¿Vale la pena hacer un máster oficial?

He terminado o voy a terminar un grado universitario ¿Hago un Máster o no lo hago?

Esta es una pregunta muy común hoy en España y en muchos otros países, puesto que supone una inversión de tiempo y dinero, y parece el camino a seguir tras terminar la carrera.

La importancia de cursarlo o no es más significativa en algunos casos que en otros. Si tu perfil profesional está en la línea de trabajador por cuenta ajena o ejerces una profesión liberal asociada a una titulación es más habitual que necesites un máster. Si tu modelo de referencia son Jeff Bezos o Elon Musk, la formación reglada importa muy poco. Recordemos que Bill Gates y Mark Zuckerberg abandonaron Harvard sin terminar, y Steve Jobs no tenía una gran formación técnica. Eso sí, ten en cuenta que se apoyaron en gente que sí tenía formación de alto nivel y tuvieron que obtener la financiación necesaria para pagar sus salarios.

Valora tus opciones

Un máster es un proceso de aprendizaje reglado mediante un programa expreso que implica un compromiso. Lo imparte un grupo docente capaz, con experiencia y en un entorno establecido dado por una organización que tiene un cierto respeto y posicionamiento en el mercado. Querido alumno, si el máster que estás mirando no encaja en estos requisitos, replantéatelo.

Desgraciadamente, en el mercado académico es frecuente ver másteres-estafa: títulos que se regalan en los que se aprende muy poco. Son una oportunidad perdida porque no te cambiarán la perspectiva y podrías aprender muchas cosas útiles en otro contexto de aprendizaje, aunque es cierto que mucha gente los hace. De hecho, pueden llegar a ser adecuados localmente, cuando tienes un puesto de Grado y sabes que puedes optar a otros desempeños si adquieres un nivel de Máster dentro de tu organización o de otra gemela.

Debes saber que el alumno (osease tú) tienes mucho que decir en un máster. 

Si decides matricularte en un máster deberás aceptar lo que te enseñan, eligiendo los contenidos que más te interesan por tu perfil e inquietudes y profundizar en ellos. No rechaces el resto o pienses que no es útil. No sabes qué querrás hacer en el futuro. Busca un entorno que te ofrezca tres cosas: Información, Cultura y Oportunidades. De estos tres elementos, el máster debe ofrecerte más de lo que puedas abarcar en tu punto de partida.

Si desde el inicio llegas al 100% de las tres cosas y no tienes que renunciar a nada ni esforzarte para lograr el aprendizaje, el sitio te está pequeño y no te preparará bien.

Otros dos puntos a valorar son:  1) si hay empleos para sus titulados en tu país o será prácticamente obligatorio emigrar 2) si el Máster te enseña un oficio concreto o es de los que “te enseña a pensar”, “te prepara para el cambio”, “se centra en habilidades transversales”, “trabaja especialmente las habilidades blandas, o soft”, y otras cosas así.

Hasta aquí, lo dicho vale para todos los másteres, los oficiales universitarios y todos los demás. Además de estos títulos, las Universidades tienen lo que llaman Títulos propios, formación reglada que conduce a un título reconocido solo por la universidad que lo imparte, pero sin valor de nivel adicional administrativo en el sistema. Es como un curso adicional, no un título oficial. Por eso, en lo que sigue, los títulos propios universitarios deben equipararse a másteres profesionales.

Ventajas de un máster oficial

La primera diferencia a tener en cuenta es que está impartido por una institución universitaria, tiene una duración conocida y homogénea (de 60 a 120 créditos ECTS, de uno a dos cursos académicos) y te coloca en un entorno de educación superior más elevado. Muchas organizaciones tienen escalas salariales diferentes para Grado y Máster y el salario es normalmente más alto para el Máster. Esta realidad genera cierto rechazo en determinados ámbitos, pero hay que tener en cuenta que es una realidad fáctica y que es lógico que con mayor nivel de conocimiento se logre una mayor remuneración económica.

Ventajas de un máster profesional de calidad

Lo imparten tanto universidades como diferentes instituciones educativas. Estos másteres posicionan al alumno en un mercado laboral específico, ofreciendo un networking que podría ser difícil de conseguir de otra manera. Además, otorgan un título que puede ser muy valorado por ciertas organizaciones.

 

Hay muchas cosas que son comunes a un Máster académico oficial y a un Máster profesional. Una de ellas, quizá la más fundamental, es que el fruto depende enteramente de la actitud de quien los cursa.

La elección depende de ti

¿Qué estas preparad@ tú para hacer? ¿Cuál va a ser tu actitud? Las personas que tienen una actitud meramente pasiva aprenden poco, independientemente de lo que cursen. Con frecuencia culpan a los demás con acusaciones como: “no me motivan”, “no le veo la utilidad”, “mis compañeros no son maduros», «la gente está poco preparada», “esto es nada más que un sacacuartos”. Es un perfil de alumno que, en cada clase, de lo que sea, se sienta en las últimas filas, mira más el móvil que al frente, y ve pasar los minutos con impaciencia. Solo les importa llegar al final.

El final llega, y, en ese momento se preguntan para qué ha valido todo. El resultado es claro: si no trabajas, poco o nada habrás aprendido.

En el proceso de elección ten en cuenta lo que nos dice Clear en “Atomic Habits”:

“Las metas son buenas para establecer la dirección, y los sistemas son mejores para progresar”. Las metas no son necesariamente diferenciadoras: “los ganadores y perdedores tienen normalmente las mismas metas”.

Entonces, ¿qué es más recomendable hacer y cuándo?

En España, y en otros países, lo más recomendable es hacer el Máster oficial a continuación del Grado. Sobre todo, porque en algunas organizaciones españolas no se facilita que se haga un Máster mientras se trabaja, salvo que tenga un impacto directo en el trabajo que realizas. Compaginar máster y trabajo implicará compatibilizar clases, trabajos y exámenes con tu horario laboral y no siempre es fácil.

Si ya tienes el Máster oficial, puedes hacer cualquier formación que veas más conveniente, sin cumplir los requisitos de un nivel universitario reglado.

La otra alternativa, muy común en países escandinavos y EEUU, es trabajar al terminar el Grado y, después de unos pocos años, hacer un Máster mientras se trabaja a tiempo parcial. Es un buen planteamiento, posiblemente el mejor en esos países, porque en ellos el trabajo a tiempo parcial se percibe como igual de profesional que el trabajo a jornada completa. En España estar a tiempo parcial, salvo en prácticas antes de llegar plenamente al mercado de trabajo, no se percibe como algo serio. Abundan las presiones explícitas e implícitas para que “justo ahora” dediques muchas horas al trabajo, y dejes en otro plano las necesidades académicas.

La consecuencia de la “trayectoria uno”, (grado, máster oficial, trabajo) puede desembocar en que sea necesario, conveniente u oportuno hacer otro ciclo formativo más especializado. Las ventajas de tener ya un Máster oficial en ese momento son tres:

1) Se accede al escalón de salario más elevado y permite comenzar a ahorrar desde el principio.

2) El segundo máster es optativo en función de necesidades más específicas.

3) Ese segundo master puede hacerse mucho más tarde, y ser “ejecutivo”, concentrado sobre todo en viernes, sábados y vacaciones.

Así, mi opinión es que claramente la trayectoria uno resulta preferible: grado, máster oficial, trabajo, segundo máster, oficial o no. Considéralo un seguro: no sabes qué te deparará el futuro en 30 a 40 años, el tiempo es más barato ahora que después, y el tiempo necesario para hacer un máster puede impedir que, cuando sale una oportunidad que requiere un título de máster, no lo tengas disponible.

Si tienes dudas, pregunta en tu entorno a quiénes conoces que estén trabajando a tiempo parcial mientras cursan un Máster de su elección, qué puestos desempeñan y como se les considera en las empresas. Si lo que he escrito anteriormente no se cumple para nada, en esos entornos es muy sencillo seguir la “trayectoria dos”: grado, trabajo, máster.

¡Adelante!

En resumen, a largo plazo es más resiliente tener un Máster, sobre todo oficial, y es muy interesante tener una formación específica valorada en el mercado en el que te mueves, y eso se le suele llamar también Máster, aunque no necesariamente oficial. Los másteres profesionales útiles son muchas veces apreciablemente más caros que los oficiales, en España.

Examina tus oportunidades, diseña tu mejor plan, busca referentes concretos y mentorías, y ¡a por ello!

 

 

 

Comentarios
  1. BAHAMONDE FALCON LUIS dice: 09/02/2023 a las 13:06

    Felicidades por una muy buena exposición para que a la obtención de un grado, y en función a las características del alumno, se pueda establecer la realización de un Master o no al finalizar el grado o con posterioridad, y al cabo de un tiempo en el que se haya obtenido un puesto de trabajo, entonces intentar compatibilizar el tipo de Master adecuado con el puesto de trabajo que se esté desempeñando con la vocación adecuada al proposito del alumno.

    El caso de un senior com es mi caso, al finalizar el grado, opté por la contratación de personal de alta cualificación y seguir ejerciendo mi profesión como gestor de personas y la dirección empresarial.

  2. […] Enlace al post original […]

  3. Albert Corominas dice: 10/02/2023 a las 19:37

    Ardua tarea la de orientar en la maraña de los títulos de máster. Los hay oficiales (“másteres universitarios”), que pueden ser habilitantes, vinculados o ni una cosa ni la otra. Pero también pueden ser títulos propios de las universidades (que, no obstante, no pueden llamarse universitarios) impartidos tal vez a través de una fundación o ente análogo, más o menos vinculado con la universidad. Y también hay másteres que no son ni oficiales ni propios, desarrollados por entidades privadas de índoles diversas.
    Por otra parte, la regulación de los másteres oficiales es laxa, pero la de los otros se puede decir que es inexistente.
    Sin olvidar, por supuesto, que, como dice el profesor Romana, también hay másteres-estafa.
    En este contexto, no estoy seguro de que ayude a desentrañar el embrollo la contraposición entre másteres (académicos) oficiales y másteres profesionales, entre otras cosas porque los másteres universitarios habilitantes son los únicos que facultan para el ejercicio de determinadas profesiones.
    En cualquier caso, si es usted estudiante y duda entre un máster universitario y uno que no lo es ha de tener en cuenta lo siguiente:
    • Para que un máster pueda ser considerado oficial (“universitario”) ha de superar un proceso de evaluación y acreditación.
    • Solo los másteres oficiales facultan para el ejercicio de un cierto número de profesiones.
    • Solo los másteres oficiales dan acceso al doctorado.
    • El precio de los másteres oficiales está regulado en el marco del sistema de precios públicos; el de los otros, no.
    • Los másteres oficiales son impartidos por el personal docente e investigador de las universidades, que accede a sus puestos de trabajo mediante procesos de acreditación y selección regulados.


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