La empleabilidad de los egresados universitarios

En esta artículo hablaremos de las estadísticas publicadas por el Ministerio de Educación y Formación Profesional sobre la afiliación a la Seguridad Social de los egresados universitarios. A partir de ellas, se observan aspectos como la tasa de afiliación a la Seguridad Social, el grupo de cotización o la base de cotización de quienes finalizaron sus estudios de grado en el curso 2013-2014.

La información puede desagregarse por rama de estudio y está disponible para los cuatro años siguientes a la finalización del grado. Esto nos permitirá analizar cómo evoluciona la experiencia laboral de los egresados universitarios.

Mi intención es emplear esas estadísticas para hablar sobre empleabilidad.

Responderemos a la pregunta de cuántos consiguen empleo de quienes titulan en la universidad. También hablaremos sobre subempleo y de cuántos consiguen un empleo que requiera de la cualificación que han adquirido.

¿Cuándo consiguen un empleo los egresados universitarios?

En la Tabla 1 muestro el porcentaje de egresados en el año 2014 que estaban afiliados a la Seguridad Social en los cuatro años siguientes a la finalización de sus estudios de grado. Lo primero que podemos comprobar es que, como es lógico, cuanto más tiempo pasa tras la titulación, más egresados logran un empleo.

En el primer año, el 47% del total de egresados universitarios estaba afiliado a la Seguridad Social. Sin embargo, en el cuarto año ese porcentaje se elevó hasta el 72%. Dejo que sea el lector quien valore si esas cifras representan un nivel de empleabilidad que justifica el tiempo dedicado para completar los estudios de grado. Más interesante me parece la diferencia en las tasas de afiliación a la Seguridad Social de las distintas ramas de estudios.

No obstante, antes de valorar esas estadísticas déjenme que advierta que una baja tasa de afiliación no es solo indicativa de un elevado nivel de desempleo, sino también, por ejemplo, de un elevado grado de continuación en estudios de Máster y Doctorado.  Quizás esta segunda explicación esté detrás de la bajísima tasa de afiliación a la Seguridad Social de los egresados en Ciencias un año después de la titulación. Estos últimos apenas aventajan en unas décimas a los egresados en Artes (tan solo 3 de cada 10 están afiliados a la Seguridad Social). No obstante, cuatro años después de titular la diferencia entre ambas ramas de estudio ya alcanza los 10 puntos porcentuales.

Ciencias vs Artes

Es razonable pensar que las dificultades para encontrar un empleo afectan en mayor medida a los egresados en Artes y Humanidades porque, tras cuatro años siguen mostrando una incorporación laboral muy baja, que a quienes finalizan sus estudios en la rama de Ciencias porque, tras el tiempo requerido por un hipotético Máster, ya aumentan de forma significativa su participación en el mercado de trabajo.

Valorar esas estadísticas exige, además, tener en cuenta las particulares características del empleo al que optan quienes finalizan estudios de Arte.

Ingeniería y Arquitectura

La otra cara de la moneda la muestran los egresados en Ingeniería y Arquitectura, quienes presentan la tasa de afiliación más elevada en cada uno de los cuatro años siguientes a la titulación. Adviértase de nuevo que la continuación en estudios de Máster y Doctorado es menos habitual en esta rama de estudios.

Ciencias de la Salud

Es asimismo interesante observar que, en la rama de Ciencias de la Salud, la tasa de afiliación un año después de la titulación se encuentra 15 puntos por debajo de la que presentan los egresados en Ingeniería y Arquitectura. Pero, tras cuatro años, se colocan prácticamente a su altura en términos de afiliación.

Ciencias Sociales y Jurídicas

Por último, los estudiantes egresados en la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas se encuentran en un punto intermedio, alcanzado tasas bastante próximas a los egresados en Ciencias de la Salud e Ingeniería y Arquitectura, y por encima de los egresados en Ciencias.

Tasa de afiliación a la Seguridad Social de los egresados universitarios del curso 2013-2014

Tabla 1. Tasa de afiliación a la Seguridad Social de los egresados universitarios del curso 2013-2014 en los cuatro años siguientes a la titulación. Ministerio de Educación y Formación Profesional.

Seguro que nuestros lectores, a la vez que repasan las estadísticas de afiliación y escudriñan la Tabla 1 no dejan de pensar en que no solo importa si un egresado logra o no un empleo, sino también qué tipo de empleo consigue.

¿El empleo del egresado universitario es acorde a su formación?

Muchos de esos egresados universitarios no lograrán desempeñar un empleo que justifique la formación que han recibido en la Universidad (o al menos aquella que acredita el título que han conseguido). En este mismo blog he mostrado cómo el creciente número de titulados universitarios en España se relaciona directamente con el número de universitarios que desempeñan ocupaciones que no requieren de dicha cualificación. Es decir, que producimos universitarios más rápido de lo que el mercado produce empleos que requieran de esa cualificación. El problema puede definirse como de exceso de oferta de universitarios o como de rigidez del mercado para asimilarlos.

Pero es un hecho que muchos de quienes titulan no logran empleos al nivel de sus títulos.

A la vista de las cifras de la Tabla 1, la pregunta siguiente es cuántos de los egresados en cada rama de estudios que logran un empleo tras titular desempeñan una ocupación que requiera de su nivel de formación. Es de esperar que los niveles de subempleo (o sobrecualificación, según prefieran) sean mayores en unas ramas de estudio que en otras.

Afortunadamente, las estadísticas ofrecidas por el Ministerio de Educación permiten desagregar la cifra de afiliados a la seguridad por grupo de cotización. De esta forma, podemos conocer cuántos de los egresados que se afilian a la Seguridad Social lo hacen en el grupo de titulados. Obsérvese que eso no significa que hayan logrado un empleo relacionado con su formación. Pero sí significa que el empleo que han conseguido requiere de una cualificación de nivel universitario. Suficiente para el sencillo análisis que aquí les propongo.

Egresados universitarios en el grupo de cotización de titulados

En la Tabla 2, muestro el porcentaje de afiliados a la Seguridad Social en el grupo de cotización de titulados para los cuatros años posteriores a la finalización de los estudios de grado en la universidad. Teniendo en cuenta estos resultados, las cosas se complican mucho para algunos egresados universitarios.

Tabla 2. Porcentaje de los egresados afiliados a la Seguridad Social en el grupo de cotización de titulados en los cuatro años siguientes a la titulación.

Tabla 2. Porcentaje de los egresados afiliados a la Seguridad Social en el grupo de cotización de titulados en los cuatro años siguientes a la titulación. Fuente: Ministerio de Educación y Formación Profesional.

Por ejemplo, recuerde que tan solo un 29% de los egresados en Artes y Humanidades estaban afiliados a la Seguridad Social un año después de haber titulado. Pues de esos que sí lo habían logrado, solo una tercera parte desempeñaba una ocupación que requiriese de dicha cualificación. Multiplicando ambos porcentajes, podemos afirmar que, un año después de titular, tan solo el 10,6% de quienes finalizaron un grado en Artes y Humanidades en el año 2014 han logrado un empleo que requiera de la formación recibida en la Universidad.

Le dejo a usted que reproduzca esos mismos cálculos para la rama de estudios que sea de su interés y le invito a que visite esta página del Ministerio para observar una desagregación mayor de las titulaciones universitarias.

A lo que apuntan las tablas 1 y 2, es que las distintas ramas de estudios no solo están asociadas a un distinto nivel de desempleo, sino también a significativas diferencias en la exposición al subempleo. Quienes optan por la rama de Ciencias de la Salud parecen particularmente protegidos frente a la posibilidad de desempeñar un empleo por debajo de su nivel de cualificación. En cambio, los estudiantes de Ciencias Sociales y Jurídicas están muy expuestos a dicha posibilidad. Cuatro años después de titular, solo 1 de cada 2 egresados en dicha rama desempeña un empleo que requiera de cualificación universitaria. Esto representa el porcentaje más bajo de los mostrados en la Tabla 2.

Y esto es interesante, particularmente para un egresado en Ciencias Políticas y Sociología como yo, porque en la anterior Tabla 1 vimos que las tasas de afiliación a la Seguridad Social de quienes titulan en la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas son relativamente elevadas. Pero lo que nos cuenta la Tabla 2 es que muchos de esos estudiantes terminan desempeñando empleos por debajo de su nivel de cualificación. Mucho más que en cualquier otra rama de estudios.Según ambas tablas, solo el 35,8% de los egresados en 2014 en Ciencias Sociales y Jurídicas desempeñaba un empleo adecuado a la cualificación adquirida.

Solo uno de cada tres de quienes titularon en Ciencias Sociales y Jurídicas desempeñaba en 2014 un empleo adecuado a su cualificación.

A modo de conclusión

En esta entrada he pretendido ofrecer una descripción muy superficial del panorama laboral al que se enfrentan los egresados universitarios españoles en función de la rama en que cursan sus estudios. Esta cuestión es sumamente relevante por dos razones:

  1. Porque tanto el desempleo como el subempleo suponen defraudar las expectativas de muchos universitarios. Además, resultan esfuerzos improductivos tanto por parte del estudiante, como del sistema educativo (que hace notabilísimas inversiones en cada titulado universitario).
  2. Porque en sociología de la educación sabemos que las desigualdades educativas son muy resistentes a desaparecer. Cuando aumentamos el tamaño del nivel universitario es posible que seamos capaces de reducir la desigualdad en el acceso a la universidad (desigualdad vertical o cuantitativa). Pero eso provoca que se generen nuevas formas de desigualdad de tipo cualitativo (u horizontal). Se ve, por ejemplo, en la elección de la rama de estudios donde se matricula el alumno en la universidad. Cuando los retornos de las distintas ramas de estudios son tan diferentes como los aquí presentados, esas desigualdades horizontales se acrecientan.

La cuestión no es baladí y exige atención y mesura a la hora de construir la oferta universitaria.

 

Comentarios
  1. […] Erasmus, en sus diferentes versiones. Estos dos fundamentos tienen como finalidad mejorar la empleabilidad de los egresados, quienes desarrollarán su profesión en un entorno cada vez más dinámico y […]

  2. ricardo dice: 08/07/2020 a las 18:32

    Me parece un informe escueto pero hecho con agudeza; es poco frecuentado (pero bien conocido entre muchos licenciados de derecho, biología, geografía, filosofía,etc…) el hecho de que un porcentaje muy grande de licenciados empieza, y lo que es peor acaba, trabajando subempleado. Es un dato grave que acrecienta la idea de que la próxima reforma educativa debe empezar su instauración desde la universidad e ir bajando (no al revés como siempre se hace y así nos va).

  3. […] de exploración y extensión del conocimiento, cada vez está dando más importancia al concepto de empleabilidad y a la inserción laboral de sus egresados. Así, entre sus planes docentes, cada vez más se persigue una adecuación entre la formación […]

  4. […] se ha debatido y escrito acerca de la conveniencia de que la universidad forme profesionales a la medida que la sociedad demanda. Esta corriente de pensamiento, muy consolidada en España, acoge axiomáticamente la premisa de […]


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