¡No sin las TI! El reto de alinear las TI a la estrategia institucional de las universidades

En estos tiempos nadie pone en duda que las organizaciones deben abordar su Transformación Digital. Y las universidades saben que la Universidad Digital, en el concepto amplio del término, es un reto ineludible e inaplazable. Pero, ¿estamos preparados para la nueva universidad híbrida?, ¿tenemos una estrategia para esta transformación? Y lo que es más importante, ¿hacemos una apuesta clara por las TI que nos permita abordarla con éxito? Estas y muchas otras preguntas son las que se respiran en el ambiente universitario y más aún entre los responsables de tecnología de las mismas. En esta entrada se va a reflexionar sobre el papel de las TI en esta transformación digital de las universidades.

Como dijo Ortega y Gasset “la raíz de la reforma universitaria está en acertar plenamente con su misión”. Si para acometer una reforma hay que tener clara la misión, no hace falta insistir en ello cuando buscamos la transformación. Por eso, aunque el comentario va a tratar de las tecnologías de la información, conviene hacerlo en paralelo al análisis su misión. Hoy día, existe amplio consenso en torno a las tres misiones básicas de la universidad: la docente (transmisión del conocimiento y formación de ciudadanos y profesionales), la investigadora (generación del conocimiento) y la extensión cultural y de servicios a la sociedad (transferencia del conocimiento). Pero continuamente están apareciendo nuevos calificativos para las universidades que de alguna manera indican el camino de su transformación: universidad emprendedora, universidad innovadora, universidad digital, universidad en red, universidad abierta… En palabras de Manuel Castells en la lección inaugural del presente curso de la UOC, “el sistema universitario de la era de la información es un sistema multimodal en el cual diferentes tecnologías y procesos pedagógicos se articulan y complementan para dar servicio a una sociedad y a una economía en constante transformación». Quiero resaltar el concepto de sistema multimodal. Pero, si bien es cierto que la universidad es un sistema multimodal y complejo, su misión tiene que ser clara y sencilla. Una idea expresada por Senén Barro en este blog (ver aquí), cuando dice: «la única misión de la Universidad es la mejora permanente de la sociedad a través del conocimiento»Lo demás está a expensas de este enunciado.

Una vez asumida la misión, podemos plantearnos ahora los retos a los que nos enfrentamos en las universidades para poder cumplirla. Pero, al igual que al hablar de la misión he acudido a la simplificación en una única misión, aquí voy a hablar de un reto, en singular, para darle fuerza. El reto actual de las universidades (y de cualquier organización) es su transformación digital. Es decir, su redefinición a la luz del nuevo mundo que se está construyendo a remolque de las nuevas tecnologías digitales. No es baladí este cambio, y por eso se habla de transformación.

Las nuevas formas de comunicarnos e interaccionar deben ser un revulsivo para el mundo educativo.

Según la RAE, revulsivo es “que provoca una reacción brusca, generalmente con efectos beneficiosos”. Pues eso, aunque los cambios provocados por las TI  golpean de manera brusca, debemos procurar que finalmente generen efectos beneficiosos.  En este camino, ya iniciado, debemos tener cuidado con los cantos de sirena y no caer en modas, en propuestas vacías de contenido y de agotar el concepto de transformación digital. El dejar atrás tierra quemada, sin importarnos su efecto es muy habitual en estos tiempos de prisas y superficialidad. La transformación digital no es una opción, es cuestión de supervivencia, un reto inaplazable. Y por muy repetido que esté, no está de más recordarlo. Estamos ante el dilema de transformarnos o morir. Y muchos profetas ya predicen la desaparición de las universidades. No dejemos que se cumplan sus augurios y evolucionemos hacia la universidad que demanda la nueva sociedad. Cada vez más nos relacionamos a través del mundo digital y por tanto es muy difícil encontrar una universidad puramente presencial y otra estrictamente digital, sino que ambas son utilizadas de manera simultánea por nuestros estudiantes. La universidad de nuestros tiempos es híbrida (la lengua inglesa, tan amante de la creación de nuevas palabras, ha acuñado el término phygital como acrónimo de physical + digital). Pero esta digitalización de la universidad debe estar guiada por la estrategia institucional y al servicio de la misión. Por ello,el reto imperativo en estos momentos para las universidades es su transformación digital.

La transformación digital no es una opción, es cuestión de supervivencia, un reto inaplazable.

Una vez determinada la misión de la universidad y el reto a abordar en estos momentos, y asumiendo que la estrategia de la universidad estará al servicio de su misión, es momento de analizar el papel que deben desempeñar las TI en esta transformación. EDUCAUSE publica anualmente un informe con los Top 10 IT issues, que para el 2017 han sido: seguridad de información, éxito y finalización del estudiante, toma de decisiones informadas, liderazgo estratégico, financiación sostenible, gestión de datos y gobernanza, aseguramiento de la Educación Superior, personal sostenible, enterprise-IT de próxima generación y transformación digital del aprendizaje. Y los agrupa en cuatro bloques: fundamentos de los datos, fundamentos de TI, liderazgo efectivo y éxito de los estudiantes. Podemos ver claramente que se plantea la tecnología en términos de apoyo a la estrategia de la universidad y no como mero proveedor de servicios. Pero los retos son precisamente retos porque son difíciles de llevar a cabo y, por tanto, no todo van a ser beneficios y/o un camino de rosas. También hay inconvenientes y obstáculos. Y las principales trabas para la transformación digital no vienen precisamente de los aspectos tecnológicos. Hay distintos estudios que así lo reflejan. En concreto, en el estudio del Digital Transformation Institute, se detecta que el principal obstáculo encontrado para la transformación digital es cultural. ¿Cómo podemos las universidades abordar ese cambio cultural y ver a las TI como el aliado en este proceso? Una primera respuesta rápida y sencilla es mediante el gobierno de las tecnologías de la información. La propia definición de gobierno de las TI establece que en su naturaleza está asegurar la alineación entre el negocio y las TI.

Por tanto, el gobierno de las TI en las universidades es el marco para la alineación de las TI a la estrategia institucional. 

Y hablar de gobierno de las TI es hablar de gobierno de la universidad: ¿quién toma las decisiones? ¿qué políticas se siguen? ¿apoyan las líneas estratégicas? ¿se asignan los recursos suficientes? … Aunque el gobierno de las TI es responsabilidad de la alta dirección, y en cierto sentido trasciende a los responsables de tecnología (CIO), los responsables de tecnología sí pueden promover buenas prácticas que encaminen a las universidades hacia él. Una de las prácticas que tienen un carácter trasversal y que cumple con los principios de gobierno TI de la norma ISO38500 (responsabilidad, estrategia, adquisición, rendimiento, conformidad y factor humano) es la cartera estratégica de proyectos TI. Si los CIO pueden ser esas «personas pegamento» entre los altos directivos y los técnicos, entre el negocio y la tecnología, la cartera estratégica de proyectos de TI es la «buena práctica pegamento», que permite unir la estrategia institucional y los proyectos TI. Pero para ello debe ser verdaderamente estratégica, publicitada, priorizada y aprobada por la alta dirección. Si la pregunta que se hacen las universidades es: de acuerdo, me has convencido, pero ¿por dónde empezamos? La respuesta es la cartera estratégica de proyectos de TI es una buena práctica preliminar para la gobernanza de las TI en las universidades. 

Recapitulando. La transformación digital es el reto ineludible a abordar ya para que las universidades cumplan con su misión de mejorar la sociedad a través del conocimiento. Las universidades deben diseñar una estrategia que nos permita alcanzar a la mayor brevedad esa universidad híbrida (presencial+digital). Hay que alinear las TI a la estrategia institucional de las universidades. Y a ello nos puede ayudar implantar un modelo de gobierno de las TI. Parafraseando de nuevo a Senén Barro, no se trata de añadir nuevas unidades y servicios, sino de repensar lo que se está haciendo con una visión integral de la universidad. Más que hablar de alinear las TI a la estrategia institucional, abogo por diseñar la estrategia institucional teniendo en cuenta las tecnologías de la información. ¿Puede existir una estrategia institucional de una universidad diseñada de espaldas a las TIC?

La transformación digital es el reto ineludible a abordar ya para que las universidades cumplan con su misión de mejorar la sociedad a través del conocimiento.

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Comentarios
  1. Miguel Arranz dice: 06/11/2017 a las 17:06

    Magnífico artículo. Debemos a estar a la altura y afrontar con ilusión los cambios que se avecinan. Algo que parece inexorable mejor afrontarlo con actitud positiva, porque de lo contrario nos toparemos con la frustración.

  2. Juanjo dice: 07/11/2017 a las 02:50

    Enhorabuena por este excelente post, que incidiendo en las tecnologías situa la atención en unas reformas que, por pasividad o activa evitación, dejan de banda acometer necesarias reformas en la gestión universitaria.

  3. […] The words and parentheses coincide with what Faraón Llorens wrote in 2017 in an article entitled “Not without IT! The challenge of aligning IT to the institutional strategy of universities” and published on the Estudio XXI blog on November 6 of that year, as can be seen. […]


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