Por un Plan Nacional de Bibliotecas Universitarias
“Necesitamos que penséis y diseñéis cómo serán las bibliotecas universitarias en 2040.”
Daniel Crespo, rector de la UPC
XXIX Asamblea de REBIUN. 2022
Los recortes económicos aplicados a las universidades en 2011 fueron el inicio del empobrecimiento de las bibliotecas universitarias españolas. Ahora, después de más de una década, vemos las consecuencias. Los planes de viabilidad económica provocaron el despido de decenas de bibliotecarios y bibliotecarias de las universidades, así como la reducción de los presupuestos ordinarios provocando cancelaciones de suscripciones de revistas y de la compra de libros y precarizando las instalaciones y los servicios bibliotecarios de las universidades, que eran, según todos los indicadores, los servicios más valorados por los estudiantes y por los profesores de las universidades. Pero no me gustaría hablar de los estragos del pasado, que deberían solucionarse en el marco de las medidas laborales y económicas que se apliquen en cada universidad, sino del futuro de las bibliotecas.
El problema fundamental de las bibliotecas universitarias españolas, a diferencia de la mayoría de las bibliotecas universitarias europeas, que hace años que lo están haciendo, es la necesidad urgente de impulsar y construir un nuevo modelo de biblioteca universitaria que dé respuesta a los retos de la nueva educación superior digital del siglo XXI.
En este blog, se ha hablado en numerosas ocasiones en relación a las bibliotecas en la línea con algunas preguntas del tipo, ¿Cómo van a estar presentes en ese escenario educativo, en que la información científica va a ser cada vez más digital? ¿Van ser necesarios las bibliotecas, los libros, la lectura y el estudio como antaño o van a tener también que reinventarse? ¿Cómo se van a transmitir los nuevos conocimientos digitales a las próximas generaciones de estudiantes?.
En esta entrada, me gustaría proponer una mirada más amplia sobre el origen y sentido de las bibliotecas en la universidad.
Origen y sentido de las bibliotecas universitarias
Las universidades, a diferencia de los monasterios, se fundaron en las tramas urbanas de las ciudades europeas a partir de los siglos XII y XIII, y se fueron constituyendo alrededor de unos pocos elementos arquitectónicos, como las aulas, los comedores, los paraninfos, donde tenían lugar las “ceremonias” académicas, y las bibliotecas que, a partir de la impresión y edición de libros, empezaron a ser los espacios esenciales de las universidades, ya que aglutinaban el saber escrito.
Estos cuatro espacios fundacionales han perdurado sorprendentemente durante siglos hasta nuestros días y aún nos permiten reconocer lo que llamamos universidad. Si preguntamos a los jóvenes universitarios qué hacen hoy cuando van a la universidad, todos contestarán más o menos lo mismo: he ido a clase o al laboratorio, he pasado por el bar y he ido a la biblioteca. La biblioteca es el espacio de estudio por excelencia de la universidad moderna. En una encuesta reciente a titulados del MIT, estos reconocían que los recuerdos más importantes que tenían de su paso por la universidad eran las horas de estudio en la biblioteca.
La biblioteca es la imagen de más prestigio de la universidad actual, de tal manera que una universidad sin bibliotecas no debería llamarse universidad.
Pero los tiempos están cambiando, como decía el viejo Dylan, y en este inicio del siglo XXI, las TIC se están apoderando de la sociedad y también de las universidades y, por supuesto, de las bibliotecas. La información científica es cada vez más digital y está depositada en grandes servidores externos a la universidad. Hace tiempo que la investigación se lleva a cabo a través de potentes tecnologías y redes científicas mundiales, y la docencia, como hemos visto con la pandemia, ya es posible hacerla también de forma plenamente digital o híbrida.
En definitiva, que ha aparecido un “quinto nuevo espacio” universitario, el espacio digital, que pretende modificar los cuatro espacios clásicos de manera fundamental, y esta es la razón por la cual los cambios que necesitan las bibliotecas de las universidades españolas deben empezar a realizarse ya de forma urgente y sin dilación, si queremos dar respuesta a las necesidades de las próximas generaciones universitarias, que van a utilizar las TIC de forma masiva.
Plan Nacional de Bibliotecas Universitarias
Es necesario y urgente definir y desarrollar un Plan Nacional de Bibliotecas Universitarias que impulse nuevos modelos de bibliotecas académicas. Es preciso construir nuevas bibliotecas y renovar las actuales para que vuelvan a ser las instalaciones modernas, atractivas y centrales de la vida educativa y social de los campus y poder así recuperar la presencialidad, tan maltrecha tras la pandemia.
Hay que reinventar las bibliotecas como centros abiertos y culturales, que proporcionen a los estudiantes una nueva experiencia de estudio y de aprendizaje colaborativo a través del estudio, pero también con todo tipo de tecnologías digitales, para crear nuevas ideas y proyectos.
La biblioteca tiene que ser, de nuevo, la instalación universitaria por excelencia, de modo que valga la pena entrar en ella cada día y pasarse muchas horas. Debe ser la nueva casa del estudiante universitario.
Objetivos principales
Un verdadero Plan Nacional de Bibliotecas Universitarias permitiría afrontar con garantías los objetivos principales siguientes:
Construir y renovar
Construir nuevas bibliotecas y renovar las instalaciones bibliotecarias con nuevos diseños de espacios y tecnologías que sirvan realmente a los modelos docentes emergentes que ya se están desarrollando. Durante los años ochenta y noventa del siglo pasado, se construyeron y renovaron muchas de las 662 bibliotecas universitarias de nuestro sistema, gracias a los planes plurianuales de inversiones, pero la crisis económica paralizó decenas de proyectos y la renovación de los edificios. Por tanto, es urgente crear nuevas bibliotecas, como ya están haciendo muchas universidades de primer nivel en Europa. (1)
Las nuevas bibliotecas universitarias que se están construyendo son grandes edificios de campus, con un diseño innovador, que aglutinan multitud de servicios universitarios –no solo el servicio de biblioteca–, para potenciar el estudio colaborativo, cultural y tecnológico de los estudiantes. Estas nuevas instalaciones son centros de recursos que llevan el nombre de biblioteca, pero también se denominan learning commons, library labs o learning resources centres, media lab etc. Todos ellos son edificios centrales y de fácil acceso desde cualquier lugar del campus, con salas y servicios de estudio en silencio, pero también con espacios de trabajo en grupo y áreas de coworking, con salas multimedia de todo tipo, laboratorios de aprendizaje y un sinfín de servicios y recursos, para que los estudiantes encuentren y vivan en la universidad una experiencia única, y todo ello con mobiliario moderno y de gran calidad y abiertos todos los días (24/7).
Biblioteca Digital de la Universidades Españolas
Crear la Biblioteca Digital de la Universidades Españolas que juntamente con el catálogo colectivo de Rebiun y los repositorios abiertos institucionales de todas las universidades, puedan ofrecer a todos los estudiantes e investigadores el acceso a la producción académica de la ciencia moderna actual y futura. Esta Biblioteca digital, garantizada económicamente por el estado, debe entenderse como una estructura de investigación de primer orden del país con licencias de acceso nacionales a los grandes paquetes de revistas y bases de datos científicos y no dejarla a los vaivenes de cada ejercicio presupuestario de las universidades.
Contenidos y conocimientos de los estudiantes
Avanzar en cuatro ámbitos de contenidos y conocimientos trasversales para el estudiante universitario del siglo xxi: a) la ciencia abierta, pública y ciudadana que incremente la transparencia de todo el proceso científico; b) el cambio climático y la Agenda 2030, necesarios en todos los aprendizajes y titulaciones, son los futuros titulados los que van a tener que buscar soluciones a este descomunal problema; c) la nueva cultura humanística y tecnológica, recosiendo lo que nunca debería haberse separado en la academia, fomentando una educación integral de los estudiantes, y d) la defensa de la verdad científica que se transmite en la universidad frente a la información falsa y manipulada que se expande en las redes sociales y que produce la temible cultura de la cancelación y el jaque la misma educación y democracia.
Estos cuatro saberes transversales deberían incorporarse en las colecciones, recursos de información y servicios de todas las bibliotecas universitarias de forma nuclear, aparte de los conocimientos especializados y concretos de cada titulación. Hace falta un nuevo renacimiento cultural digital y debería surgir de las universidades europeas.
Fomentar la lectura de libros digitales
Incrementar los hábitos de lectura de los estudiantes con libros digitales. En los próximos diez años, según los editores, desparecerán los libros académicos en papel y se editarán principalmente en versión digital. De hecho, este cambio ya se ha acelerado a raíz de la pandemia, y las grandes editoriales mundiales ya están publicando sus colecciones de libros en formato digital. Leer un libro en versión digital desde un móvil o una tablet no es lo mismo que leerlo en papel, como señalan todos los expertos en pedagogía, psicología y neurología. Desde el punto de vista educativo, es también un cambio simbólico de gran calado, por lo que representa la desaparición del libro de papel en el imaginario cultural colectivo. Sin embargo, el problema no es el cambio de formato, sino los nuevos niveles de comprensión lectora digital que deberán adquirir los estudiantes universitarios.
Profesores y bibliotecarios deberíamos estar atentos a que este cambio no signifique en realidad un empobrecimiento intelectual de los estudiantes envuelto con una cegadora tecnología digital.
La gestión de las bibliotecas de futuro
Definir nuevos perfiles y roles profesionales que gestionen las nuevas bibliotecas del futuro. Va a ser muy necesario que los bibliotecarios convivan y trabajen con otro tipo de profesionales, como los informáticos, los expertos en comunicación o los profesionales del sector multimedia y de la imagen, y, sobre todo, será fundamental que los bibliotecarios y los profesores trabajen juntos y puedan aprovechar los beneficios que traen consigo las tecnologías educativas y los nuevos recursos de información.
En la docencia híbrida o digital, el profesor no lo va a poder hacer todo solo y va a necesitar expertos en gestión de contenidos y en elaboración y edición de documentación docente digital. Por tanto, será necesario redefinir de nuevo los perfiles y las competencias de los bibliotecarios de las universidades españolas, para que puedan mejorar su apoyo al profesorado y a los a todos los estudiantes universitarios actuales y futuros que vamos a tener.
Hay muchas construcciones de bibliotecas nuevas y renovadas a partir de nuevos conceptos de estudio en las universidades europeas. Por ejemplo:
The Main Library. Universidad de Birmingham
Luxembourg Learning Centre. Campus de la Universidad de Luxemburgo
MetaForum. Universidad de Tecnología de Eindhoven
Library. Universidad Erasmo de Róterdam
Totalmente de acuerdo, Dídac, con tus reflexiones. De hecho, las mejores universidades del mundo según los denostados rankings universitarios globales son las que tienen las mejores meta-bibliotecas universitarias del mundo.
Muchas gracias Dídac. Desde que ingresé en la universidad española, hace bastantes décadas de aquello, sigo soñando o echando de menos la biblioteca que aquí se dibuja, cada vez más alcanzable en lo tiempos actuales… Sin embargo, tal como recoge el propio artículo, necesitamos más financiación, pero también nuevas normas que faciliten el cambio de modelo, así como una importante reestructuración de la plantilla del servicio de biblioteca, redefiniendo las funciones de su personal e incorporar nuevas especialidades o servicios que den apoyo y ritmo (armonía) a este modelo de biblioteca.
[…] El blog de Studia XXI. Visión 2040. Dídac Martinez 21/02/2023 […]
Un brillante artículo. Con pocas palabras ha dicho grandes verdades y un planteamiento futuro que deberíamos tener muy presente.
A.L