ChatGPT y las universidades
Cerrábamos la primera entrada sobre ChatGPT de Andrés Pedreño anunciando el posible uso y/o efecto que puede tener esta herramienta en las universidades.
ChatGPT, tras someterlo a diversas pruebas, es lo suficientemente capaz como para ayudar a los estudiantes a contestar sus exámenes o escribir trabajos originales y otras tareas extremadamente complejas. Algunos profesores e investigadores “open mind” también están entusiasmados con sus prestaciones.
Aparentemente Noam Chomsky nos echó un jarro de agua fría sobre el uso de ChatGPT. Lo calificó como “un plagio de alta tecnología y una forma de evitar el aprendizaje”… “El ensayo universitario murió hace años. Es un juego… en el que un estudiante me envía un archivo electrónico que, cuando se abre, derrama un revoltijo de palabras que el remitente propone como un trabajo terminado”». Chomsky mencionó todo esto en una conversación con el canal EduKitchen. Añadió que “algunos estudiantes han estado empleando alta tecnología para evitar aprender y es una señal de que el sistema educativo está fallando”. Y “si el sistema educativo no atrae a los estudiantes, no les interesa, no los desafía, no les da ganas de aprender, encontrarán salidas”, remarcó Chomsky.
Las declaraciones de Noam Chomsky han sido interpretadas contra ChatGPT, aunque si se analizan con más detenimiento, son de una carga de profundidad aún mayor para los actuales sistemas educativos.
Interpreto que lo que señala es a todas luces la incompatibilidad del sistema educativo actual con herramientas del tipo ChatGPT.
Sin esperar a un análisis en profundidad, algunas universidades se han preparado para “matar al mensajero”. Sciences Po, una de las mejores universidades de Francia, ha prohibido el uso de ChatGPT, aunque no especificó cómo rastrearía su uso y está por ver si para lograrlo terminará prohibiendo los móviles, algo que ya hicieron algunos colegios franceses con anterioridad a ChatGPT. Permitidme que con todo respeto califique este tipo de medidas como un absoluto despropósito.
¿Seremos los últimos de la cola?
Como está ocurriendo desde los noventa Europa corre el riesgo de quedarse muy rezagada digitalmente no sólo respecto a EE.UU sino muchos países de Asia, incluida China, como analizo con Luis Moreno en nuestro libro sobre «Europa frente a EE.UU y China. Prevenir el declive en la era de la Inteligencia Artificial«.
Algunas escuelas públicas en la ciudad de Nueva York y Seattle y varias universidades estadounidenses han anunciado su intención de hacer menos tareas y trabajos para llevar a casa y más ensayos escritos a mano y exámenes orales. Algo bueno de todo esto: la IA quizás haya aniquilado los interminables trabajos y tareas en casa. Y probablemente sea la inductora la fuerza del Aula Invertida: estudiar en casa y trabajar en equipo y con el profesor en el aula. Algo que ya era muy recomendable para expertos del MIT y otras grandes universidades al inicio de Internet y los movimientos de los contenidos abiertos.
En general, según The New York Times “alarmadas por los chatbots de IA, las universidades comienzan a renovar la forma en que enseñan”. Esta es la clave. No matar al mensajero o declarar la guerra a la IA, sino promover una explotación inteligente en beneficio de la enseñanza. Y ciertamente, la existencia de ChatGPT hace inaplazables cambios que se venían demandando desde hace décadas.
Una revolución de mucho más alcance
ChatGPT está planteando preguntas importantes para educadores e investigadores de todo el mundo. Sin embargo si se centran únicamente en el fraude o el plagio de trabajos y no en cómo explotar este tipo de herramientas estaríamos marginando una de las mayores revoluciones de nuestro tiempo.
Hace aproximadamente un año, previamente a ChatGPT, los desarrolladores de 1MillionBot empezaron a diseñar un chatbot de ayuda a la asignatura “Derecho Internacional Privado” de la UA a través del Proyecto Bártolo. Durante los primeros meses el chatbot solo se hace eco de las preguntas de los estudiantes y las dudas y cuestiones en general que suscita la asignatura y su estudio. Los profesores de la asignatura recordaban a los alumnos en cada clase que hicieran todo tipo de preguntas para la preparación de la asignatura (atención a las clases, lectura de manuales y artículos, repaso de apuntes, preparación de exámenes y trabajos, etc.).
En escasos meses los alumnos hicieron más de 2.000 preguntas. Un “data” valiosísimo. Un “escáner” de las barreras existentes para la comprensión de la asignatura y la base para una enseñanza más personalizada. Pero de la experiencia, uno de los profesores llegó mucho más lejos al decirnos: “se podría evaluar a los alumnos por el tipo de preguntas que han hecho”. Las preguntas denotaban claramente aquellos alumnos que habían leído, aprendido y comprendido los aspectos más importantes de la materia, frente aquellos cuyas lagunas dejaban en evidencia el escaso trabajo y esfuerzo realizado.
¿Y si en la era de ChatGPT las evaluaciones deberían hacerse evaluando las preguntas y no las respuestas?
Si el reto es explotar una de las herramientas de conocimiento más potentes de las que dispone la humanidad actualmente, una propuesta que lleve la “prueba de carga” a las preguntas podría tener todo el sentido.
En el ámbito de la salud, cualquier especialista médico es incapaz de leer y asimilar actualmente todos los artículos científicos publicados, ensayos clínicos, datos generados por pacientes, historiales, fármacos disponibles, etc. incluso referido a una especialidad muy concreta. Y así podríamos seguir con lo mismo sobre cualquier especialidad científica. La IA si puede. La IA generativa proporciona al especialista herramientas extraordinariamente valiosas, recopilación de información muy dispersa fácilmente estructurada, textos generativos inspiradores o con información decisiva. Claro, siempre que sepamos hacer las preguntas correctas.
Hacer preguntas inteligentes para obtener las respuestas que necesitamos y que sintetizan enormes cantidades de datos y textos. ¿Vamos a renunciar a un instrumento así?
Algunas ideas fundamentales
Para no hacer un artículo extensísimo, dado que el tema da para infinitas páginas más, me centraré en un conjunto de ideas y propuestas de debate.
1)Herramientas de un enorme potencial a corto plazo.
ChatGPT basado en GPT3 es solo el inicio de una serie de herramientas con un enorme potencial para la docencia y la investigación. OpenAi, la empresa propietaria de ChatGPT, anunció hace meses GPT4 con prestaciones más potentes[1].La lucha por la primacía entre Microsoft (ChatGPT, OpenAI) y Google (Bard, Palm.. ) propician un marco de innovaciones y desarrollos acelerados a corto plazo. Lo mejor que nos puede ocurrir es “jugar”, aprender y asimilar este potencial con una herramienta todavía muy limitada como es ChatGPT que nos prepare y ayude afrontar con garantías plataformas y herramientas muy superiores[2].
2) La docencia con ChatGPT es objeto de disrupción.
No es sólo un tema de posibles fraudes o plagios en los trabajos encargados para casa. Los alumnos llevan en sus bolsillos una herramienta que puede superar al profesor que está en la tarima si éste se limita a dar información convencional sobre los temas de la asignatura. La IA obliga a redefinir la enseñanza. Quizás invite a un “Aula invertida” donde profesores y alumnos trabajan conjunta y creativamente en grupos reducidos con la IA (ChatGPT y similares), una vez los alumnos han asimilado previamente los fundamentos y conceptos básicos. El “Aula invertida” pudiera ser una hipótesis interesante de partida. Los exámenes y los sistemas de evaluación convencional también deberán ser profundamente revisados. La educación personalizada se erige como fundamental para impedir brechas relevantes entre alumnos (incluso entre profesores).
3) La investigación puede recibir un impulso y apoyo decisivo a través de ChatGPT y similares.
Especialmente para los temas más complejos basados en gran cantidad de información y data. Los investigadores en condición de hacer las preguntas correctas tienen una herramienta entre sus manos capaz de potenciar enormemente nuevos descubrimientos científicos. Se debería redefinir el concepto de propiedad intelectual y fomentar sistemas de conocimiento abierto y trabajos colaborativos[3]. En algunas pruebas ya publicadas para evaluar el uso de chatGPT en el proceso de investigación, se ha llegado a la conclusión de que la salida de resultados sin procesar genera ideas de investigación plausibles. Agregar algunos datos privados mejora la calidad medida de estos. O añadir experiencia en el dominio mejora en gran medida la calidad”. Sin olvidar su potencial en las revisiones de literatura y sugerencias de hipótesis, como plantean Michael Dowling y Brian Lucey. El potencial de ChatGPT como herramienta de investigación pone en evidencia la “kafkiana” situación actual -por no utilizar calificativos peores- de contenidos de investigación cerrados, desarrollados con dinero público, y privatizados con doble coste para las universidades (publicación y uso). Con ChatGPT, lo más grave ahora es que la IA generativa y su potencial no es aplicable a todo ese enorme corpus investigador relacionado con materias fundamentales (medicina, cáncer, cambio climático, nanotecnología…). Además, algunos científicos y revistas especializadas están desaprobando que ChatGPT aparezca como coautor en trabajos de investigación. Creo que esto vuelve a ser un error. En vez de empecinarse en trabajos de investigación “originales” pero mediocres en sus resultados deberíamos aspirar -e incluso a obsesionarnos- en la relevancia de nuestros avances y resultados. Los editores deben esforzarse por regular su uso acorde con una explotación de su potencial en beneficio de unos avances científicos realmente relevantes.
4) La explotación de ChatGPT en el trabajo profesional es/será decisiva.
Un aviso a aquellas instituciones o países que estén pensando en establecer restricciones, sobre regulaciones y otras medidas por el estilo en torno a una zona de confort o cambio controlado, tutelado… Estamos ante una herramienta capaz no sólo de generar brechas relevantes entre personas o universidades según su uso intensivo o no en su explotación profesional, sino que puede generar diferencias significativas entre países. ChatGPT abrirá múltiples desarrollos que harán muy fácil su uso en innumerables facetas relacionadas con el trabajo, el ocio, el comercio, el propio desarrollo de plataformas tecnológicas, etc. La mejor política que puede hacerse es quizás motivar su uso y explotación, especialmente en un país como España que es uno de los campeones de Europa en desempleo juvenil, con cifras inadmisibles socialmente.
5) Universidades españolas y la IA.
Por todo lo dicho anteriormente sería importante percibir ChatGPT como una oportunidad para las universidades españolas. La IA y los fondos NexT Generation constituyen una ocasión única para llevar la docencia, la investigación, la eficiencia de los servicios universitarios a unos estándares destacados en el marco internacional
Oportunidad y reto
En conclusión, ChatGPT representa una oportunidad para transformar la educación en las universidades y mejorar la experiencia de los estudiantes. Al utilizar tecnología avanzada para procesar y comprender el lenguaje humano, ChatGPT también abre la puerta a nuevos horizontes en la educación, brindando a los estudiantes la oportunidad de aprender de manera más personalizada y adaptativa. A los investigadores les puede ayudar a romper los límites para procesar y asimilar grandes cantidades de información.
Necesitamos una mente abierta y curiosa para sacar el máximo partido de la tecnología de ChatGPT en las universidades y empoderar a los estudiantes a aprender de manera personalizada y adaptativa.
No privemos a los estudiantes de su derecho a explotar todo el potencial de las tecnologías que definen su tiempo y que serán imprescindibles para su desarrollo profesional.
Propiciemos una enorme oportunidad a nuestras universidades. Frente a otros países de Europa tenemos una potencial influencia en un continente americano con más de 500 millones de hispanoparlantes y aspiramos desde hace décadas a ayudarles a salir de un subdesarrollo crónico.
Notas al pie
[1] Los expertos indican que GPT-4 será sustancialmente más grande que el de GPT-3. Este último cuenta con 175 millones de parámetros y GPT-4 aunque no se sabe, se espera que su aprendizaje automático sea muy superior. por ejemplo que sea capaz de aprender nuevas habilidades a partir de unos pocos ejemplos. GPT-4 podría aprender de otros factores y autoevaluarse para encontrar problemas en sus propias respuesta., entre otras funcionalidades.
[2]Por supuesto, le he preguntado a ChatGPT “Cómo podría usar Chat GPT en las universidades”. Esta ha sido su respuesta íntegra entrecomillada:
“Hay muchas formas en que ChatGPT puede ser utilizado en universidades, aquí algunos ejemplos:
- Asistente virtual para estudiantes: ChatGPT puede ser utilizado como un asistente virtual que pueda responder preguntas de los estudiantes sobre cualquier tema relacionado con su programa de estudios, incluyendo fechas importantes, requisitos de grado, horarios, etc.
- Sistema de tutoría en línea: ChatGPT puede funcionar para responder preguntas específicas sobre una materia o disciplina y proporcionar tutoría en línea para estudiantes que necesitan ayuda adicional.
- Generación de contenido educativo: ChatGPT puede ser utilizado para generar contenido educativo de alta calidad, como resúmenes de lecciones, cuestionarios, ensayos, etc.
- Asistencia en la evaluación de ensayos: ChatGPT puede ser trabajado para evaluar ensayos de estudiantes, (empeorar sobre) la claridad, coherencia, y cohesión del escrito.
- Sistema de respuesta a preguntas en tiempo real: ChatGPT puede ser utilizado en clases en línea o presenciales para responder preguntas en tiempo real de los estudiantes, ayudando a los profesores a mantener la participación y el interés de los estudiantes.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo ChatGPT puede ser utilizado en universidades para mejorar la educación y hacerla más accesible y eficiente para los estudiantes”.
[3] Aparte del texto, ChatGPT puede formular modelos matemáticos, código, hojas de cálculo…
La disrupción está en Marcha. Es cuestión de Tiempo. No son las Autoridades o Docentes quién opte por la innovación, serán los ALUMNOS
Estaría bastante de acuerdo si, como está sucediendo las universidades han estado insuficientemente abiertas a las disrupciones que han ido progresivamente planteando.
Gracias, Andrés, por tus sabias reflexiones. Leyéndote y escuchándote atentamente hablar el viernes 24 en las XIX Jornadas sobre Docencia en Economía Aplicada celebradas en Madrid en el CaixaForum sobre este tema tan apasionante, uno descubre que no hay vuelta atrás. No hay retorno a la situación anterior por mucho que se empeñen las Universidades o centros educativos que de manera “defensiva” prohíben el uso de este chat, o los profesores e investigadores que no sacan partido de la IA, o los estudiantes que no aprenden de manera interactiva con el chat aunque sea con el fin de “hacer trampas” en sus ensayos, tareas y trabajos, o las revistas científicas que intentan prohibir la coautoría con “máquinas inteligentes”, etc.
Muchas gracias Carmen. Fue un placer compratir con colegas de economía estos temas.
[…] a una disrupción de la enseñanza. No vale decir que tiene fallos, sino que hay que explicar por qué tiene fallos (si los tiene) y […]
[…] Enlace al post original […]
[…] Se ha empezado a hablar, y mucho, del ChatGPT («la inteligencia conversacional más avanzada del mundo«, a decir de algunos) que definen como «un prototipo de chat con inteligencia artificial que se especializa en el diálogo«. Nuestros blogueros comienzan a verlo desde distintos ángulos: por sus usos y aplicaciones ; su ética; o su utilización en formación. […]
[…] que las clases y el sistema educativo han fallado). También hay quien revira que es posible usar ChatGPT en la educación o en la investigación sin incurrir en […]
[…] aquí para leer la segunda parte de la entrada de Andrés Pedreño sobre […]
[…] encargan los medios, los creadores de opinión educativa y académica (Clark aquí y aquí , Pedreño,… y otros más actuales), prestigiosas plataformas como Graduate School of Educationa de […]