De lo poco probable a lo aconsejable en la ciencia española

Después del tsunami del coronavirus que está cambiando todas nuestras vidas y la evidencia de que la ciencia es el único instrumento posible para avanzar en éstas y otras batallas de la humanidad, la reflexión sobre hacia dónde y cómo tenemos que actuar en España es fundamental.

Los proyectos de la CICYT para el 2019

Hace pocos días se conocieron los resultados de los proyectos competitivos de investigación de la Agencia Estatal de Investigación para el año 2019, los denominados en la jerga como proyectos de la “CICYT”. Son proyectos que se supone permiten una financiación basal de los grupos de investigación. Se han adjudicado 492,3 M€ en las modalidades de Generación del Conocimiento y Retos de Colaboración. En la primera se han financiado 2.882 proyectos, mientras en la segunda 158 proyectos. Es decir, en total 3.040 proyectos en todas las áreas. Además, del monto total, 80,1 M€ son créditos a los cuales los organismos públicos tienen mucha dificultad de acceder.

El análisis de estos números es desalentador. En primer lugar, la convocatoria 2019 se resuelve en junio de 2020, lo que, sumado a los inevitables retrasos burocráticos, no permitirá empezar de forma efectiva dicha convocatoria hasta bien entrado el otoño de 2020. ¡Casi un año perdido! Sin contar que la incorporación de los investigadores FPI, asociados a estos proyectos, tarda casi dos años. ¿Qué harán nuestros mejores investigadores jóvenes durante todo este tiempo? Pues irse. 

En segundo lugar, el promedio de financiación de cada proyecto es de 161.940€, incluidas las áreas de gran consumo de fondos y personal como la biología, la ingeniería, la física, etc. Si, además, tenemos en cuenta que el promedio de los proyectos es de 3 años y que los proyectos normalmente cuentan con 2 subproyectos y 5 EDPs en cada uno, el resultado en media es de 5.398€/año investigador, incluidos material inventariable, fungible, contratación de personal, viajes, etc. ¿Se puede hacer ciencia de calidad con este dinero? Claramente no.

La inversión española en I+D: muy por debajo de la media europea

Por otro lado, nuestra inversión en I+D es de un bajísimo 1,24% del PIB, muy por debajo de la media de la UE28 que se sitúa en un 2,12%. España, estando en el número 13 en PIB mundial, se encuentra en el número 31 en el ranking de I+D, por debajo de Portugal, Hungría, Irlanda… Evidentemente, es un desequilibrio notable. ¿Como lo podemos corregir?

Lo primero, es aumentar la financiación en I+D para llegar al tan preciado 2,12%. Esto implica un aumento del 20% anual durante 4 años consecutivos. Además, esto implicaría, en una progresión lineal, doblar la media de los proyectos que pasarían de 161.940€ a 335.799€. No obstante, ¿en la actual situación de crisis económica puede tener lugar un desembolso de estas características? Lo veo poco probable.

La segunda línea de actuación debería estar relacionada con una estrategia de priorización. Se me hace incomprensible cuando investigadores senior critican que la tasa de financiación del 44,1% en proyectos de la CICYT (Generación de Conocimiento y Retos de Investigación) es bajísima o cuando algunas organizaciones dicen que la tasa de éxito del 42,5% en los sexenios tecnológicos es denigrante. Esta conciencia de “café para todos” es lo que realmente mata el progreso científico en España. Todos están de acuerdo en la excelencia mientras las evaluaciones no le excluyan a uno mismo. Como ejemplo, puedo señalar que la tasa de éxito en los proyectos europeos del programa marco Horizon 2020 en el área TIC se sitúan en torno al 10%. ¿Por tanto, podemos erradicar el “café para todos” en la ciencia española? Será difícil, pero es lo más aconsejable.

Posibles estímulos para la ciencia española

¿Cómo se podría, por tanto, implementar este posible sistema de estímulo para la ciencia española? Como hemos señalado, en primer lugar, lo prioritario es aumentar la financiación. Aumentar en la cantidad que se pueda y que se quiera, pero aumentar. Y además, que se haga con transparencia. Que no nos enseñen, como en el pasado, gráficas ascendentes cuando la financiación efectiva bajaba.

Por otro lado, que eliminen de la contabilidad de inversión en I+D los créditos a los cuales los organismos públicos tienen un limitado (o nulo) acceso. Y, sobre todo, que no pierdan años de financiación con la excusa de la burocracia.

En segundo lugar, priorizar el esfuerzo es decir «no» al “café para todos”. Parece más que aconsejable que con escasez de fondos España selecciones sus prioridades. Hay diferentes formas de implementarlo, pero la más aconsejable sería tener tres enfoques independientes:

  1. El empresarial, que identifique el potencial económico español con parámetros objetivos, donde somos fuertes (sector de la automoción, ferroviario, aeronáutico, la banca, etc., definidos por comisión de expertos económicos).
  2. El científico, que, con una comisión externa internacional, confirme objetivamente dónde realmente somos fuertes y dónde no, dónde tenemos masa crítica y dónde no (trasplante de órganos, materiales, robots inteligentes, big data, etc., como posibles ejemplos.).
  3. El futurista, que identifique en dónde podemos ser realmente referencia en unos pocos años implicando las start-ups de éxito y a los think-tanks (por ejemplo, neuroinformática, mapa 3D del subsuelo, los marcadores médicos, etc.).

Gestionando de forma integrada estos tres enfoques podremos saber en muy poco tiempo cual son las prioridades de la ciencia española y dónde es aconsejable que las administraciones hagan una inversión extra para que podamos destacar en esos campos a todos los niveles, publicaciones, patentes, creación de empresas, valor añadido para la economía y la sociedad. Y, sobre todo, ser realistas: no lanzar programas para intentar desarrollar gigantes informáticos españoles. Solo Apple™ invierte en I+D anualmente 14.400 M€ millones, es decir, casi el total del presupuesto español (14.900 M€). De seguir como estamos seguiremos lamentándonos de nuestra mala suerte.

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Comentarios
  1. José María dice: 08/07/2020 a las 15:05

    ¡…ja, ja, ja, ja, ja! Perdón por las carcajadas, que pueden parecer no aptas para una zona de comentarios, pero me seguían durando tras encontrarme con el final de este artículo de opinión. El artículo presenta problemas fundamentales de la ciencia en España y algunas de las soluciones imprescindibles (mucha más financiación, acabar con la burocracia inútil), pero el último punto, el de «priorizar el esfuerzo es decir «no» al “café para todos”, es de un insulto que provoca la risa. Porque claro, el Sr. Balaguer «sabe» que «objetivamente donde realmente somos fuertes y donde no» incluye su área de investigación, «robots inteligentes» (¿quién habrá estado diseñando y fabricando los «robots tontos» todos estos años?). ¿O acaso el Sr. Balaguer está dispuesto a renunciar a financiación pública para el resto de su carrera, como está pidiendo para otros? Porque el famoso «café para todos» no es que se financie investigación en todas las áreas, sino que se distibruya el dinero más o menos equitativamente entre todos aunque no lo merezcan, simplemente para que algunos no se quejen. Proponer dejar de financiar investigación para áreas enteras del conocimiento en las universidades y centros españoles (pero nunca para la mía, eh, que es «objetivamente» potente y moverá dinero en las «start-ups de éxito y a los think-tanks») es de llevar unas anteojeras de burro pasmosas como análisis o propuesta de una política de investigación (nacional, regional, universitaria… da igual el nivel). Pues, ¿qué puede salir mal si arrasamos la investigación en áreas enteras? ¿Podría haber –me pregunto yo– alguna consecuencia indeseable a corto, medio y largo plazo? ¡Nah! Aunque pensándolo bien, quizá haya que ir adelante con esas comisiones externas internacionales que «confirmen objetivamente dónde realmente somos fuertes y dónde no»: tal vez alguno se lleve alguna sorpresa inesperada…

  2. David C. dice: 08/07/2020 a las 21:23

    Estimado José María: entiendo lo de sus carcajadas porque yo tampoco salgo de mi asombro. Es duro leer estas cosas del «café para todos» después de unos meses tan duros. Siguiendo la lógica empresarial e hipertecnológica que este señor expone se deberían de eliminar de un plumazo no sólo las limosnas que consiguen, por ejemplo, los proyectos relacionados con las Ciencias Sociales y Humanidades… ¡se debería acabar con todo aquello que no tenga un beneficio económico-empresarial-tecnológico inmediato y, sobre todo, que no cumpla el primer enfoque que este autor apunta para solucionar los males de la ciencia en España: el enfoque empresarial! Acabemos de una vez con las Facultades de Filología, Filosofía, Geografía, Historia… ¿para qué sirven las Humanidades? La Filosofía ha muerto, viva la banca ¡bienvenidos a la realidad! ¡Formemos a robots que no piensen para construir robots! ¡Dejemos que las prioridades de la ciencia española las definan una comisión de expertos económicos, como el Sr. Balager propone! Madre mía, creo que ni siquiera los políticos se han atrevido a tanto a despreciar la idea integradora de la palabra Universidad y ciencia.

  3. Armando dice: 09/07/2020 a las 05:24

    Vistos los dos comentarios anteriores, uno se da cuenta de que es difícil promover ningún cambio positivo en nuestro sistema de I+D. Obviamente que hay que procurar una mínima financiación basal en el sistema, pero defender el «café para todos», demuestra que todavía hoy, en el SXXI, todavía hay mucha gente que no conoce/entiende cómo funciona la ciencia en el mundo avanzado/civilizado. Dense un paseo por Alemania, Francia, RU, China, EeUu,…

  4. José María dice: 09/07/2020 a las 10:53

    Estimado Armando, he hecho más que darme un «paseo» por varios de los países que menciona, tanto de predoc en estancia como de postdoc como de profesor titular, y allí donde he estado (desconozco directamente, por ejemplo, el caso de China) no sucede nada como lo que propone el Sr. Balaguer. La parte final de su propuesta, la de «si no hay más dinero, que el que hay se invierta en unos pocos campos» se articula en una concepción puramente «top-down» de la investigación, con un sesgo ultra-tecnológico y de aparente monetarización rápida que es más que evidente. Una cosa es dedicar más recursos a ciertas áreas que ya son fuertes para asegurar que mantienen su nivel competitivo internacional, pero otra cosa es abogar por hacerlo a costa de arrasar el resto de campos. Eso solo llevaría a cargarse áreas enteras durante mucho tiempo, aquellas que, desde cierta concepción, no son «útiles» ni «rentables». En varios de esos países que menciona, en cambio, son conscientes de la importancia que tienen las áreas no tecnológicas (vea las cantidades de dinero que reciben investigadores –que no solo grupos, además– de Humanidades o Ciencias Sociales en esos países), los proyectos novedosos y de arranque (para los que se destinan «seed grants») y que la investigación, dentro de las limitaciones presupuestarias de la realidad (y que vienen determinadas por los gobiernos en sus diferentes niveles), la tienen que articular los propios investigadores («bottom-up research»). Fíjese usted, justo ahora estoy evaluando proyectos de un país EU que sigue estos últimos criterios que le comento: voy a escribir a su agencia para informarles de que lo están haciendo mal y que todo el dinero que van a invertir en áreas no tecnológicas es un despilfarro.

    Obviamente nuestro sistema de I+D necesita cambios estructurales importantes, pero cambios sensiblemente a peor: no, gracias.

  5. David C. dice: 09/07/2020 a las 11:51

    Armando: vengo del mundo anglosajón, así que no me de lecciones porque no me conoce. Tampoco olvide identificar «resistencia al cambio» con la capacidad crítica de la Universidad… al menos todavía en España, no sé en la China que Vd. pone como ejemplo.

  6. Ángel F. dice: 09/07/2020 a las 15:48

    Las airadas criticas al artículo del Prof. Balaguer le dan la razón, va ser muy difícil erradicar el café para todos …

  7. José María dice: 10/07/2020 a las 08:50

    Para Armando y Ángel F. (y el Sr. Balaguer si esto leyere): o no se están explicando bien cuando usan la expresión «café para todos» o a la propuesta necesita retoques. Según se presenta, se aboga por que el poco dinero que se pueda añadir a los presupuestos de investigación se centre exclusivamente en áreas técnicas de potencial retorno económico rápido. Si se quiere proponer un plan específico de inversión para obtener réditos, adelante. Eso sí, habrá que evaluar el retorno económico concreto y las ganancias que generen los proyectos en los que se invierta, y quizá cerrar los grupos que no produzcan suficiente rentabilidad en el plazo de tiempo estipulado: si se prometen ganancias basándose en criterios «objetivos», habrá que cumplir. En todo caso, esto se confunde con invertir para mejorar la investigación española, que tiene que ir por los derroteros que ya he mencionado en intervenciones anteriores. Por cierto, revisando el impacto científico del Sr. Balaguer, veo que está lejos, muy lejos de los de mayor impacto en sus áreas, mientras que hay investigadores y grupos españoles en campos de Ciencias Sociales y Humanidades (ya saben, esos aparentemente no prioritarios y rentables) que están entre los de mayor referencia mundial. A ver si el café lo han servido a la mesa equivocada…

  8. Antonio G. dice: 10/07/2020 a las 15:15

    José María, creo que vive en un burbuja irreal. El mayor programa de I+D del mundo el Horizon 2020 ya contempla la priorizacion en su estructura y en sus Workprogramms a traves es de los biannual road maps. Los investigadores no investigan en lo que quieran, para esto está el FET Open o similar, sino en las prioridades que marca la UE.

  9. José María dice: 10/07/2020 a las 16:00

    Antonio G., sabrá muy bien que el programa Horizon 2020 abarca las grandes áreas del saber, no solo las tecnológicas o de potencial monetarización a corto plazo, que es a lo que se apunta en el final del artículo. Asimismo, usted mismo señala el FET Open, explícitamente presentado como «bottom-up research». Además, en los programas de investigación de otros países europeos y americanos, de nuevo, se financia investigación de todas las áreas y, en todos aquellos en los que he estado implicado como solicitante o evaluador (como las propuestas que ahora mismo tengo entre manos), no se marcan líneas exclusivas de investigación como criterio para conceder fondos.


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