Trabajos de Fin de Grado participativos: investigación y docencia para una mayor interacción entre universidad y sociedad

Desde hace décadas, Europa ha asistido a una creciente demanda de interacción entre las Instituciones de Educación Superior (universidades en el caso español) y la sociedad. En un primer momento surgieron preguntas del tipo ¿qué hace exactamente una universidad?, ¿qué aporta la universidad en su entorno socio-económico?, ¿cuál es el impacto de su actividad? En definitiva, se planteó quizá por primera vez por qué la sociedad invierte y financia las universidades y qué es lo que obtiene a cambio: en otras palabras, se buscó una respuesta al concepto de value for money planteado por el mundo anglosajón.

Una mayor interacción entre universidad y sociedad permite, al menos en parte, dar una respuesta a estas preguntas, pues da visibilidad e incrementa el impacto de las actividades docentes y de investigación que realizan las universidades, y permite identificar el valor que aportan a la sociedad así como proporcionar soluciones a problemas concretos. No obstante, con el tiempo la demanda de interacción fue más allá, y es que la sociedad no sólo requiere información sobre la actividad universitaria, sino que también demanda participar y formar parte de su actividad. En concreto, me refiero a la corriente denominada Ciencia Abierta (u Open Science), que recoge la idea de ciencia con y para la sociedad. La Ciencia Abierta es un concepto que aglutina varias prácticas que originan apertura, refuerzan la transparencia y la integridad en la actividad científica, y permiten la replicabilidad en la investigación. La Ciencia Abierta incluye desde la generación de datos y su puesta a disposición en abierto, hasta la participación de la sociedad en la generación de conocimiento o ciencia (ciencia ciudadana) mediante el uso de esos datos, pasando por el establecimiento de science shops u otros canales en los que la sociedad comunique a las universidades los problemas susceptibles de investigar y los investigadores busquen las soluciones científicas a los mismos.

Este enfoque de ciencia para y con la sociedad se refleja también en la llamada Investigación-Acción Participativa, que consiste en el desarrollo de proyectos de investigación en los que se atiende a necesidades sociales mediante una metodología basada en la participación de los colectivos sociales afectados por la temática y que persigue la generación de plataformas sociales estables y dinamizadoras de la comunidad afectada, que permitan un impacto en el largo plazo.

Finalmente, esta corriente ha trascendido la investigación y se ha integrado también en el ámbito de la docencia. En concreto, la metodología docente de Aprendizaje Servicio (aún incipiente en nuestro país), permite a los estudiantes poner en práctica los contenidos teóricos estudiados en las aulas para prestar un servicio a la comunidad, integrando y creando sinergias entre estos dos elementos.

Todas estas corrientes pueden aglutinarse en los Trabajos de Fin de Grado, para así reforzar la interacción universidad-sociedad e implicar en ella no ya sólo al Personal Docente e Investigador, sino también a los estudiantes universitarios. Los Trabajos de Fin de Grado son trabajos de investigación en los que los estudiantes deben poner en práctica los conocimientos adquiridos y las competencias desarrolladas a lo largo del Grado. Así, estos trabajos aúnan en una sola actividad docencia e investigación, por lo que constituyen un instrumento idóneo para combinar los modelos de interacción universidad-sociedad descritos anteriormente.

Si los Trabajos de Fin de Grado se plantearan como trabajos participativos, servirían de herramienta para implicar a los estudiantes universitarios de último curso en el desarrollo socioeconómico del entorno mediante la investigación y la aplicación de sus conocimientos sobre temas relacionados con las necesidades sociales de dicho entorno. Así, estudiantes, sociedad e instituciones de educación superior colaborarían para atender las necesidades manifestadas por la sociedad. Es previsible que este planteamiento sirviera también para concienciar a los estudiantes de que su Trabajo de Fin de Grado puede aportar valor en la resolución de problemas sociales, y así incrementar su motivación en implicación.

No obstante, para que los Trabajos de Fin de Grado puedan plantearse de forma institucional como trabajos participativos, será necesario crear una estructura que permita que la universidad recoja las preocupaciones de los colectivos sociales de su entorno, así como un proceso de investigación que cuente con la participación de dichos colectivos en el desarrollo e implementación de soluciones. Esta condición necesaria, refleja uno de los desafíos que la interacción universidad-sociedad plantea para el sector universitario en términos generales, y es que establecer canales estables de comunicación y de colaboración entre la universidad y sus grupos de interés externos supone un cambio organizacional con profundas implicaciones. No obstante, algunas universidades pioneras en España ya han puesto en marcha iniciativas de este tipo.

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El grupo de investigación “Política, Gestión e Impacto de la universidad” (PGIuni) de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) está desarrollando un Proyecto de Innovación Docente (convocatoria INNOVA 2018-19 de la UAM) con el objetivo de establecer un protocolo para poder implementar los Trabajos de Fin de Grado participativos de forma generalizada. En particular, en este proyecto participan los siguientes investigadores: Cecilia Bayas, Fernando Casani, Eva M. de la Torre, Adriana Pérez Encinas, Flor Sánchez y Leyla Angélica Sandoval Hamón.

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Comentarios
  1. Marta Paredes dice: 06/02/2019 a las 10:07

    La propuesta es interesante, aunque el TFG, en principio, no está concebido como un trabajo de investigación, al menos, no en todas las universidades.

    «4. El TFG se concibe como un trabajo de curso que el estudiante realizará con el fin de mostrar de forma integrada las competencias adquiridas y los contenidos formativos recibidos propios del título de Grado. Podrá adoptar distintas modalidades (trabajo de revisión e investigación bibliográfica, trabajo experimental, diseño de una unidad didáctica, etc.), pero no será, excepto en casos excepcionales, un trabajo de investigación.»

    Fuente: https://www.ucm.es/estudios/grado-lenguasmodernasysusliteraturas-estudios-estructura#trabajos

  2. Rafael dice: 06/02/2019 a las 10:56

    Efectivamente, no es un trabajo de investigación, sino un trabajo académico de verificación de ciertas habilidades. Es por eso que, normalmente, tiene pocos créditos de dedicación. Para hacerlo de investigación, habría que ampliar el creditaje y el modo de operar. No creo que esos trabajos realizados por alguien en formación sean referente fidedigno para un empresa que arriesga dinero en su actividad. Lo que tiene que hacer la empresa es solicitar ese informe/dictamen/proyecto (investigación) a los investigadores ya acreditados (doctores). Otra cosa es crear clínicas juridicas mediante las cuales alumnos voluntarios ayuden a ONGs (por ejemplo).

  3. […] Eva M. de la Torre, miembro del Equipo de Redacción, apunta hacia los Trabajos de Fin de Grado ‘participativos’ como un mecanismo que favorece la interacción universidad-sociedad en su postTrabajos de Fin de Grado participativos: investigación y docencia para una mayor interacción entre… […]

  4. […] Enlace al post original […]

  5. Guy HAUG dice: 02/04/2019 a las 13:40

    Me parece muy interesante el proyecto que nos presenta Eva M. de la Torre, por las razones que nos plantea y por algunas otras que quisiera destacar. De un lado, lo que dice acerca del Trabajo de Fin de Grado «participativo» podría aplicarse de manera más general, a fortiori en los Trabajos de Fin de Master, pero también a otros proyectos a lo largo de los estudios. No es aplicable apenas a los trabajos individuales como lo son los TFG o TFM, sino también a trabajos que se podrían desarrollar en pequeños grupos de estudiantes. La idea es fértil porque permite concretar los aprendizajes y aumentar el valor del trabajo de los estudiantes en distintos contextos sociales (cultural, regional, económico, administrativo, etc.). Es aun más fértil cuando involucra de manera activa al profesorado y a personas externas que tienen un interés específico en el trabajo. No sé si la mejor manera para encontrar más temas “participativos” es movilizar al personal universitario, que ya tiene muchas otras tareas, todas ellas prioritarias; en mi experiencia personal son más productivos los contactos que pueden tener los estudiantes, sus amigos y sus familias, con el tejido social y económico a nivel regional, nacional o europeo. Las pasantias en empresas privadas o pùblicas u otras entidades, son un terreno particularmente favorable para ello, y creo que el fomento de pràcticas externas y de TFG participativos apuntan en la misma direccion.


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