La evaluación de la investigación, la capacidad transformadora y la interdisciplinariedad en ciencia y tecnología

La manera en que se evalúa la actividad investigadora puede determinar la orientación y evolución de las carreras investigadoras. Recientemente, la Sociedad Científica Informática Española (SCIE) ha redactado y presentado en Málaga un manifiesto sobre la evaluación de la investigación en informática. El espíritu del memorando es poner sobre la mesa determinadas disfunciones que se pueden estar introduciendo en el ámbito de la ciencia, la tecnología y la ingeniería informática.

No obstante, los contenidos de dicha declaración son también de interés para la comunidad investigadora de otros campos científicos y tecnológicos. De hecho, en la presentación que del manifiesto se hizo en la mesa redonda del 23 de septiembre de 2020, el subdirector general de actividad universitaria investigadora declaró que los términos que recoge la declaración de Málaga son “básicamente obvios para todos los que estamos en la comunidad investigadora”.

Un poco de filosofía

Al discutir sobre cómo se evalúa la actividad investigadora, es bueno acudir a las fuentes sobre el uso de los términos ciencia y tecnología. En última instancia, la Filosofía de la Ciencia apunta al racionalismo crítico de Popper, quien definió la ciencia empírica como un intento de entender y explicar, de manera precisa, el comportamiento de algún aspecto de la naturaleza.

La tradición positivista también se centra en la capacidad de entendimiento o understanding como la base de cualquier desarrollo científico. Sin embargo, el monismo metodológico propuesto por la concepción tradicional más positivista ha limitado el carácter de ciencia a aquellas que aplican el método de las ciencias físicas y naturales.

Más allá del positivismo, Popper legitima la discusión sobre proposiciones no contrastables de las que pueden devenir no sólo conocimientos científicos, sino también aplicaciones tecnológicas. Los métodos para evaluar la validez de estas aplicaciones se han desarrollado gracias a una concepción bayesiana en Filosofía de la Ciencia. Así se plantea una controversia a la concepción original positivista, pues también se acepta, como base de métodos expresamente científicos, el nivel de probabilidad de que una hipótesis sea válida.

De esta forma, la ciencia moderna se ha nutrido de métodos estadísticos para desarrollar un amplio cuerpo de conocimiento en todas las disciplinas científicas y tecnológicas. El conjunto de conocimientos así construido es la base de la Ingeniería, que, en última instancia, se desarrolla sobre una base matemática y, fundamentalmente, cuantitativa y estadística. La ciencia y la tecnología han permitido a la ingeniería ser una actividad transformadora del conocimiento científico en algo de utilidad práctica, si bien tradicionalmente enfocada en aspectos físicos (mecánicos, químicos y eléctricos) y biológicos del mundo real.

Entendimiento y transformación

Paul Rosenbloom denomina shaping a esta capacidad constructiva y transformadora, atribuida tradicionalmente a la Ingeniería, que da forma o transforma la realidad. La transformación o shaping se une a la capacidad de entendimiento o understanding que ni la epistemología popperiana ni las teorías positivistas o bayesianas en Filosofía de la Ciencia ponen en duda.

No es difícil encontrar en cualquier ciencia una expresión clara de esa capacidad transformadora, incluso más allá de la Ingeniería y de las Ciencias Físicas, hallándose ejemplos notables en otras grandes áreas del conocimiento, como las Ciencias de la Vida, las Ciencias Sociales y las Humanidades.

Los ejemplos más notables en Ciencias de la Vida se hallan en la ingeniería genética y biológica, cuyo rasgo característico es la capacidad de dar forma, transformar y crear nuevas formas de vida.

Pero también en el dominio de las Ciencias Sociales y del comportamiento se puede encontrar esa capacidad transformadora, con base en el conocimiento del understanding generado en psicología o sociología. A través de los instrumentos tecnológicos oportunos, se puede transformar el comportamiento y las actitudes humanas, incluso a gran escala. Las redes sociales son tan sólo una expresión reciente y muy eficaz de la aplicación de estos instrumentos de forma masiva.

Hasta las Artes y Humanidades incluyen esa componente de shaping, al interesarse por cómo el objeto de su estudio, ya sea expresión escrita o plástica, oral o corporal, puede influir en los individuos y en la sociedad en su conjunto, moldeando mentes, maneras de pensar e incluso culturas.

Por último, las Ciencias de la Educación, a pesar de tener un encaje epistemológico más difícil en la clasificación de grandes disciplinas científicas, también incluye una componente transformadora, pues su mayor aspiración es transformar y dar forma a los individuos humanos a través del aprendizaje.

¿Cómo se valora la capacidad transformadora?

No obstante, resulta complicado hallar elementos de juicio que, para evaluar la actividad investigadora de una disciplina, valoren de igual forma los avances en el lado de la transformación que en el lado del entendimiento. Quizá las patentes y modelos de utilidad sean el elemento más aceptado en la evaluación de la capacidad transformadora, si bien su valoración está relativamente confinada al ámbito de las ingenierías.

De hecho, en la evaluación de los tramos de investigación o sexenios, las aportaciones sólo son valorables “si significan progreso real del conocimiento” [sic]. Los criterios varían dependiendo del campo de evaluación, pero en la resolución ministerial que publica cada año los criterios específicos de evaluación, para los campos 1 [Matemáticas y Física], 2 [Química], 3 [Biología Celular y Molecular], 4 [Ciencias Biomédicas], 5 [Ciencias de la Naturaleza], 7 [Ciencias Sociales, Políticas, del Comportamiento y de la Educación] y 8 [Ciencias Económicas y Empresariales] se señala que “las solicitudes que presenten patentes, previo informe del comité, se trasladarán al campo 6 [Ingenierías y Arquitectura]”. En los campos 9 [Derecho y Jurisprudencia], 10 [Historia, Geografía y Artes] y 11 [Filosofía, Filología y Lingüística] ni siquiera se valoran las patentes, si bien en algunos campos se introducen otros criterios alternativos para medir la capacidad creativa o transformadora.

En definitiva, el mecanismo actual más reconocido para evaluar la investigación está primando los aspectos de entendimiento y excluyendo o confinando los aspectos de transformación al ámbito de la Ingeniería o, desde hace poco, a la evaluación de la transferencia.

La transformación informática de la investigación

La ciencia y la tecnología informática han hecho saltar por los aires esa concepción epistemológica, ciertamente limitada, que subyace a la valoración de la investigación científica. El desarrollo de la informática ha traído consigo una nueva realidad virtual que, a veces, suscita la duda de la Filosofía de la Ciencia sobre si es una realidad objetiva, digna de ser estudiada por la ciencia, o se trata de una ilusión de los sentidos, de interés puramente epistemológico y de respuesta indiferente para los métodos y criterios científicos.

La tradicional dicotomía sobre si la informática es una ciencia [de la computación] o una ingeniería [informática] no es más que la expresión de la emergencia de un campo que aúna de una manera muy clara los aspectos de entendimiento y de transformación que presentan todos los grandes campos científicos.

La informática, además, se preocupa por las interacciones entre estructuras y procesos de los que, según Rosenbloom, adolecen otros dominios. El carácter dinámico del objeto de estudio de la informática, su preocupación por las interacciones y los procesos, más allá de las estructuras estáticas (fundamentales, por ejemplo, para las Matemáticas), ha afectado sobremanera al desarrollo de muchas disciplinas en otros grandes campos científicos, sobre todo en aspectos metodológicos.

Interdisciplinariedad y cambios metodológicos

Debido a este efecto en todos los campos del conocimiento, a menudo se ha caracterizado a la Informática como interdisciplinar. En el terreno educativo, algunas concepciones muy discutidas han considerado a la informática como meramente interdisciplinar. Dicha concepción ha inundado a veces el terreno de la investigación, apareciendo dudas sobre el grado de interdisciplinariedad de la investigación en informática y cómo ésta debe valorarse.

Más allá de esta disquisición, hoy por hoy la investigación en cualquier campo no puede desarrollarse usando solo el conocimiento, los medios y las tecnologías propias de dicho campo. Al contrario, toda investigación ya se hace en combinación con los instrumentos metodológicos que la ciencia y la tecnología informática pone a disposición de los investigadores. Dichos instrumentos permiten incrementar la fiabilidad y reproducibilidad de la experimentación científica, a la vez que reducen su coste.

En no pocas ocasiones, los laboratorios e instrumentos propios y tradicionales de la investigación en Ciencias Físicas o de la Vida sirven principalmente para validar avances científicos cuyo descubrimiento ha sido anterior y producido en un ambiente principalmente computacional.

La epistemología del cambio digital

Los cambios en cómo se está desarrollando la investigación científica en general llegan a plantear un dilema epistemológico, desde el momento en que se discute si la investigación se debe limitar a entender o explicar el comportamiento de algún aspecto físico o de la naturaleza (según la concepción positivista), o debe centrarse en algo más. Aunque Popper legitima la discusión sobre hipótesis que se alejan del ejemplo ideal de las ciencias físicas o naturales, los métodos y técnicas exigidos para una investigación rigurosa no siempre reflejan bien el encaje de la informática en la tradición positivista en ciencia y tecnología.

Por todo ello, Rosenbloom ha clasificado a la Informática, junto con las Matemáticas, en un gran dominio científico separado, al que Herbert Simon denominó Ciencias de lo Artificial. Con ello aborda una nueva epistemología complementaria a la de las Ciencias Físicas en que se fundamenta toda la tradición positivista que valora casi en exclusiva el understanding.

La Informática pone el foco en algo más que en el entendimiento. Si bien comparte con las Matemáticas una base común de entendimiento científico, también propone y valora la transformación que subyace a toda ingeniería. En definitiva, los cambios que la Informática trae consigo están sucediendo a niveles epistemológicos y metodológicos, afectando a todas las ciencias e ingenierías.

¿Cómo se valoran los cambios metodológicos?

A pesar del valor científico de los avances en Informática que afectan a otras ciencias, los criterios de evaluación de la investigación científica no siempre son claros, sobre todo en el ámbito metodológico. ¿Debe valorarse la capacidad de dar forma a un artefacto (ya sea físico o hecho de software), que sistematiza o agiliza el desarrollo y ejecución de un experimento científico?

Por ejemplo, si un laboratorio desarrolla un nuevo artefacto para hacer PCR, parece natural pensar que es un resultado valorable de la investigación en bioquímica. Pero cuando este nuevo desarrollo que sirve de soporte a una investigación bioquímica está hecho exclusivamente de software ¿queda tan claro cuál es su aportación y cómo valorarla?

Dicho de otro modo, ¿debe valorarse de igual modo la capacidad de entendimiento y la capacidad de transformación de los avances científicos? ¿Debe valorarse en función del campo científico para el que se esté realizando la evaluación? ¿Qué sucede con los avances interdisciplinares y transdisciplinares?

El número de patentes como indicador en ciencia y tecnología

Mientras los criterios que rigen los numerosos procesos de evaluación de la investigación que se realizan en el sistema español de ciencia y tecnología no arrojen algo de luz a estas preguntas, podemos seguir siendo uno de los países con más cantidad de publicaciones indexadas y un menor número de patentes. Si el incremento del número de patentes es un indicador de buena salud del sistema nacional de ciencia y tecnología, la forma en que se evalúa actualmente la investigación puede estar contribuyendo a ampliar la desviación entre las capacidades deseables y las capacidades reales de sus líderes en el futuro.

En el entorno europeo, mientras países como Alemania, Francia o reino Unido desarrollan un número de patentes relevante en relación a su peso económico, otros como España o Italia están desapareciendo de la lista de países solicitantes de un mayor número de patentes.

Una propuesta de valor(ación)

Una propuesta para paliar esta situación pasa por medir y valorar adecuadamente la capacidad creativa, transformadora, que surge de la interacción entre la ingeniería en general (o la informática en particular) y el resto de disciplinas de los grandes campos científicos, como expresión viva de la posibilidad de hacer investigación interdisciplinar y transdisciplinar de gran impacto en la economía y la sociedad actuales y futuras. En palabras de Murillo e Hidalgo:

Dime cómo evalúas y te diré qué sociedad construyes.

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Comentarios
  1. Emilda dice: 05/11/2020 a las 11:21

    De acuerdo que la evaluación tiene poder transformador y de entendimiento


¿Y tú qué opinas?