Evolución de los precios universitarios y una propuesta de financiación alternativa
En la presente entrada les voy a mostrar la evolución a lo largo de los últimos diez años del precio de la universidad pública en España, con la intención de introducir con ello una reflexión sobre el sistema de financiación universitario y su posible reforma. Para ello, utilizaremos datos sobre precios universitarios del Ministerio de Universidades, y al final recuperaré un planteamiento que ya compartí con ustedes hace algún tiempo en este mismo blog.
La evolución de los precios públicos del crédito universitario
Comienzo enseñándoles algunos datos. Verán que, en lo que sigue, les hablaré del precio público medio del crédito universitario en estudios de grado. Por un lado, hablamos del precio de matrícula en universidades públicas y nos centramos en los estudios de grado. Por otro lado, nos referiremos al precio de un crédito. Para que se hagan una idea, la mayoría de asignaturas de grado equivalen a seis créditos y el curso universitario se compone, generalmente, de 60 créditos.
Asimismo, distinguiremos el precio del crédito en primera, segunda y tercera matrícula, dado que el precio se encarece si el alumno debe repetir una segunda o una tercera ocasión una cierta asignatura.
Precios públicos en primera matrícula
Sepan que el precio de la universidad pública española se ha abaratado significativamente a lo largo de la última década. Lo pueden comprobar en la primera figura adjunta, donde se muestra que el precio público medio del crédito universitario en primera matrícula de estudios de grado ha pasado de 20,7€ en el curso 2014-2015 a 15,5€ en el curso 2023-2024. Puede que no les parezca demasiado, pero es una reducción del coste asumido por el alumno del 25%. Pensando en un alumno de nuevo ingreso (60 créditos de primera matrícula), la reducción del precio de su matrícula ha sido de 312€.
Verán también en esta primera figura adjunta que dicha reducción se observa en todas las ramas de estudio, aunque es algo más acusada en aquellas ramas que en el curso 2014-2015 eran más caras. En Ingeniería y Arquitectura, la caída del precio del crédito es de 6,7€, lo que supone un 28% del coste al inicio del periodo y una reducción en la matrícula de ingreso de 404 euros. En Ciencias Sociales y Jurídicas, en cambio, la reducción es notablemente menor, 3,8€ por crédito. El resultado último es una menor divergencia en los precios de las distintas ramas de estudio en el curso 2023-2024 en comparación con diez cursos atrás.
Figura 1. Evolución del precio medio público del crédito en primera matrícula en estudios de grado, por rama de enseñanza.
Precios públicos por número de matrícula
Ahora bien, el coste de la matrícula no solo es el resultado del precio del crédito, sino también del número de matrícula. Si en el curso 2023-2024 un determinado alumno de tercer año aún arrastra una asignatura del primer curso y debe matricularse en ella por tercera ocasión, en lugar de pagar 15,5€ por cada crédito de dicha asignatura, deberá pagar 61,5€, incrementado notablemente el coste total de su matrícula. En lugar de pagar 93€ por esa asignatura, pagará, en promedio, 369€.
Eso sí, como pueden comprobar en la segunda figura adjunta, los precios públicos del crédito de grado en segunda y tercera matrícula también se han reducido a lo largo del último decenio. El crédito en segunda matrícula pasó de 33,9€ en el curso 2014-2015 a 29,5€ en el curso 2023-2024, mientras que el crédito en tercera matrícula pasó de 68,7€ a 61,5€.
Por tanto, podemos afirmar que cualquier matrícula universitaria en estudios de grado en una universidad pública es hoy significativamente más barata de lo que lo era hace diez años.
Figura 2. Evolución del precio medio público del crédito en estudios de grado, por número de matrícula.
Precios públicos por comunidad autónoma
Para completar esta descripción, la tercera figura adjunta muestra la evolución del precio del crédito en primera matrícula en cada comunidad autónoma, aunque he resaltado únicamente aquellas comunidades donde se han producido cambios significativos a lo largo del periodo considerado.
De esta figura se extraen dos conclusiones. Primero, que la evolución del precio del crédito universitario ha sido muy dispar a lo largo y ancho del país, con siete comunidades que concentran la totalidad de la reducción del precio universitario: Cataluña, Madrid, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Baleares, Asturias y Canarias. En el resto de comunidades y en la UNED (única universidad pública dependiente del Ministerio de Educación), el precio del crédito universitario ha permanecido completamente estable los últimos diez años.
Segundo, el coste de los estudios universitarios difiere significativamente en función de dónde se cursen dichos estudios. Eso sí, las comunidades que han registrado fuertes caídas en los precios universitarios a lo largo de los últimos años son aquellas con precios más altos al inicio del periodo considerado. Eso significa que ha aumentado de manera muy notable la convergencia en los precios del crédito entre los distintos territorios del país.
Figura 3. Evolución del precio medio público del crédito en primera matrícula en estudios de grado, por comunidad autónoma.
Una propuesta de financiación alternativa para la universidad pública española
Una vez descrita la situación del precio de la matrícula universitaria en España, querría plantearles la siguiente reflexión.
La participación del alumnado (y sus familias) en la financiación del coste de la matrícula universitaria en nuestro país es confusa, en tanto que mezcla dos sistemas distintos: el sistema de precios públicos universitarios y el sistema de ayudas y becas al estudio.
Por un lado, el sistema de precios fija un coste del crédito universitario para el alumno. Este precio es independiente de la capacidad económica del alumno y solo depende, como hemos visto, de la rama de enseñanza, la comunidad autónoma, y el número de matrícula. Por otro lado, el sistema de becas fija un umbral de renta familiar que determina quienes “reciben” una beca matrícula que, de facto, supone no abonar el precio de la matrícula universitaria.
La intención de la beca matrícula es introducir una cierta progresividad en los precios universitarios pero, ¿no sería más lógico no depender del sistema de becas para ello? ¿No sería más lógico que la progresividad se introdujese directamente en el precio del crédito universitario?
Yo suscribo la idea de que la renta familiar sea un factor relevante a la hora de determinar la cuantía del precio que el alumno paga por los estudios universitarios. Actualmente, el erario público se hace cargo de entre un 75% y un 85% del coste del crédito en primera matrícula de todos los alumnos pero, ¿por qué no hacer que ese porcentaje dependa de la capacidad económica del alumno?
Para alumnos que provienen de hogares con más renta, la financiación pública podría cubrir, por ejemplo, el 50% del coste de la matrícula, y progresivamente ir aumentando ese porcentaje conforme la renta del hogar disminuye. De esta manera, los costes directos de estudiar en la universidad quedarían cubiertos con cargo a un sistema de precios progresivo, mientras que los costes indirectos y de oportunidad serían cubiertos por un sistema de becas que no interviene en el precio de la matrícula.
¿Para qué un precio del crédito dependiente de la renta del hogar?
Creo que este modelo tiene varias ventajas. Primero, permite introducir una mayor progresividad en el precio universitario, mientras que el actual sistema contempla dos únicos escenarios: o se abona precio público fijado para el crédito o no se paga nada.
Segundo, permitiría recabar más recursos para un sistema universitario muy necesitado de ellos. Eso sí, ese mayor esfuerzo de financiación se distribuiría entre los distintos estratos sociales en función de su capacidad para asumirlos.
Tercero, introducir un sistema de precios progresivo permitiría abordar una injusticia muy notable: que las familias de clase trabajadora, cuyos hijos acceden a la universidad en menor proporción, financien con sus impuestos la práctica totalidad del coste de estudiar en la universidad de los hijos de la clases medias y altas, que acceden a la universidad con mayor probabilidad.
Y cuarto, nos haría dejar de llamar alumnos becados a aquellos que solo reciben la beca matrícula sin ninguna cantidad dineraria adicional. Creo que esto es importante porque lleva a una confusión notoria: pensar que quienes no reciben la beca matrícula no están tan becados como los que sí. A quienes la reciben se le financia el 100% de sus estudios, y a quienes no, el 75-85%. Como ya he afirmado en otro lugar, todos los alumnos universitarios están becados.
Una discusión que debería estar más presente
He de reconocer que no les planteo nada nuevo. Es algo que yo mismo ya les he planteado en este mismo blog en el pasado y que se aplica con normalidad en otros países. De hecho, Cataluña lleva años implementado un sistema que considera la renta del hogar en la fijación del precio de matrícula.
Creo, no obstante, que esta es una discusión poco presente en el debate actual sobre la reforma del sistema de financiación de la universidad española, y les diría que merece la pena reflexionar sobre ello. Una mayor progresividad en el sistema de precios universitarios y un sistema de becas concentrado en compensar los costes indirectos y de oportunidad de estudiar nos llevaría a un sistema universitario con una dotación suficiente de recursos y un mecanismo de financiación más lógico y más justo.
Brillante entrada del profesor Valdés que pone el énfasis en un cambio necesario en los precios de matrícula universitarios. Se trata de un copago universitario pero para introducir justicia social debe estar ligado a la capacidad económica de los estudiantes (y sus familias). Enhorabuena, Manuel por insistir en tu propuesta