Pruebas de acceso a la universidad: origen, desarrollo y, ¿futuro?

Han pasado 41 años desde que una primera generación se enfrentó a las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), más conocidas como la selectividad. Y parece que este será el último año en que se realicen. Más allá de las controversias que puedan existir en torno a ellas, han determinado el futuro de muchos jóvenes. Por ello, un espacio de conversación sobre la universidad como éste no puede permanecer ajeno a la noticia.

En 1974, Cruz Martínez Esteruelas puso fin a la reválida para todo el que quisiera estudiar una carrera, procurando responder a la creciente demanda de estudios universitarios por parte de los jóvenes. Con la «ley Esteruelas» se reguló el examen de Selectividad y, en junio de 1975, se celebró el primero. Los alumnos de esa convocatoria tuvieron que realizar el resumen de una conferencia, un análisis de texto, preguntas sobre Lengua y Matemáticas, y sobre dos materias optativas. Desde entonces, esta prueba ha sido objeto de diferentes modificaciones hasta hoy.

La nueva prueba final de Bachillerato, que comenzará a aplicarse a partir del próximo curso 2016-17 en lugar de la Selectividad, tendrá un formato similar a ésta y no incluirá preguntas test como estaba previsto en un primer borrador  y se podrán alcanzar también 14 puntos.

Entonces la pregunta sería, ¿en que varía la situación?

La controversia de fondo parece que se ha establecido con respecto a un tema en concreto: si la prueba final de bachillerato se considera necesaria para obtener el título de bachillerato, hablaríamos tanto de reválida como de prueba de acceso a la universidad mientras que, hasta ahora, bastaba con el visto bueno del centro universitario. Por otro lado, la legislación que desarrolle la LOMCE tendrá que enfrentarse primero con el formato y contenidos de una prueba que, el año que viene y con carácter provisional -en principio-, no determinará la obtención del título.  El 27 de abril, el ministro en funciones y Segundo Píriz, presidente de la CRUE, celebraron un encuentro en el que se trataron cuestiones relativas a este tema y sobre el que la misma CRUE ha informado (ver aquí). Destacamos las conclusiones más relevantes:

  1. «El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y Crue Universidades Españolas han acordado que, de acuerdo con lo establecido en la LOMCE, el Ministerio determinará el marco general de la prueba, las características, el diseño y los contenidos de las pruebas. Es decir, el marco común de las pruebas».
  2. «Serán las comisiones organizadoras en las Comunidades Autónomas las encargadas de realizar -en su ámbito de gestión- las evaluaciones finales, siendo responsables de la aplicación material de las pruebas, incluyendo su elaboración, fijación de los tribunales, las fechas y lugares para su realización, reclamaciones, etc».
  3. «Los alumnos se examinarán de las materias troncales, dos materias opcionales y una materia de las específicas, a elección, en estos dos últimos casos, de los estudiantes».
  4. «Se elaborará un Real Decreto que también regulará el acceso desde la FP y resolverá situaciones transitorias para los estudiantes del actual sistema».
  5. «Las pruebas se harán en presencia de profesores del sistema público español y los equipos directivos y el profesorado de los centros participará en su realización».
  6. «La nota final del examen se fijará con un 60% de la media de las asignaturas cursadas en el Bachillerato y un 40% de la prueba externa del Bachillerato».

En definitiva, nos encontramos en una fase de diálogo entre los diferentes actores del ámbito educativo y todavía no disponemos de resultados que nos permitan analizar con cierta objetividad el alcance y la profundidad de los cambios.

 

Comentarios
  1. Nombre dice: 17/11/2016 a las 18:14

    Como podrán acceder alumnos con prubas específicas y general aprobadas.Se tendrá encuenta que si específicas caducan ya no tienen opción a presentarse a estas y estarían en desventaja?


¿Y tú qué opinas?