entre agentes describan la relación entre universidades y empresas. Sin embargo, como comprobarán los lectores del Cuaderno de Trabajo y nuestros seguidores, en próximas entradas, son muchos más los aspectos que explican los motivos y las consecuencias de esta colaboración. Sin pretensión de ser exhaustivos, sino más bien de abrir nuevos interrogantes que ayuden a entender un poco mejor el sentido de las sinergias entre ambas, los autores han abordado diferentes perspectivas, que hemos agrupado en dos grandes apartados.

En el primero de ellos, Apuntes para un diálogo entre universidades y empresas, los profesores Haug, Salaburu, Barrio, Vilalta y Gutiérrez-Solana se adentran en la naturaleza de esa relación que, por parte de la universidad, se fundamenta en el compromiso con una educación de alta calidad y en la suficiencia (o insuficiencia) de la transmisión de competencias genéricas a los estudiantes. Por parte de las empresas, las demandas de empleo oscilan y se renuevan bajo otros requisitos de tiempo y de movilidad, de experiencia profesional, de uso de los conocimientos adquiridos en los puestos de trabajo, de aparición de otros tipos de profesiones, de desarrollo e innovación por parte de las empresas y de la demanda de nuevas competencias y habilidades.

De una conversación entre unas y otras depende también que se tiendan puentes entre la formación universitaria y la inserción laboral de los egresados. Se abre un marco para esa conversación impulsando, entre otras actuaciones, los contenidos prácticos de los estudios universitarios y creando las condiciones para un aprendizaje que ha de extenderse a lo largo de la vida, bajo el estímulo de una nueva cultura universitaria que atienda a necesidades de crecimiento y desarrollo social, donde los sistemas de educación y formación –no solo los universitarios-, participen en un diálogo abierto con los empleadores.

Estas son algunas de las sugerencias apuntadas en el segundo apartado del Cuaderno, Formación universitaria e inserción laboral, que cuenta con las firmas de las profesoras Ramos y García Benau, y de los profesores Marcellán, Hernández Armenteros y Furió Párraga.

Con las notas para la discusión que proponen sus autores en este documento y con las conclusiones de esta jornada de trabajo que hoy se convoca, procuraremos arrojar algo de luz sobre algunas cuestiones que deberían caracterizar una amplia conversación en la que todos nos sintamos representados. Una conversación que queremos hacer extensiva a los lectores del blog, a los que animamos a participar de los debates que se susciten a propósito de este tema en particular, así como de cualquier otro que tenga que ver con la política y el gobierno de la Universidad, tal y como venimos promoviendo hasta hoy.

Suscríbete al blog por correo electrónico

Suscripción conforme al RGPD 2016/679.

 

Comentarios
  1. María Nieves Maíllo Vicente dice: 13/12/2018 a las 11:58

    Efectivamente el divorcio entre Universidad y Empresa es abismal, Nuestras universidades, al menos las públicas, siguen funcionando decimonónicamente.
    Hay dos cuestiones que son básicas:

    1.- La gestión profesional de nuestras Univ Públicas (zapatero a tus zapatos y no aprendices de brujos)
    2.- La formación del profesorado.

    Tanto la gestión de nuestras universidades, como la formación de su profesorado, sigue sin actualizarse. No podemos tener a profesores enseñando una materia y gestionando la universidad.
    ¿ Para cuando un equipo docente/académico que se encargue de estos asuntos y otro equipo /gestor que se encargue y haga una auténtica gestión universitaria?
    Sin la separación de funciones, y una buena y moderna formación de su profesorado, la Universidad Pública española, seguirá en la caverna de Platón.

  2. Rafael dice: 13/12/2018 a las 12:24

    Todas las universidades quieren tender puentes hacia la empresa en un empeño vertical muy difícil de salvar; pero ¿cuántas empresas se acercan a la universidad pidiendo colaboración, ideas, gente, formación, ayuda? Y cuando digo empresas, a la par se encuentran las instituciones públicas. A la mayor parte de las empresas ni se les ocurre «utilizar» el instrumento y bagaje universitario; ahí está la falta de cultura, no por culpa de la universidad, de crear relaciones horizontales, naturales.

  3. […] 10 de Studia XXI, Universidades y empresas. Apuntes para crear sinergias con sentido. Como señala el post, el documento es producto de un seminario de trabajo realizado un año antes en el cual se asumió […]

  4. JMV dice: 14/12/2018 a las 19:57

    Bueno, la ley de incompatibilidades impulsó una ruptura imposrtante en la conexión entre universidad y empresa. Los incentivos del profesorado por trabajar con la empresa están legalmente muy limitados.
    En otro ordenan de temas, hay que señalar que los mayores esoecialistas en dirección no están en la empresa, sino en los departamentos de dirección de empresa de las propias universidades. La dificultad para gestionar la universidad no es por la falta de gestores, sino por la estructura del sistema, esencialmente político más que jerárquico. Esto dificulta hacer cambios profundos deseables cuando incomodan a coaliciones con capacidad de bloqueo.


¿Y tú qué opinas?