Humanismo digital II
Continuamos con la segunda parte de la entrada Humanismo digital
por Javier J. González
Humanidades digitales
Nuestro tiempo plantea problemas nuevos y complejos que se nos presentan irresolubles porque no tenemos forma de entenderlos. Son necesarios nuevos espacios epistemológicos. Si no queremos que otros acaben haciendo el trabajo de historiadores, filósofos, filólogos, artistas, etc., tendremos que tomar las riendas de esta revolución digital en el campo humanístico. No podemos ser pasivos. Tendremos que dirigir los avances de nuestro campo de especialización. Tampoco se trata de bailar al son de la tecnología: somos los responsables y protagonistas del futuro de nuestra área. Este hueco está siendo cubierto por las humanidades digitales. En su naturaleza está un cierto carácter híbrido, el moverse en las periferias de distintas áreas de conocimiento, la mezcla de disciplinas, la recolección de lo clásico y lo innovador. Hasta ahora no existía una disciplina con estas características. Son muchos los planteamientos que han surgido en los últimos años en torno al concepto de humanidades digitales, pero es posible apuntar algunas características del campo como son la apertura, el replanteamiento de las normas de copyright, la redefinición de las comunidades científicas y la transdisciplinariedad.
Esta transdisciplinariedad es precisamente una de las principales dificultades para su definición pues es un paso más allá de la multidisciplinariedad y la interdisciplinariedad. La multidisciplinariedad conlleva trabajar simultáneamente, pero en paralelo, a un grupo de personas de diferentes disciplinas. La interdisciplinariedad favorece el trabajo en equipo compartiendo información y técnicas de dos o más campos de especialización. Sin embargo, la transdisciplinariedad aúna principios y métodos de distintas disciplinas y posibilita ir más allá de las disciplinas tradicionales. Además, esta característica convierte a las humanidades digitales en originariamente universitarias, frente a la tendencia a la hiper especialización, porque son una manifestación de la visión de conjunto y de la inclusión del contexto.
Las humanidades digitales se enfrentan a retos, problemas y cuestiones que sería imposible abarcar con los métodos tradicionales.
Las actuales herramientas permiten analizar cantidades enormes de información digitalizada. Ahora sí se encuentran agujas en los pajares. Esto nos lleva a una nueva forma de entender la cultura (episteme) que genera nuevos conocimientos y técnicas para el control de la memoria (techne). Este nuevo lenguaje posibilita nuevas formas de colaboración entre los profesionales y a su vez genera la conexión de millones de datos que hasta ahora permanecían aislados.
A lo largo de la historia las humanidades han tratado de dar razón del pasado, definir el presente y anticipar el futuro. Las humanidades digitales son la respuesta de los estudios superiores a la era tecnológica actual.
En la actualidad, «cuando parece que las ciencias puras son las únicas que pueden dar razón de las cosas, las humanidades digitales pueden convertirse en garantes de la condición humana», pues tienen la capacidad de diseñar y desarrollar la tecnología a la medida y servicio del hombre.
La transformación digital y el éxito de las tecnologías han modificado de forma radical nuestras relaciones, nuestra conexión con el mundo y nuestra forma de comunicarnos. Las humanidades están llamadas a reflexionar, comprender, asimilar y criticar el nuevo paradigma cultural. Es cierto que gracias al desarrollo tecnológico se abren para el campo de las humanidades oportunidades inéditas en el análisis de la historia, la geografía, la literatura, la lingüística, el arte o la música, por mencionar solo algunas áreas humanísticas. Las potencialidades que ofrecen las nuevas herramientas o aplicaciones han supuesto la obtención de resultados y conclusiones inalcanzables con las metodologías tradicionales. Pero no es menos cierto que corremos el riesgo de dejarnos obnubilar por lo que son medios y terminar convirtiéndolos en fines. La tecnología y la ilusión de progreso continuo pueden acabar sumiendo al hombre en un bucle infinito de activismo deshumanizador. Por eso las humanidades digitales deben ofrecer los fundamentos de pensamiento crítico que posibiliten la adaptación a los cambios que auguran transformaciones sociales.
Razón crítica de la tecnología digital
Conocer las tripas de los programas que utilizamos, dar razón crítica de su sentido, acabará con la opacidad de la tecnología digital. Además, adentrarnos en ella nos ayudará a entender mejor los resultados y afinar mejor en la utilización. Una buena teoría previa nos ayudará a formular las preguntas precisas a las máquinas. En el maremágnum de información actual y desinformación continua, necesitamos acertar con las preguntas para discernir lo verdadero. Si no, obtendremos respuestas correctas para preguntas vanas, erróneas o inexactas. Este giro crítico desarrollado desde las humanidades digitales situará a la tecnología en su función mediática, y no final, y al hombre como protagonista, principal actor, y no mero ejecutor autómata.
Una actitud distante por parte de los estudios humanísticos hacia la tecnología puede explicar la pasividad con que la mayoría usa estos medios. Somos generalmente usuarios, consumidores y dependientes de la tecnología.
En Europa se están dando los primeros pasos para cambiar esto. Desde 2011, la European Science Foundation, organización constituida por centros de investigación de ocho países, recomienda el impulso de los estudios de humanidades digitales. Para el tramo 2021-2027 el programa de financiación Europa Digital propicia sistemas de educación y formación que afronten los desafíos de la digitalización, la ciberseguridad, la alfabetización mediática y la inteligencia artificial. La consecución de estos objetivos pretende hacer a los ciudadanos más activos y favorecer la cohesión de la sociedad gracias al allanamiento de brechas digitales.
Por último, el programa de innovación e investigación Horizonte Europa, también para el tramo 2021-2027, pretende integrar las humanidades en los proyectos de desarrollo tecnológico. La próxima generación de profesores de humanidades fue educada en los métodos de la era predigital y serán los primeros docentes nativos digitales. Ellos terminarán de desarrollar un sistema de enseñanza que tenga en cuenta el elemento disruptivo que ha supuesto internet en la historia de la educación.
Pero al igual que una persona que domine varios idiomas puede decir tonterías multilingües, un simplemente adiestrado tecnólogo puede resbalar en multicanal.
Fuente: Cuaderno de Trabajo #12 de Studia XXI, Transformación Digital de las universidades. Hacia un futuro postpandemia
Es importante poner el tema sobre la mesa en la educación Latinoamericana y creo que la pandemia nos llevo a iniciar el trabajo en el uso de las nuevas tecnologías, por lo que iniciar capacitación a docentes debe ir más allá de aprender a usar un software.