Sobre el gobierno de las Universidades…

El pasado 1 de diciembre, tuvo lugar la presentación del libro, El gobierno de las universidades. Reformas necesarias y tópicos manidos, editado por la Universidad Jaume I de Castellón y la editorial Tecnos. La obra, coordinada por Vincent Climent, María Ripollés y Francisco Michavila –éste último editor de univerdad, reúne las opiniones de veintiuna personas, en su mayoría que ocupan o han ocupado puestos de responsabilidad en la gestión de las universidades españolas. Esta publicación aborda la necesidad, calado y oportunidad de reformar la manera de gobernarse que tienen en la actualidad nuestras universidades.

En el debate (recogido en Tribuna Complutense), celebrado en la sede del Instituto de Libre Enseñanza, se incidió en algunas de las cuestiones que hemos tratado en este blog, por ejemplo aquí. Sobre la necesidad de reformar el gobierno de las Universidades, José Luis López afirmó que «hay consenso en ir hacia un modelo que se ha comprobado que funciona, y al que estoy seguro que terminaremos yendo, pero para cambiarlo hay que hacerlo en el Parlamento y por el momento de eso nos tenemos que olvidar».

La reforma más importante de entre las que se proponen es la de una estructura de gobierno en tres niveles: el nivel más alto lo desempeñaría un reducido consejo, que es el que marcaría las líneas a seguir y los objetivos a conseguir; el segundo peldaño lo ocuparía el rector, consejero delegado, CEO, o como quisiera denominarse, y el tercer escalón jerárquico estaría reservado para un consejo académico que decidiría sobre las cuestiones más académicas o docentes. Un modelo que, nos recuerdan, siguen las mejores universidades del mundo, la mayoría de las grandes empresas, y las escuelas de negocios.

«Buscamos modelos de gobierno que permitan el desempeño de las funciones universitarias con la máxima eficiencia, y esto solo es posible en el ejercicio de la autonomía universitaria, con gran sensibilidad a las demandas sociales y una búsqueda continua de la excelencia en las actividades de enseñanza-aprendizaje y en la generación de conocimiento y su transferencia a la sociedad». Javier Uceda, (pág. 146).

Por otro lado, nuestro editor, Francisco Michavila, recordó que aunque la forma de elegir al rector o la manera de tomar las decisiones son los dos elementos de la gobernanza que más llaman la atención, las reformas no deben quedarse ahí, sino que deben afectar a otros aspectos básicos como la financiación («debe ser suficiente para lograr un cambio satisfactorio»), la autonomía («en contra de lo que se dice, las universidades españolas tienen muy poca») y la rendición de cuentas. De acuerdo con Michavila, quien desde la Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria lleva más de una década y media propiciando estos debates para la mejora de la universidad, «ha llegado el momento, ya que no hay consenso para reformar todo, de ver qué partes se pueden llevar a cabo y seguir una estrategia de paso a paso. Aunque eso sí -concluyó- los cambios que llevemos a cabo tienen que ser atrevidos, huir de componendas y estar basados en la credibilidad».

El contexto y la necesidad social exigen a las administraciones públicas la actuación inmediata para pensar y planificar una universidad comprometida con una sociedad que debe estar convencida del valor estratégico del conocimiento. Fecerico Gutiérrez Solana, (pág, 108).

Desde Universidad, celebramos la publicación de este libro, y damos la enhorabuena en nombre del equipo de editores a Francisco Michavila por contribuir de manera tan eficiente a la mejora del gobierno de las universidades.

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*Fuente: Tribuna Complutense, Consenso sin consenso para reformar el gobierno de las universidades. Autor de la noticia: Alberto Martín.

 

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