La financiación de la universidad española: ¿un modelo agotado?
No parece muy necesario abundar en los graves problemas de financiación que asolan nuestro sistema universitario. Para hablar con precisión habría que hablar de los que asolan al SUPE- sistema universitario público español-, puesto que dentro del SUE también se encuentran las universidades de titularidad privada, que ya absorben un 25% de la demanda de grado, y un 50% de la de Master Universitario, sin costar un euro al erario público.
¿Gestión pública o privada de los servicios públicos?
En este punto, podíamos – como en el caso de otros muchos otros servicios públicos – profundizar en cual sería la mejor manera de satisfacer un servicio público, si mediante las estructuras conocidas de gestión eminentemente pública, o mediante alternativas privadas con ayuda publica a modo de concierto o similares.
En nuestra realidad tendemos a confundir, cada vez con mas frecuencia, el servicio público con la estructura estatal con la que se satisface el mismo, siendo cosas bastantes diferentes.
Pensemos en un momento en los albergues que acogen a personas sintecho, en comedores sociales, bancos de alimentos, o en otros lugares en donde se atiende a los más necesitados y desfavorecidos, y en desde que estructuras, y con que financiación, se satisfacen esas necesidades humanas básicas.
Las causas de la falta de financiación del sistema universitario público
Pero volviendo a donde habíamos empezado, el sistema universitario público español atraviesa serios problemas de financiación desde hace años. A que se deba tal infrafinanciación, en realidad no es fácil de saber, a múltiples causas.
La respuesta más inmediata, la falta de implicación de los gobiernos regionales que tienen esa competencia y responsabilidad, es la más obvia, pero poco completa. Añadamos algunas más: quizás la estructura pública está sobredimensionada, durante los 80 y los 90 se crearon muchas universidades públicas, al menos una por provincia, y campus en muchas otras localidades importantes. También al propio sobredimensionamiento del sector público en general en España, puede deberse el que a la Universidad vaya llegando cada vez una parte más pequeña del pastel (España pide a gritos una auditoria general – casi imposible – de nuestros sectores público).
Tampoco parece que de la empresa privada lleguen muchos fondos a la universidad, aunque eso puede tener mucho que ver con la escasa transferencia de tecnología que existe entre la universidad española y el sector productivo. Y finalmente parte importante de la culpa de la situación la tiene los graves defectos internos del sistema.
Informes globales: falta de claridad y transparencia en el sistema financiero universitario
Los informes globales sobre nuestro sistema universitario, hace años que vienen acusando a este sistema financiero de falta de claridad, de transparencia, de rendición, de cuentas, además de basarse en un modelo puramente cuantitativo, y no tener en cuenta criterios de calidad o el cumplimiento de objetivos.
El informe CYD 2024, de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, ha subrayado que el problema de financiación de la universidad, no es tanto un problema de cantidad – que también – como de utilización eficiente de los recursos. Dice este documento en el punto primero de su resumen ejecutivo: “Lo esencial es diseñar una estrategia que permita utilizar los recursos de forma óptima, con una clara vinculación a resultados medibles y objetivos de alto impacto”.
Tensiones entre universidades públicas y gobiernos regionales por la financiación
Mientras esto sucede, se reproducen las situaciones de tensión entre las universidades publicas y los gobiernos regionales en el momento de cerrar los presupuestos de cada curso. Situaciones que se van salvando a duras penas, pero que no dan mas de si, apenas sirven para salvar la situación año a año.
Sabido es lo acontecido en Madrid, en donde se ha recrudecido la tensión entre el gobierno regional y los rectores de las seis universidades públicas, que alcanzo una tregua por navidad. Se anunció un incremento del 4,2% en la aportación económica para 2025 (47,3 millones de euros adicionales), en comparación con el año anterior, además de acordarse de que durante el primer trimestre de 2025 se desarrollaría un modelo de financiación plurianual. Este incluiría un sistema de financiación basal, singular y por objetivos, en donde es fácil que salten las chispas, porque seguro que el gobierno de la presidenta Diaz Ayuso apuesta porque la parte de financiación variable por resultados, sea cada vez más importante, y los rectores no querrán cambiar mucho las cosas.
La necesidad de un cambio de modelo
En esta situación parece más que evidente que debería pensarse mas que seriamente en un cambio de modelo, y no en meros retoques o apaños para salir del paso políticamente, y no caldear los ánimos de los colectivos universitarios.
Seguir así, por mas que en la LOSU se plasmen objetivos que deben alcanzarse con el dinero de otros, no hará que cambien las cosas. La financiación pública de las universidades sigue lejos de llegar al objetivo del 1% del PIB, que el art. 55 de la LOSU establece como referencia para alcanzar la suficiencia financiera de las universidades públicas, y como objetivo a conseguir para el año 2030 entre la Administración General del Estado, las CCAA, y las propias universidades.
Del último informe de la universidad española en cifras elaborado para la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) correspondiente al curso 21-22 (página 181) , resulta que la aportación de recursos públicos al sistema universitario español se sitúa sistemáticamente en un 21% por debajo de los valores medios de la OCDE, y un 26% por debajo de los valores medios de la UE a 23. En concreto en el año 2020, el porcentaje del PIB dedicado a las universidades se situaba en el 0,77%.
El sistema de préstamos contingentes a la renta en Gran Bretaña
En Gran Bretaña se cambió a partir del curso 2011-12 el sistema de financiación de la docencia, pasando de las universidades a los propios alumnos a través del sistema de préstamos contingentes a la renta. Vamos a referirnos a los prestamos que financian las tasas académicas, aunque existen otros para los gastos de hospedaje y manutención.
Estas serían las características de los prestamos para tasas académicas, cuya devolución gestiona la Student Loan Company (SLC) es una sociedad limitada por acciones que pertenece al Estado británico y tiene por objeto recaudar las devoluciones de los préstamos (repayment) de los estudiantes a quienes se les otorga, que se calcula suponen un 85 % del total.
Características de los préstamos para la financiación
- Umbral exento. No existe obligación de devolver hasta que se supera las cantidades fijadas como umbrales exentos, ya sean percibidos como empleado o bien como autónomo (self-employed). El umbral depende del plan al que se haya acogido cada alumno. En la actualidad hay cinco planes para estudios de grado, cuya umbral exento varía entre los 25.000 & y las 31.000 &, más uno para estudios de postgrado, cuyo umbral baja hasta las 21.000&.
- El porcentaje de devolución sobre los ingresos percibidos que superen los umbrales exentos es del 9 % para los estudios de grado, y el 6% para los de postgrado.
- El interés esta en el 4,3%, para los estudios de primer ciclo, y en el 7,3% para los estudiantes de postgrado.
- La devolución se suspende cuando los ingresos bajen por debajo de los respectivos umbrales, y se cancela en caso de muerte o incapacidad.
- En cualquier caso, los préstamos se dan por concluidos pasado un tiempo desde que se otorgaron, aunque no se haya devuelto en su totalidad. En el caso de los préstamos del plan 1, la cancelación por transcurso del tiempo, podía ser a los veinticinco del comienzo de la devolución, o al cumplir 65 años, los nuevos planes han ampliado los plazos de devolución, así que en el caso del plan 5, el plazo se ha alargado hasta los 40 años desde su concesión.
Aplicación del sistema de préstamos contingentes a la renta en España
El estudio: “Income contingent university loans: policy design and an application to Spain» analiza la aplicación del sistema de préstamos contingentes a la renta al SUPE, partiendo de un escenario base que contaría con una deuda de 21.000 euros por estudiante (cercana al coste de una carrera universitaria para el contribuyente en ese momento, 2019), un tipo de interés del 0 %, y una tasa de devolución del préstamo del 10 % de la renta al año por encima del mínimo exento —15.000 €—, y la cancelación de la deuda después de veinticinco años.
El estudio extrae las siguientes dos conclusiones principales: 1. La estructura es altamente progresiva (los que están en el 25 % de la parte superior de la renta pagan casi la totalidad de las tasas universitarias, mientras que los que están en el 10 % de la parte inferior apenas pagan). 2. El coste universitario pagado por el Estado sería de entre 16 y 56 puntos porcentuales menor que en el sistema actual.
Ventajas del sistema de préstamos contingentes a la renta
El estudio demuestra entonces que, a pesar de las dificultades del mercado de trabajo español, el desarrollo del sistema de préstamos contingentes a la renta sería factible dentro de nuestro sistema universitario y permitiría ayudar a enfrentarse a los nuevos retos de la educación universitaria.
Además de lo anterior, el sistema de préstamos contingente a la renta tendría otras consecuencias positivas en opinión de Montalbán Castilla, ya que evitaría que la dependencia del ciclo económico o de la incertidumbre política, y no se afectaría tampoco a los estudiantes con familias de bajos recursos, dado que en realidad las posibilidades de acceso a la universidad se amplían, ya que el repago futuro dependerá de los ingresos futuros y no de los del momento de acceso.
Ventajas del sistema de préstamos contingente a la renta
El sistema de préstamos contingente a la renta incorpora ventajas en muchos campos, que hemos recogido en el siguiente decálogo:
- Desde el punto de vista de la equidad, ya que no supone la transferencia de rentas desde economías más débiles a más fuertes.
- Desde el punto de vista de la responsabilidad, porque sirve para comprometer en mayor medida a los estudiantes con su futuro.
- Desde el punto de vista del acceso, dado que permite que el acceso sea más universal, ya que su devolución está vinculada a rentas futuras y no la capacidad de pago de precios universitarios; esto, sobre todo, al combinarlo con un sistema de becas.
- Desde el punto de vista de la solidaridad, porque implica transferencias de rentas, por un lado, de las personas con más talento y, por lo tanto, con más capacidad de obtener rentas más altas, a los que menos capacidad tienen; por otro lado, de las generaciones más antiguas a las más jóvenes.
- Desde el punto de vista de la proporcionalidad, porque la devolución de los préstamos está vinculada a la obtención de ingresos.
- Desde el punto de vista de la fortaleza del sistema, porque lo aleja de los ciclos económicos y políticos.
- Desde el punto de vista de la eficiencia, porque evita emplear dinero público en financiar a estudiantes que luego vierten sus conocimientos en economías de otros países.
- Desde el punto de vista financiero porque implica ahorros a las arcas públicas.
- Desde el punto de vista de la competencia, porque estimula la misma entre las universidades.
- Y desde el punto de vista de la libertad, porque se incrementa la capacidad de los alumnos de estudiar en la universidad de su elección, y de que las barreras económicas no sean un obstáculo para ello.
Conclusión
En definitiva, los graduados pagan su educación si pueden. El Estado se limita a proveer un mecanismo de seguro si las perspectivas profesionales de los egresados no son suficientemente positivas. Aunque también es cierto que, en paralelo, sería necesario mantener un sistema de becas mejor que el actual, que cubriera los gastos de mantenimiento de los alumnos con rentas familiares más bajas e incluso proporcionase becas-salarios a aquellos alumnos que necesiten aportar un salario a sus economías domésticas; sector al que el sistema actual no le facilita asistir a la universidad.
Que decir tiene que, si el sistema se ampliara, a los alumnos de las universidades privadas, entre otras ventajas, esto supondría un acicate muy importantes para la competencia.
El comportamiento de la comunidad de Madrid no se debe a que «los rectores no querrán cambiar mucho las cosas» respecto a la evaluación. Llevan tiempo pidiendo que se les valores por resultados. Ese era el plan inicial, hasta que Ayuso entró por el medio:
https://www.elmundo.es/opinion/2024/12/13/675ae937fdddff4fa38b457c.html
Responde a intereses mucho mas espurios, que benefician a determinados grupos de inversión, y responden a tácticas de calado político (como el boicot a la complutense, tras casos sonados en prensa).
Si de evaluar resultados se trata, financiar a las instituciones privadas sería una tomadura de pelo. Salvo tres o cuatro honrosas excepciones, la calidad ni esta ni se la espera.
https://www.u-ranking.es/ranking.
Esencialmente hacen cero investigación, sus profesores poseen acreditaciones descafeinadas, y no resisten comparación con las universidades públicas en ninguna dimensión reseñable, incluyendo la docencia. Cierto, hay dos o tres excepciones, y se reducen a áreas de conocimiento muy concretas. Asi que dedicar dinero publico a financiarlas sería básicamente un despropósito.