La ciencia y la tecnología en la Universidad española: ¿es cosa de hombres?

Aprovechando el post de Juan Carlos Rodríguez, «Las mujeres en la Universidad española: algún dato curioso» he querido centrar el objetivo en los ámbitos de ciencia y tecnología, espacios que hasta ahora tienen una infrarrepresentación femenina. El autor llamaba la atención sobre una caída importante de las estudiantes de ciencias desde un 59% en 2003 hasta el actual 51%, sin embargo, la desagregación por ámbitos de estudio aporta información muy interesante en cuanto a que descubre tendencias diferentes que se diluyen en el conjunto.

A partir del curso académico 2008-09 se comienza a impartir en España las nuevas titulaciones dentro del Espacio Europeo de Educación Superior, los nuevos Grados, que conviven con las antiguas titulaciones de primer y segundo grado (diplomaturas y licenciaturas e ingenierías). El nuevo marco de la educación superior coincidió con el comienzo de la Gran Crisis, que con independencia de los efectos económicos sobre las instituciones educativas, viró el rumbo de las matriculaciones universitarias. Como se observa en el Gráfico 1, durante el periodo expansivo de la economía española el número de matrículas totales estuvo decreciendo a una tasa media del 1,4% y las matrículas en el ámbito de Ciencia y Tecnología (considerando dentro de éste, las áreas de Ingeniería y Arquitectura, Ciencias de la Salud y Ciencias), a una tasa media del 2,4%, aunque los resultados comparados en el periodo 2008-2015 son positivos para este ámbito.

Gráfico 1. Tasa de variación anual (%) de matriculaciones universitarias. Cursos académicos 2002-2015. Detalle para el total y el ámbito de Ciencia y Tecnología.

Fuente: elaboración propia a partir de datos del Ministerio de la Secretaria General de Universidades (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).

Los datos absolutos recogen una caída desde las 1.379.726 matrículas totales en 2008 hasta las 1.329.109 en 2015, mientras que en el caso de Ciencia y Tecnología,  en el año 2008 se matricularon 552.353 estudiantes, pasando a ser en el año 2015 a 576.548 matrículas. El mayor aumento se produjo en el curso 2010-11, con un 5,1% de subida respecto del curso anterior, debido fundamentalmente al crecimiento en las titulaciones de Ciencias de la Salud.

Resulta interesante descubrir cómo se distribuyen las nuevas matriculaciones universitarias por los distintos campos del conocimiento y comprobar las diferencias de género. En el Gráfico 2 se muestra para el año 2008 el reparto de titulaciones por áreas y se observa que mayoritariamente las matriculaciones se realizaron en titulaciones de Ciencias Jurídicas y Sociales (51%), seguido de las de Ingenierías y Arquitectura (24,5%). Estos valores globales también encierran diferencias de género importantes. Mientras que casi un 60% de las mujeres se matriculan en el campo de las Ciencias Jurídicas y Sociales, los hombres superan ligeramente el 40%, cifra que casi se iguala con las titulaciones de Ingeniería y Arquitectura, donde las mujeres están en un 12,2%.

Gráfico 2. Distribución porcentual de matriculaciones universitarias en el curso 2008-09 por rama de conocimiento. Detalle por sexo.

Fuente: elaboración propia a partir de datos del Ministerio de la Secretaria General de Universidades (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).

Esta distribución se ha modificado en los últimos años (Gráfico 3), sobresaliendo el campo de las Ciencias de la Salud, que ha duplicado su peso en el total (18,1% en 2015 y 9,2% en 2008). Probablemente la transformación de algunas diplomaturas en el Espacio Europeo de Educación Superior, como enfermería y fisioterapia, a Grados, y su equiparación a otras titulaciones sanitarias, han abierto posibilidades antes limitadas.

A nivel global, las ramas que menos cambios han experimentado han sido las de Ciencias (6,1% en 2015 y 6,3% en 2008) y Artes y Humanidades (10,1% en 2015 y 9% en 2008). Tanto la rama de Ingeniería y Arquitectura como la de Ciencias Jurídicas y Sociales han disminuido aproximadamente un 5% cada una, compensando la subida de 10 puntos porcentuales en las titulaciones de Ciencias de la Salud.

En este nuevo contexto, las diferencias de género se agudizan. Las matriculaciones femeninas en Ingeniería y Arquitectura se han reducido (12,2% en 2008 al 8,9% en 2015%), no llegando a representar un tercio de las matriculaciones masculinas en esta rama. Asimismo, las ciencias de la salud casi han duplicado las matrículas femeninas (del 12,4% en 2008 al 23% en 2015), representando para los hombres solo el 12,2% de sus titulaciones en 2015, casi la mitad que para las mujeres.

Gráfico 3. Distribución porcentual de matriculaciones universitarias en el curso 2015-16 por rama de conocimiento. Detalle por sexo.

Fuente: elaboración propia a partir de datos del Ministerio de la Secretaria General de Universidades (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).

Esta revisión de cifras no nos permite ser optimistas en cuanto a una mayor igualdad de género en algunos ámbitos universitarios. La evolución actual parece mantener e incluso agudizar las diferencias de género en la Universidad (Gráfico 4). La rama de Ingeniería y Arquitectura, tradicionalmente masculinizada, y con una infra-representación femenina del 27% en el curso 2008-09, ha visto reducido el número de estudiantes femeninas a un 25,5%. En el caso de las Ciencias de la Salud, ámbito tradicionalmente feminizado (73,4% en 2008), el aumento de matriculaciones parece haber ido compensando las diferencias de género, y el porcentaje de mujeres en estos años se ha reducido ligeramente (69,3% en 2015).

Gráfico 4. Matriculación femenina en titulaciones universitarias por ramas de conocimiento (%). Cursos académicos 2008-2015.

Fuente: elaboración propia a partir de datos del Ministerio de la Secretaria General de Universidades (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).

Es importante destacar que la segregación que existe en el ámbito científico y tecnológico se encuentra en la rama de Ingeniería y Arquitectura. Por ello, las distintas iniciativas y políticas puestas en marcha para incentivar el aumento del número de mujeres científicas y tecnólogas, deberían centrarse en aquellos campos que realmente muestren desigualdades importantes.

Por otra parte, no está de más recordar que la etapa universitaria es un periodo transitorio entre la educación secundaria y el mercado laboral. Por lo que las políticas deben comenzar en las etapas educativas anteriores y continuar posteriormente. Todo ello sin olvidar que la desigualdad de género es un problema social y que se tiene que trabajar por la igualdad de forma conjunta desde todos los ámbitos (familiar, educativo, laboral, político y social).

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Comentarios
  1. MiguelArranz dice: 19/10/2017 a las 09:08

    Excepcional análisis, muy esclarecedor. Queda todavía mucho camino por recorrer, especialmente si tenemos en cuenta el crecimiento que está teniendo el sector tecnológico. Las brechas pueden seguir aumentando…

  2. […] es preocupante la baja presencia de la mujer en este ámbito.  En España, mientras que el 38% de los chicos optan por estudiar carreras de ciencia, ingeniería o arquitectura (STEM), sól…. Esta proporción ha ido disminuyendo en los últimos años. En informática tan sólo un 12% de […]

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