La familia del ranking THE sigue creciendo

La familia del ranking Times Higher Education aumenta: ¿qué pueden hacer los líderes universitarios europeos?

Abrimos el año 2025 con un nuevo ranking de la llamada familia del Times Higher Education, el Online Learning Rankings (THE-OLR, 2024). A mi modo de ver, este ranking recientemente inaugurado confirma dos tendencias: la primera de ellas, que los cursos online y la enseñanza híbrida son una realidad desde la pandemia que no se puede parar.

Créanme, a la mayoría de los nuevos estudiantes universitarios les gusta más vernos en la pantalla que poder tocarnos en el aula…

La segunda tendencia es que los países asiáticos y especialmente China e India han despertado a toda esta serie de clasificaciones, por muy elitistas que opinen que sean o por muy pensadas que nos parezcan para los países anglosajones.

El caso de la Jindal Global University (JGU)

En esta entrada, que inaugura mi colaboración en el blog en 2025, me centraré en analizar la reciente evidencia aportada por la O.P. Jindal Global University, denominada por ellos mismos como “Institution of Eminence Deemed to be a Private University Promoting Public Service”.

Por cierto, como hacendista defensora de los servicios públicos, no salgo de mi asombro. Dada la importancia de la educación online en India, han encargado su provisión, entre otras muchas, a una universidad privada y, a día de hoy, relativamente pequeña

JGU es una institución de educación superior de las 11 universidades en el mundo que ha obtenido la calificación ORO en el THE-OLR en su primera edición de 2024. Las otras 10 instituciones han sido 3 de Estados Unidos, 2 de Reino Unido, 2 de India -incluyendo la JGU- y una en Rusia, Hungría, Nueva Zelanda y Australia. Por este motivo, el Vicerrector y fundador de la JGU, Professor Dr. C. Raj Kumar, afirmaba:

“Estoy encantado de compartir con ustedes la noticia histórica de que la O.P. Jindal Global University (JGU) ha sido galardonada con el estatus de Oro en la primera edición de Times Higher Education (THE) Online Learning Rankings 2024”.

Metodología del Times Higher Education Online Learning Rankings

A diferencia de otros rankings de la familia THE que utilizan la posición de clasificación y las puntuaciones (THE World University Rankings -en el ranking principal y originario-, THE Asia Rankings, THE Arab Rankings, Japan University Rankings, Sub-saharan Africa University Rankings -en los rankings geopolíticos-, Rankings by subject, etc.), el THE-OLR agrupa a las instituciones en tres categorías: Oro, Plata y Bronce.

Considerado por los propios hacedores de los rankings THE como el primer intento de medir el aprendizaje online a nivel mundial, se basa en cuatro pilares clave: recursos, compromiso, resultados y entorno, a los que concede una puntuación máxima teórica de 100.

Los cuatro pilares del ranking online

Nivel de recursos

En el primer pilar, se tiene en cuenta el nivel de recursos (algo que caracteriza al THE desde que se separó del QS en 2011), dedicados al aprendizaje online: incluye financiación por estudiante, profesor por estudiante y horas dedicadas por profesor a la enseñanza online.

Compromiso

El segundo pilar, compromiso (engagement), considera el nivel de estudiantes implicados en el aprendizaje online. En concreto, el THE-OLR mide la interacción con el staff; la colaboración con otros estudiantes; la convenience, que podría traducirse como ventaja comparativa en la acepción inglesa primera de useful quality o en la acepción segunda de work saver; la facilidad de uso, la accesibilidad para discapacitados y el número de programas disponibles.

Los resultados

En el tercero, se intentan medir los resultados (outcomes) de los estudiantes que participan en la docencia online, tales como su tasa de progresión y la recomendación del alumnado. Este es el pilar más difícil porque medir los resultados de la educación online es aún más complicado, puesto que no es uniforme y no hay un estándar global acerca de cómo medir el aprendizaje online a nivel mundial. En este sentido, este ranking supone el primer intento.

El impacto en el entorno

Por último, el cuarto pilar, considera las métricas usadas para evaluar el entorno óptimo para el aprendizaje online: inclusión de estudiantes con discapacidad (inclusión of students with disability); diversidad de edad (age diversity); diversidad de género del staff (staff gender diversity); personal de apoyo por estudiante (support staff per student); soporte de conectividad (connectivity support) y otros recursos fuera de línea (other offline resources).

Como no se trata de un ranking propiamente dicho (no muestra un overall score), para el caso de estudio de JPU arroja los siguientes resultados: recursos (72.3); compromiso (58.2); resultados (79.2); y entorno (78).  Probablemente adolezca de los mismos problemas que tiene la metodología del THE-Impact Ranking (que analiza los 17 ODS), en el que tampoco se pueden hacer comparaciones de año en año, incluso para la misma universidad.

En resumen y a mi juicio, se trata de rankings absolutamente reputacionales, destinados a mostrar la reputación de una institución en un año concreto.

Elementos caracterizadores y diferenciadores del THE-OLR: algunas intuiciones

Aportaré cuatro intuiciones acerca de lo que sugieren este aumento de la familia del ranking THE.

Primera

Que los rankings globales de universidades (GUR) se han convertido en un modelo de negocio. Enrique Orduña-Malea y yo  adelantábamos ya esta idea en el Research Handbook on University Rankings, editado por Ellen Hazelkorn y Georgiana Mihut en 2021 y en algún post de este blog.  Algunas de las universidades menos conocidas ,pero más poderosas económicamente hablando que participan, “compran” sus posiciones, porque las contratan como consultoras. En muchas ocasiones, son estas mismas instituciones las que acogen las cumbres (summits). Por ejemplo, en alguno de los encuentros de los THE rankings, suelen pagar a todos los miembros del equipo de THE que acuden a la convención para organizar el evento y, también, a todos los ponentes de otras universidades y a los que publicitan el evento para incrementar su reputación.

Segunda

Que en docencia, y más si es online, es muy difícil medir la calidad y, por ello, se acude a la concesión de etiquetas como Oro, Plata y Bronce.

Esta tendencia se viene confirmando desde 2017, ya en el Teaching Excellence Framework de Inglaterra, tal y como analizábamos Jill Johnes y yo en el manuscrito “The quest for efficiency in higher education in England: lessons learned for developed economies”. El reto está en cómo medir la calidad de la educación online a nivel mundial, cuando no existe un acuerdo global de la definición de online learning y tampoco es uniforme entre países y continentes. Por eso, este ranking piloto (THE-OLR) mide solo las partes de las universidades que prestan online learning, lo que implica que los cursos son anunciados como «online» y, al menos, el 40% del contenido es suministrado «online».

Tercera

Que una universidad nueva (pensando en aquellas que han aparecido en el panorama universitario europeo y especialmente en el español) coge «velocidad de crucero» a partir de los 15 años (justo los que tiene la JPU). Pero, en este caso, es todavía más espectacular el resultado de calidad medido por este ranking. Quizás esté pensado a su medida y al de otras universidades pequeñas, relativamente recién creadas y con mucha educación online, porque solo lleva desde 2020 con programas online de grado (online degree programmes) y especialmente (MOOCS):

No wonder, we have more than 5.000 students already pursuing online and blended leaning programmes with JGU, afirmaba el Vicerrector Raj Kumar.

Y cuarta

No podemos olvidar que este tipo de rankings está más pensado, en general, para universidades menos conocidas (Massey University en Nueva Zelanda o University of Szeged en Hungría, aunque con muchos estudiantes internacionales). O para universidades que no aparecen bien posicionadas en los otros rankings de la familia del THE, por ser jóvenes, privadas (for profit) o por ser universidades mayoritariamente online con estatus de fundación pública o privada (for non profit). Sin embargo, existen excepciones, en concreto las dos universidades inglesas calificadas con la etiqueta Oro: la University of Liverpool, creada en 1881 y fundadora del Russell Group en la posición 160 del THE-WUR;  y  la University of Essex, también pública, relativamente joven -creada en 1963- y bien posicionada en el THE-WUR, en la franja 351-400.

Ni tampoco debemos olvidar que los líderes universitarios de las instituciones públicas europeas tienen un problema presupuestario. Hacer esta «publicidad» cuesta mucho dinero a una universidad pública costeada con el dinero de los contribuyentes que, además, no puede ni debe pagar, por una cuestión evidente de rendición de cuentas.

A modo de plegaria y de buenos augurios para el año 2025

Ojalá en un mundo tan cambiante a nivel global y, en particular, en el sector de la educación superior, nuestros líderes universitarios europeos, especialmente los de las universidades públicas presenciales, sean capaces de tomar las decisiones más inteligentes y acierten.

Les deseo muchos éxitos en el nuevo año 2025. Nos va el futuro (al menos, hasta el Horizonte 2030) en que toda la comunidad universitaria europea piense a lo grande. Y no se preocupen: ¡no me atrevo a vaticinar qué será de nuestro Sistema Universitario en el 2040! Con toda seguridad, dados los avances científicos y tecnológicos, es difícil aventurar la fisionomía de la universidad del futuro.


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Comentarios
  1. Miguel Ángel Sancho dice: 07/01/2025 a las 10:49

    Muchas gracias Carmen por tus reflexiones, ahora que comienza un nuevo año, sobre la educación universitaria online y el reto de medir su calidad, junto con el sentido y honestidad de los rankings.

  2. Patricia Sánchez dice: 19/01/2025 a las 18:15

    Muchas gracias Carmen por compartir las novedades y tendencias en el mundo de los rankings universitarios.
    Como bien señalas, siendo conscientes de que, aunque criticados, los rankings se han convertido en un elemento popularizado en nuestro entorno universitario, es fundamental comprender y dar a conocer sus limitaciones, especialmente por las dificultades de medir la calidad de la docencia, pero sobre todo por el modelo de negocio que les da su razón de ser.


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