Habilidades no cognitivas en la universidad, ¿para qué?

Estos días de vacaciones he fomentado, de manera entusiasta, las relaciones sociales. En este tiempo de relax también he tenido ocasión de charlar con estudiantes universitarios sobre algunas cuestiones técnicas y otras menos técnicas, y mi sensación ha sido que urge prestar más atención al fomento de las habilidades en la universidad si queremos lograr esa deseada formación integral en nuestros estudiantes que les permita afrontar el mercado de trabajo de la mejor forma posible.

Pero ¿qué habilidades?: las sociales, sin duda.

La educación universitaria ha estado tradicionalmente basada en la adquisición de conocimientos. Las habilidades cognitivas han sido las facilitadoras del conocimiento y han permitido comprender y cultivar la formación e información que posteriormente se necesita en la vida laboral. Estas habilidades, muy relacionadas con el domino de contenidos, están y deben estar muy presentes en la educación universitaria.

Los economistas de la educación están prestando mucha atención a las habilidades no cognitivas. 

Sin embargo, en los últimos tiempos, los economistas de la educación están prestando mucha atención a las denominadas habilidades no cognitivas (llamadas también  habilidades sociales o soft skills). Dichas habilidades, centradas en rasgos personales, están en auge y han sido definidas como patrones de pensamiento y comportamiento. En mi opinión, este tipo de definición es quizá demasiado vaga para su comprensión. Si ponemos algún ejemplos quizás se entienda mejor lo que abarca dicho concepto. Son habilidades no cognitivas, por ejemplo, la motivación, el autocontrol, la perseverancia, la ética en el trabajo y la empatía, sin olvidar los rasgos de personalidad incluidos en las llamadas Big Five habilidades no-cognitivas (responsabilidad, apertura a nuevas experiencias, extroversión, capacidad de trabajar con otros, y estabilidad emocional). Es decir, podríamos resumirlo diciendo que son habilidades que proveen las bases y el soporte para el desarrollo de las habilidades cognitivas, al agrupar rasgos de personalidad y actitudes que facilitan el aprendizaje y permiten el desarrollo del conocimiento. Como puede observarse, tienen un componente genético y otro desarrollado por el entorno donde las personas crecen y se educan.

La barrera entre habilidades cognitivas y no cognitivas es, en mi opinión, bastante difusa; sirva como ejemplo destacar la habilidad vinculada a la autorregulación, que algunos autores califican como cognitiva y otros como no cognitivas.

En estas charlas veraniegas he echado de menos unas mayores habilidades sociales en algunos de nuestros estudiantes, y creo que la mayoría de nosotros estamos de acuerdo cuando afirmamos que unas buenas aptitudes sociales ayudan al éxito profesional. Si bien es cierto que en algunos estudios universitarios (como por ejemplos, los vinculados a recursos humanos)  el desarrollo de las soft skills está incluido en los curricula, en otros estudios, vinculadas a conocimientos más técnicos, estas habilidades no suelen aparecer en los planes de estudio. Quizás la explicación podamos encontrarla en la tradición y no en que resultan innecesarias, por lo que considero que deberían ser parte de la labor formativa de las universidades, consiguiendo de ese modo fomentarlas en nuestros estudiantes.

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Comentarios
  1. Ruben Mosqueda dice: 05/09/2016 a las 19:42

    En efecto, las habilidades no cognitivas son fundamentales en el éxito profecional de los estudiantes, pues, forman parte de las competencias. Sin embargo, es preciso identificar qué habilidades no cognitivas son precisas desarrollar, pues, se correría el riesgo dar más importancia a la socialización de la persona más que en la socialización del conocimiento.

  2. Emilda Ceballos dice: 07/09/2016 a las 14:44

    Ciertamente, este momento histórico, con sus particularidades, demanda con urgencia que prestemos atención para «aprender a vivir con el otro». Por ello el énfasis en promover la formación integral y por consiguiente, es fundamental, profundizar en todo el componente que desarrolle capacidades para establecer buenas relaciones. A nivel conceptual, creo que aún no hemos dado con el término que mejor refleje esta formación, o al menos, no comparto que a esta esfera de formación le demos el nombre de «habilidades no cognitivas». La empatía, solidaridad, afecto…. se gesta en el cerebro. Yo creo que más bien se trata de entender lo cognitivo en un sentido amplio y no restringido como hemos venido haciéndolo, sobre todo en el campo educativo.

  3. Marco A. Terán Salazar dice: 05/01/2017 a las 03:16

    Muy buen artículo y de aprendizaje se puede enriquecer
    Con ejemplos de q tipos de habilidades ofredc en resultados
    En ser un buen ciudadano .

  4. […] García Benau Mª Antonia. Habilidades no cognitivas en la universidad, ¿para qué? Universidad de Valencia. Blog de Studia XXI. Universídad. 05/09/2016. Recuperado el 25 de julio del 2017 de http://www.universidadsi.es/habilidades-no-cognitivas-la-universidad/ […]

  5. Rogelio Espinosa dice: 03/12/2020 a las 14:42

    muy buen tema a abordar en los establecimientos educaciones, sabemos que las habilidades no cognitivas o sociales son la base del crecimiento para el ser humano y sin duda una herramienta de valores, actitudes y habilidades blandas que perduraran para toda la vida


¿Y tú qué opinas?