Escuchar a los estudiantes

Como decía Teodoro Luque en una de sus últimas entradas, “los rankings miden lo que miden, ni más ni menos”. Efectivamente, saber interpretarlos puede ser de utilidad para incrementar nuestro autoconocimiento y hacer una sana autocrítica: conocer en qué aspectos una institución –o todo un sistema-  está teniendo éxito y está fallando. Sin embargo, conviene ir más allá, procurando transcender los indicadores de un ranking, habitualmente polémicos y siempre susceptibles de interpretaciones diversas.

En este sentido, parece interesante centrarse en el verdadero protagonista de la institución educativa, el estudiante, intentar adoptar su perspectiva y averiguar cómo “nos ve”, qué es para él o ella la universidad donde se plantea estudiar, donde está cursando un programa o de la que ha obtenido su graduación, tal vez hace ya tiempo. En resumen se trata de conocer qué imagen se ha formado de la universidad, qué reputación tiene ante sus ojos.

Hace un par de años se incidió en el panorama nacional en el debate sobre el papel que juega la reputación institucional en el desarrollo y estrategias de las universidades. Fue en el marco del primer congreso Building Universities’ Reputation (BUR), celebrado en la Universidad de Navarra en abril de 2015, donde surgieron estas inquietudes y se generó una interesante conversación. Fue allí donde Louise Simpson, de World 100 Reputation Network, señalaba: “los estudiantes son muy influyentes como embajadores de marca por derecho propio, capaces de estimular o disuadir a la próxima generación con una o dos palabras en las redes sociales”. Obviamente, para que esto ocurra de una forma natural, el estudiante ha de estar razonablemente satisfecho y sentir que sus expectativas se han visto cumplidas.

En la segunda edición del congreso BUR, Understanding the Student Perspective, que tendrá lugar el 30-31 de marzo próximo, con el apoyo, una vez más, de la Fundación Sociedad y Educación,  se pretende abordar precisamente esta cuestión: ¿cuál es la perspectiva del estudiante? ¿Cómo percibe la calidad de la institución, ya que, en definitiva, en esto consiste la reputación?

Plantearse estas preguntas compromete a la institución, pues es un ejercicio que lleva a repensar actitudes, estilo y prioridades. Pero merece la pena romper con inercias y explorar nuevos modos de atender a lo que actualmente el estudiantado nos demanda.

En esta tarea compensa poner todas las cartas sobre la mesa y plantear qué papel desempeñan, en el universo educativo, los rankings, la experiencia del estudiante, los canales de comunicación, el aprendizaje-servicio, la responsabilidad social y medioambiental, y muchos otros elementos. También forman parte estos elementos de la institución universitaria, y no sólo el aspecto puramente académico y la investigación.

Conviene escuchar al estudiante, además de al profesor, a la investigadora, a las empresas, a las instituciones sociales, a la sociedad. Veamos qué tienen que decir los alumnos.

 

Comentarios
  1. […] es, justamente, la participación activa del estudiantado universitario. No consiste solamente en “dar voz” a los estudiantes en un momento, una materia y con un docente determinados sin posibilidad de ser reproducidas ni […]


¿Y tú qué opinas?