Universidades: sí, somos diferentes, pero… ¿cuánto afecta esto a nuestro desempeño docente? (parte I)

El post publicado por mi compañero y coautor, Joaquín Aldás, el día 28 de diciembre en univerdad, anticipa que en el Sistema Universitario Español hay una elevada heterogeneidad, y que coexisten realidades muy dispares entre universidades que hacen poco equitativa una comparación directa de los niveles de desempeño de unas y otras. No obstante, es posible identificar 7 grupos de universidades (grupos estratégicos en la terminología habitual del análisis de sectores o industrias) de modo que, dentro de cada grupo las universidades que lo componen se parecen mucho entre sí y permiten una comparación más justa entre ellas, mientras que existen diferencias significativas entre las universidades que componen diferentes grupos, lo cual permite analizar en qué medida afectan a los resultados algunos aspectos estructurales, difícilmente modificables en el corto o medio plazo, tales como la dotación de recursos financieros, las características del profesorado y de los estudiantes, el tamaño y la complejidad organizativa de la institución, o el contexto socio-económico en que se encuentran asentadas (enlace completo, aquí).

La identificación de estos grupos estratégicos y su caracterización, aun siendo interesante y atractiva para los interesados en el conocimiento del sistema universitario, no dejaría de ser una mera curiosidad si no tuviese implicaciones en el desempeño. En tanto en cuanto las universidades están siendo sometidas, cada vez en mayor medida, a evaluaciones basadas en sus resultados docentes, investigadores y de transferencia, es relevante comprender qué factores determinan el desempeño, y cuáles de ellos se corresponden con la buena gestión de cada institución o con factores de carácter estructural que vienen dados o que son consecuencia de características adquiridas a lo largo del tiempo y difícilmente modificables.

La evaluación del desempeño no es un capricho, sino que es un aspecto crucial para avanzar en el objetivo último de mejorar la calidad, la eficacia y la eficiencia de los sistemas universitarios.

Sin embargo, si la evaluación no toma en consideración las condiciones de partida con las que cada universidad cuenta para desarrollar su actividad y lograr sus resultados, se suele producir una justificada reacción de rechazo con respecto a la validez y equidad de dichas evaluaciones por parte de los responsables de las instituciones universitarias, especialmente si ello lleva aparejado alguna implicación en materia de incentivos o financiación.

En este post, presentamos un resumen de los resultados de la monografía “La universidad española, grupos estratégicos y desempeño” elaborada por la Fundación BBVA y el Ivie (la cual es posible obtener en este enlace), para ilustrar que la pertenencia a un grupo estratégico u otro sí tiene una importancia significativa en los niveles de desempeño que pueden lograr las universidades, pero que dentro del marco de cada uno de los grupos estratégicos, existe todavía suficiente heterogeneidad como para identificar qué universidades son las que están logrando mejores niveles de desempeño a partir de recursos, características y contextos muy similares. Por un lado, estas universidades sí pueden ser calificadas como universidades gestionadas con mayor eficacia con respecto a sus pares, y por otro lado pueden servir de referentes próximos y cercanos para el resto de universidades del mismo grupo, ya que estas últimas pueden reconocer prácticas de gestión que están dando buenos resultados y que podrían ser trasladadas y adaptadas a sus respectivas instituciones.

Antes de proceder a la ilustración de las diferencias de los niveles de desempeño entre los distintos grupos estratégicos, es conveniente clarificar qué entendemos por desempeño, pues este es un constructo multidimensional (recoge diferentes misiones) y subjetivo (sujeto a diferentes interpretaciones según cuáles sean los objetivos e intereses de quien evalúa). En nuestro trabajo, el desempeño se analiza atendiendo las 3 misiones que definen a las universidades en el SUE (docencia, investigación y transferencia), adoptando una perspectiva próxima a la que adoptan los responsables de la mejora del sistema (gestores y administración), asumiendo la universidad como unidad de análisis y utilizando datos objetivos para su medición. Los resultados se presentan en una escala normalizada en la que 100 equivale al valor máximo de los niveles de rendimiento alcanzados las universidades del SUE, y 0 se corresponde con el valor mínimo. En esta entrada, se tratará la cuestión del desempeño docente, mientras que en la de mañana, mostraremos los datos en investigación y transferencia.

Desempeño docente

Para la medición del desempeño en la docencia de cada institución universitaria se han tenido en cuenta dos subdimensiones: los resultados que tienen que ver con el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje (resultados docentes directos, medidos a través de las tasas de éxito, evaluación y permanencia) y los resultados sobre la empleabilidad (medidos a través de la tasa de afiliación a la seguridad social de los egresados, y el porcentaje de egresados empleados en su categoría profesional) que se deriva de dicho proceso de enseñanza. La siguiente figura muestra los promedios de desempeño en estas dos subdimensiones y, como puede observarse en ella, las diferencias entre grupos estratégicos son mucho más notables en el caso de la empleabilidad que en el de los resultados docentes directos.

Figura 1. Resultados docentes medios en los grupos estratégicos

Fuente: Aldás, Escribá, Iborra y Safón (2016). Nota: Las líneas muestran el promedio de desempeño del SUE

La mayor parte de los grupos estratégicos tienen un promedio de desempeño en resultados docentes muy similar, en torno a la media del SUE, lo cual parece indicar que los métodos de enseñanza-aprendizaje ofrecen resultados semejantes con independencia de las características y las condiciones de las universidades. No obstante, hay dos excepciones que vale la pena mencionar. Por un lado, cabe destacar el excelente rendimiento en este aspecto de las Universidades Privadas (Grupo 2), que se sitúan ligeramente por encima del resto de los grupos. Entre las características que pueden explicar su desempeño, estas universidades cuentan con una ratio de alumnos por profesor sensiblemente inferior a las de los otros grupos, un mayor presupuesto por alumno, y la necesidad de lograr elevadas tasas de satisfacción en el proceso enseñanza-aprendizaje, pues sus ingresos dependen fundamentalmente de las tasas académicas que pagan sus estudiantes. Por otro lado, las características de los estudiantes de las universidades a distancia (grupo 1), generalmente con poco tiempo para el estudio, la ratio elevadísima de alumnos por profesor (120) y un presupuesto por alumno muy bajo pueden estar determinando un rendimiento inferior en el grupo 1.

Mucha más variabilidad se observa en la subdimensión de empleabilidad. En este caso, nuestros resultados muestran que este aspecto está fuertemente correlacionado con la ubicación de las universidades en áreas más o menos favorecidas en cuanto a estructura industrial o renta per cápita. Los grupos con mejores promedios de desempeño en empleabilidad (grupos 2, 3 y 4) están compuestos por universidades situadas mayoritariamente en Madrid, Barcelona, País Vasco, o Valencia. De nuevo, no obstante, el grupo 2 (privadas) consigue resultados de empleabilidad claramente superiores al resto, a pesar de que las universidades que componen los otros grupos están situadas en las mismas zonas. En el grupo 5, que les sigue en buenos resultados de empleabilidad, también hay fuerte presencia de universidades catalanas y valencianas, junto con otras de zonas con niveles de desempleo más moderados (p.e. Navarra). Sin embargo, se sitúan en entornos con menos intensidad de competencia con otras instituciones, lo cual podría indicar que la intensidad de la competencia puede estar actuando como dinamizador de los resultados en este ámbito. En los grupos 6 y 7 se agrupan las universidades regionales, situadas en zonas menos favorecidas desde un punto de vista socio-económico, tanto las más históricas y generalistas, como las más recientes y algo más especializadas.

Referencias

Aldás, J, Escribá, A., Iborra, M. Y Safón, V. (2016). La universidad española. Grupos estratégicos y desempeño. Bilbao: Fundación BBVA

 

Comentarios
  1. OSCAR DIAZ dice: 10/01/2017 a las 22:36

    Gracias por una entrada muy interesante. Me preguntaba si existe alguna correlación entre empleabilidad y extracción social, y en qué medida esta correlación puede ser la que explique el buen comportamiento del grupo «Universidad Privada» en esta sub-dimensión.

  2. Alejandro Escribá dice: 11/01/2017 a las 18:58

    Gracias por tus buenas palabras sobre esta entrada. Me alegro de que te parezca interesante. Es muy posible que la extracción social esté correlacionada con la obtención de un empleo, ya que es sabido que los contactos son una de las principales vías de acceso a los puestos de trabajo. En cierto modo este efecto está recogido en la dimensión ‘entorno’ utilizada para la configuración de los grupos estratégicos, ya que una de los indicadores utilizados es la renta per cápita promedio de la provincia. No obstante, no existe información disponible, accesible para todas las universidades de nuestro estudio, para realizar esa comprobación de un modo mas dreco.
    Tendremos en cuenta este comentario por si surgiera la oportunidad en algún momento.


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