Sobre educación, economía, ciudadanía y….el “tema” catalán

La educación es un tema que preocupa mucho a los españoles,… cuando no hay otros temas que preocupen más. El debate sereno y a largo plazo que merece un tema de tanta importancia solo se da en ausencia de otros. Debe defenderse el derecho a debatir y discrepar, pero no hay nada que nos ayude a priorizar esos debates. Debatir sobre los ingredientes de una tortilla de patata puede ser interesante (aunque llamándose como se llama…). Debatir sobre qué es una paella (o arroz en paella), puede ser un tema casi de Estado (valenciano). Pero hay problemas y problemas. La falta de sabor de los tomates es un problema menor que la sequía de este año o la contaminación en las grandes ciudades. En eso podemos estar de acuerdo.

En lo que no hemos estado de acuerdo es en la prioridad en los temas educativos. Para analizar, debatir y llegar a acuerdos, hace falta tiempo. ¿Recuerdan Educación para la ciudadanía? Este asunto absorbió todos los debates sobre educación durante varios años y un par de campañas electorales.  El tema es interesante, pero hay otros muchos a los que deberíamos dar prioridad: selección y formación de profesorado, aumento de personal docente, la financiación de la educación, modernización de la enseñanza… La intensidad de las discrepancias en temas vinculados a grandes emociones no deja espacio para debates sobre temas vinculados a grandes repercusiones.

Quizás adivinen porqué saco esto ahora. He repasado temas para esta entrada del blog y solo puedo pensar en El tema catalán. Y sobre eso, que tengo también mi opinión, no debería escribir aquí. Una vez más un tema de enorme importancia absorbe toda nuestra dedicación. No hay hueco para nada más. Parece que todo se para en espera de una solución al gran problema. Mientras tanto, desfilan delante de nosotros noticias, informes, indicadores que nos deberían hacer reflexionar, hacer debatir, provocar declaraciones y ruedas de prensa o convocar manifestaciones. Quizás con la misma intensidad que vivimos lo que está pasando estos días. Pero como diría un buen político, ahora no es el momento.

Dejo uno de esos datos para la reflexión (y pena), por si alguien no lo ha visto. Entre el 2010 y el 2014, el porcentaje de gasto que el gobierno ha destinado a educación (todo el sistema, incluido el universitario) ha descendido en España un 15%. En eso somos el primer país de la OCDE, seguidos de Eslovenia, Irlanda, Portugal e Italia (datos de la OCDE en su informe Education at a Glance 2017). No es solo que se haya reducido el gasto bruto, sino que también hemos reducido el porcentaje sobre el total del gasto público. Sabemos que no es seguro que siempre que se aumenten recursos económicos se mejore la calidad de un sistema educativo, pero sí es seguro que cuando se reducen, se empeora. Es una decisión de enorme gravedad, que también pasará desapercibida los próximos años porque los incrementos que experimentemos nos van a dejar “estadísticamente” satisfechos, aunque no nos llevarán a la situación que teníamos antes del 2010.

Podremos mantener estables nuestras políticas educativas cuando la educación sea una preocupación para los españoles (ciudadanos y políticos) durante varios meses después de la publicación de los informes PISA o de los rankings de universidades. Durante muchos años. Antes han sido otros temas los prioritarios; ahora toca El proceso catalán. Siempre hay otro más importante. Habrá que esperar a que sea el momento, a que sea una verdadera prioridad y podamos hablar con la misma intensidad de la educación.

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