La transferencia de conocimiento al cubo
A estas alturas de la película, poco nuevo se puede decir sobre la transferencia del conocimiento.
Los porqués, para qué, cómo, quién… son de sobra conocidos. En todo caso, no hay recetas infalibles y más que ir poniendo los supuestos ingredientes uno tras otro, se trata de actuar como mosqueteros: todos para uno y uno para todos.
Dicho esto, y aunque sea ya difícil decir algo original, lo cierto es que cuando queda tanto por hacer y cuando tanto hecho sigue siendo insuficiente, conviene insistir e insistir. Es lo que haré en lo que sigue, a riesgo de que decidan no leerlo o que, incluso si lo hacen, piensen que mejor hubiesen ido al horóscopo.
El cubo de la transferencia
Para intentar no caer solo en tópicos, o al menos no decir lo mismo y de la misma manera, les voy a hablar del cubo de la transferencia, en el que se pintan en tres dimensiones algunos escenarios alrededor de la transferencia de resultados de investigación.
He considerado solo tres dimensiones para hacerlo “visible”, pero hay más, si bien creo que las elegidas son las más relevantes: el capital humano, tanto el investigador como el que apoya la investigación y la transferencia de sus resultados; el capital económico, sea público o privado, que resulta imprescindible para lograr que se pueda transferir el producto de investigar; y el tejido productivo (entendido en un sentido muy amplio), que ha de demandar, o al menos absorber, lo que se pretende transferir.
Si representamos en un espacio tridimensional estas dimensiones ligadas a la transferencia de la I+D, cada punto de dicho espacio vendrá dado por una terna de valores que se corresponden con las proyecciones del punto sobre cada una de las tres dimensiones. Visto así, podemos situar en este espacio tridimensional un cubo cuyos vértices se correspondan con valores mínimos o máximos, según el caso, de aquello que representa cada uno de los ejes.
Innovación basada en I+D
Antes de continuar insistiré en que hablamos de innovación basada en I+D. Aclaro también que tanto el capital humano y económico que ha de favorecer la transferencia, como el tejido productivo que ha de incorporarla en sus acciones de innovación, hay que entenderlos en un ecosistema concreto, sea más o menos grande (una ciudad o una región, por ejemplo).
Figura 1. Cubo de la transferencia de resultados de investigación.

Los ejes representan las tres dimensiones más importantes a desarrollar para conseguir un ecosistema local de transferencia potente y eficiente. Los vértices del cubo indican ocho escenarios que se corresponden con las combinaciones de valores de los ejes si consideramos solo los casos extremos: nulo o muy escaso desarrollo de lo que cada eje representa (signo -) o, por el contrario, un desarrollo óptimo o muy intenso del mismo (signo +).
Punto 1
Comencemos por el propio origen de coordenadas (punto 1). Se trata de una especie de desierto en el que será un milagro si algo surge y crece.
Punto 2
El punto 2 será aquel en el que consideremos óptimo el capital humano disponible, tanto para la investigación como para la potencial transferencia de sus resultados. Al asumir en este caso que no habrá recursos para realizar la transferencia ni a quién hacerla, difícilmente se materializará. Es decir, será muy difícil ir más allá de la publicación de los resultados de la investigación. Ni siquiera su protección facilitará una transferencia real en estas circunstancias.
Punto 3
El punto 3 forzará a las empresas a innovar básicamente con sus propios recursos (innovación interna). Las grandes, aunque no todas, quizás no tengan especiales problemas para ello, pero para las PyMES es un mal escenario.
Punto 4
El punto 4 se identifica con un supuesto escenario en el que hay disponibilidad de recursos públicos, pero nada más, con lo que aquellos serán empleados con una más que dudosa utilidad. Aunque consideremos que este es un escenario irreal, pensemos en lo que ocurre con algunos programas públicos de apoyo a la innovación, en los que muchas de las empresas que reciben recursos solo innovan sobre el papel (el de la memoria de solicitud de esos fondos, en concreto) y los socios que han de desarrollar la investigación son meros cómplices, a veces necesarios, para obtener los dineros.
Punto 5
El punto 5 se asocia a una situación ideal en cuanto a la disponibilidad de capital humano y económico, pero en ausencia de empresas locales interesadas o con capacidad real de absorber los resultados de la investigación. Obviamente esto dificulta la transferencia. Desde luego, la hace muy improbable al entorno más próximo, aunque sí pueda acabar transfiriéndose fuera del entorno local o dando lugar a emprendimientos surgidos para llevar al mercado productos o servicios basados en la I+D.
Pondremos al final el ejemplo de InVerbis para ilustrar este caso.
Punto 6
En ocasiones faltan los recursos económicos que ayuden a llevar los resultados de I+D a niveles de madurez tecnológica (TRL) suficientemente altos como para resultar de interés para las empresas o los fondos de inversión clásicos. En estas circunstancias, aunque haya localmente un tejido productivo altamente innovador y un sistema de ciencia bien desarrollado y con capacidad de transferencia (punto 6), nos enfrentamos a un muy difícil tránsito entre la investigación y el mercado, conocido muy elocuentemente como valle de la muerte.
Punto 7
El punto 7 se refiere a una situación en el que las empresas necesitadas de soluciones e innovaciones basadas en la I+D, no las encuentran en su entorno. Por ello, o bien acuden a sus propias capacidades o a la innovación abierta, particularmente si reciben ayudas públicas para ello.
Punto 8
Huelga decir que el vértice ideal del cubo (punto 8) es aquel en el que todas las dimensiones consideradas se desarrollan de modo óptimo y armónico en un ecosistema local de transferencia. Obviamente, esto no quiere decir que haya que renunciar a buscar fuera del ámbito local otros recursos y oportunidades, sino que los que existen en el entorno se aprovechan al máximo. Tender hacia este vértice virtuoso ha de ser una constante en cualquier iniciativa, sobre todo las públicas. Se trata de movilizar los recursos y ejecutar las acciones oportunas para fortalecer el sistema de ciencia y tecnología, incentivar la innovación entre las empresas y el emprendimiento basado en el conocimiento y la tecnología y aunar las voluntades para que todos lo agentes interaccionen de un modo provechoso.
InVerbis Analytics, un caso de éxito
Para finalizar, quiero poner un caso de éxito ligado al vértice 5 del cubo y que me parece especialmente interesante.
Es la experiencia de InVerbis Analytics, una spin-off de la que soy cofundador con mis colegas Alberto Bugarín Diz, Manuel Lama Penín, Manuel Mucientes Molina y Alejandro Ramos Soto. Esta empresa tiene su origen en casi una década de investigación del CiTIUS, el centro de investigación que dirijo, en minería de procesos (concretamente, en el Grupo de Sistemas Inteligentes).
En 2015 se desarrolló un primer prototipo software y en 2016 se realizaron experiencias piloto con algunas organizaciones. Esto permitió aumentar el nivel de maduración de la tecnología, aunque no más allá de un TRL 4. En todo caso, suficiente para postularnos a la segunda edición del programa Ignicia de la Axencia Galega de Innovación (GAIN), dependiente de la Consellería de Economía, Empresa e Innovación de la Xunta de Galicia.
La idea de crear una spin-off no fue la primera en la que se pensó como fórmula para transferir los resultados de investigación en minería de procesos.
El apoyo de los socios para un proyecto paradigmático
Este tipo de investigación en minería de procesos sigue siendo un ámbito que ha empezado a despuntar muy recientemente, y en el que aún hoy no hay más de un par de docenas de empresas en todo el mundo que hagan de ella su objeto de negocio. En su momento, no vimos factible otra forma de llegar al mercado que a través de una empresa de nueva creación. En todo caso, y sin ningún género de dudas, no lo habríamos logrado sin el apoyo de Ignicia.
A partir de ahí, una vez constituida la empresa, buscamos la inversión de Unirisco, la primera empresa española de capital riesgo de origen universitario y vinculada a proyectos de emprendimiento procedentes de las universidades. Unirisco comenzó sus inversiones hace dos décadas y ya ha participado en más de una treintena de spin-offs, invirtiendo en ellas en fases semilla y presemilla. Sin duda su labor ha sido y sigue siendo clave para apoyar el ecosistema gallego de emprendimientos basados en la I+D.
InVerbis es un caso en buena medida paradigmático de lo que supone: 1) realizar una investigación de excelencia, con un evidente interés para el mercado, pero con un entorno empresarial sin el potencial de explotarla comercialmente, o cuando menos de querer hacerlo; 2) disponer del capital económico e intelectual necesario para llevar los algoritmos a una plataforma de servicios en la nube y desarrollar un claro modelo de negocio, algo posible a través de la participación en el programa Ignicia, creando una empresa no solo viable sino invertible; y 3) acceder a través de Unirisco a un capital imprescindible para las primeras etapas en la vida de una empresa de base tecnológica, que tiene un riesgo tan alto como su potencial.
Corolario
Suelo decir que es mejor que una empresa consiga un nuevo cliente a que gane un premio, pero esto también es importante y de agradecer. Recientemente la Real Academia Galega de Ciencias concedió su premio “Fernando Calvet Prats” a la transferencia de tecnología realizada en el proceso de creación de InVerbis.
Más allá de reconocer el valor de aquello que se premia, está que ello sirva de ejemplo a nuevas iniciativas de este tipo. Cuantas más, mejor. Las necesitamos.
Enhorabuena, Senen por el ingenioso cubo de la transferencia de los resultados de la investigación y por exponer la evidencia ejemplarizadora de InVerbis Analytics. Totalmente de acuerdo con que necesitamos cuantas más spin-off universitarias mejor. Además, debemos aprovechar en el entorno universitario los beneficios fiscales y de otra índole de la relativamente reciente «Ley de Startups», primera norma en exclusiva dedicada al fomento del ecosistema de empresas emergentes en España.
Este cubo, siempre con aspectos a discutir y modificar, luce muy apropiado para fines de investigación, transferencia de tecnología, innovación y desarrollo. Tomando en cuenta lo que refleja el mismo, es apropiado lo que están haciendo, socializarlo y someterlo a discusión. Mis felicitaciones
Senén: ¿Se puede obtener permiso para usar este cubo en una publicación técnica, no comercial?
Por supuesto, citando la fuente puede usarse el cubo y cualquier reflexión recogida en el post. Es más, de eso se trata, de que lo que sea útil se use y difunda. Gracias anticipadas