La transformación digital de las universidades: ¿Utopía o realidad factible?

Digitalización vs transformación digital

En enero de 2020 Faraón Llorens (Universidad de Alicante), en su entrada a este blog planteaba si la transformación digital era otro término de moda o si realmente este concepto estaba penetrando en las discusiones públicas. De una forma muy ilustrativa, utilizando la herramienta del Google Trends nos mostraba como este término tenía un crecimiento exponencial, especialmente si se comparaba con el de digitalización. Advertía que muy probablemente no se trataba de una moda pasajera, pues en las búsquedas en inglés, su uso estaba en plena ebullición. Ahora bien, si se buscaba el término en español, predominaba el concepto de digitalización.

Casi dos años y medio después, y con la pandemia de la Covid-19 por el medio, resulta interesante repetir este ejercicio de nuevo y ver si ha habido algún cambio de tendencia. Los resultados hablan por sí solos. En una primera búsqueda a nivel mundial (Figura 1), al comparar los términos en inglés, “digital transformation” le gana la partida a “digitalization”, observándose un incremento sostenido en el tiempo del interés por ambos términos. En cambio, en las búsquedas realizadas en España (Figura 2), parece que ambos términos se utilizan indistintamente, si bien en promedio, se realizan algunas búsquedas más sobre transformación digital que digitalización.

Figura 1. Búsquedas en Google Trends de “digital transformation” y “digitalization” a nivel mundial. Periodo: 01/01/2020-10/10/2022.

 

 

Figura 2. Búsquedas en Google Trends de “digital transformation” y “digitalization” en España. Periodo: 01/01/2020-10/10/2022.

¿Qué  podemos deducir de estos resultados? 

Claramente estos gráficos ilustran bien la aparente confusión que observamos cuando hablamos digitalización o transformación digital en España, y reflejan bien las malinterpretaciones de estos términos en un contexto universitario. Ante la necesidad de clarificar ambos conceptos, en febrero de 2022 la Fundación CYD publicó una entrada en su blog en la que debatía sobre la diferencia entre digitalización, disrupción y transformación digital y la situación de la universidad española en esta materia.

Según la RAE, entendemos por digitalización el hecho de pasar información de un formato físico a uno de digital. En la mayoría de universidades, esto es lo que hicimos con la irrupción de la pandemia. De un día para otro dejábamos las aulas físicas para adentrarnos en un mundo virtual, con alumnos y profesores conectados desde sus casas para seguir ofreciendo formación y avanzar con nuestras investigaciones, aunque ahora, desde un entorno digital. Cambiamos pizarras por pantallas y aprendimos en un tiempo record a utilizar herramientas como el Google Meet, Microsoft Teams, Zoom, etc. para poder seguir conectados y mantener así a flote el sistema universitario. No hay duda que el esfuerzo que ha hecho el sistema (y cada una de las personas que lo componen) se podría calificar como de extraordinario.

Ahora bien, ¿es esto transformación digital? Claramente, la respuesta es que no.

La transformación digital implica cambios en los procesos internos de una institución para adaptarlos a las necesidades y realidades actuales, es decir, a los de un mundo de por sí digitalizado.

En el caso que nos ocupa, esto supone la implementación de procesos que actualicen las herramientas y los objetivos de la universidad contemporánea.

¿Qué es la transformación digital?

Una transformación digital de la universidad supone no solo repensar la educación en esta era digital, sino en definir cómo las universidades deben estar organizadas internamente para gestionar sus procesos hasta convertirse en instituciones tecnológicas. Para ello, es necesario definir una estrategia sobre el alcance de la tecnología en las distintas actividades que tienen lugar en el seno de una universidad: docencia, investigación, gestión, transferencia, etc.

En este sentido, son varias las universidades que en los últimos años han impulsado planes directores de transformación digital, con el objetivo de conseguir una “universidad moderna, innovadora y sostenible a través de la tecnología poniendo el foco en la mejora de la experiencia de usuario” tal y como proponen des de la Universidad de Jaén en su plan 2021-2023. Otro ejemplo lo encontramos en la propuesta de la Universidad de Murcia, cuyo plan debe ayudar a la institución a “alcanzar los objetivos definidos en la Estrategia Digital y, por tanto, a mejorar el nivel de competitividad institucional”.

¿Dónde estamos?

En noviembre de 2020 Javier Uceda en su post “La transformación digital de las universidades” ya nos hablaba de las nuevas demandes de la educación superior, en las que las tecnologías de la información (TI) tenían un papel crucial, y hacía un breve resumen de distintas iniciativas que se habían llevado a cabo. Dos años después, seguimos sin tener un modelo claro de hacia dónde tiene que ir la universidad en materia de transformación digital, lo que dificulta su implantación.

Quizás en el ámbito docente es donde hay un mayor avance como consecuencia de la pandemia, sin embargo, no estamos explotando las tecnologías de la información y comunicación en todo su potencial.

Los estudiantes universitarios son nativos digitales, por lo que demandan instituciones de educación superior con experiencia personalizada y adaptada a sus necesidades.

En otras palabras, los estudiantes buscan la personalización y la experiencia de usuario que ofrecen las grandes marcas de consumo a las que están acostumbrados. Una docencia blended o el uso más intensivo de herramientas digitales ha funcionado bien en periodo de pandemia, pero están lejos de satisfacer sus necesidades. De la misma manera, tampoco podemos volver a las aulas como si no hubieses pasado nada. El mundo ha cambiado, y la universidad debe adaptarse.

Retos de futuro

La gran pregunta es ¿cómo tiene que cambiar? ¿Cuál es el modelo al que aspira la universidad? ¿Cómo las TIC pueden ayudar? La pandemia ha servido para acelerar un cambio necesario, y fruto de ello es que muchas universidades han abierto debates con toda la comunidad universitaria para definir su hoja  de ruta. Un ejemplo lo encontramos en la Universitat Politècnica de Catalunya, que recientemente celebró un claustro extraordinario los días 4 y 7 de octubre para replantear su modelo docente.

En un entorno cada vez más competitivo y global, está claro que las universidades deben innovar si quieren sobrevivir. No solo los estudiantes sino toda la sociedad se ha transformado, y la universidad debe evolucionar en esta dirección.

Para ello, es necesario salir de la linealidad de las trasformaciones y optimizar las múltiples alternativas que nos ofrecen las tecnologías digitales, aplicándolas en los diferentes ámbitos en los que se desarrolla la enseñanza superior.

Por ejemplo, la inteligencia artificial (IA) no es un recurso digital más. Los procesos de automatización con la aplicación de la IA propician mejoras sustanciales, los cuales, a través de la recolección de datos y su interpretación, pueden facilitar la labor de los profesores, investigadores y alumnos. Otras tecnologías que están teniendo un gran impacto en el sector empresarial son el Internet de las cosas (IoT), la trazabilidad digital, la realidad virtual/aumentada o el blockchain. ¿Hay lugar para ellas en la gestión del día a día de las universidades?

Se necesita un cambio en la cultura organizativa

La historia nos confirma que a diferencia de otros sectores, las instituciones de educación superior han tenido una evolución tecnológica muy lenta. Sí que ha habido grandes disrupciones, como sería la aparición de los campus digitales, y más recientemente los MOOCs, pero su implantación no ha supuesto un cambio en la cultura organizativa. En el caso de los campus digitales podríamos decir que todas las universidades tienen ya sus propias plataformas online, algunas más sofisticadas que las otras, pero su uso queda muy limitado a ciertas funcionalidades. Por otro lado, en el caso de los MOOCs, aparecieron como un gran revulsivo, sin embargo, su impacto en la enseñanza ha sido mucho menor del esperado.

¿Qué implica la transformación digital de las universidades?

Para poder emprender una verdadera transformación digital, el primer paso es definir los objetivos que se quieren alcanzar. Esto requiere de una participación de todos los grupos de interés de la universidad (estudiantes, PAS, PDI, proveedores, empleadores, empresas colaboradoras, etc.), pues son muchos los procesos y actividades que tienen lugar en la universidad y es necesario considerarlos todos de manera holística.

Una vez definida la meta hay que evaluar la madurez digital actual y definir las capacidades que se necesitaran como institución, para posteriormente desarrollar estas habilidades. No es hasta que los objetivos estén claros y el personal esté capacitado que puede empezarse con las adaptaciones necesarias en las infraestructuras.

No hay que olvidar que la transformación digital significa cambiar, estamos haciendo que la universidad altere su manera de trabajar.

Como seres humanos que somos, tenemos cierta aversión al cambio y es normal encontrar cierto nivel de escepticismo sobre el impacto que tendrá esta transformación. Así pues, para que la transformación digital sea un éxito debe ser inclusiva e ir acompañada de un cambio en el liderazgo, basado en los principios de la transparencia, la comunicación, la participación, la formación y la innovación.

Una necesidad del presente

Avanzar hasta una transformación digital no solo pasa por disponer de una estrategia y un apoyo institucional, sino también implica dedicarle los suficientes recursos (financieros, humanos e infraestructuras) que permitan satisfacerla. Desde 2006, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) elabora el informe anual UNIVERSITIC, “Análisis de las TIC en las universidades españolas”, en el que se analiza la madurez digital de las universidades españolas. En su último informe, publicado en 2020, se apelaba a la necesidad de una mayor inversión. De las 63 universidades que respondieron a la encuesta, la inversión en TI representaba únicamente el 3% del presupuesto total de la universidad, porcentaje que sin duda debe elevarse para que la organización sea sostenible y competitiva. Esta falta de recursos puede suponer un freno al desarrollo de la transformación digital.

Desde la administración pública parece que se están impulsando algunas ayudas en esta dirección. Por ejemplo, el Ministerio de Universidades ha creado recientemente el denominado “índice de digitalización”. Las universidades, a través del Sistema Integrado de Información Universitaria, proporcionan información sobre distintos aspectos relativos a la digitalización de las universidades (aulas equipadas con sistema de videoconferencia, nivel de competencia digital, proyectos de desarrollo de TIC, etc.). A cambio, según se establece en el Real Decreto 641/2021, de 27 de julio, las universidades pueden acceder a subvenciones (vehiculadas a través de los fondos del Instrumento Europeo de Recuperación), para impulsar proyectos de modernización y digitalización de las universidades. Es un inicio que deberá completarse con instrumentos más precisos.

A modo de conclusión

Aunque todavía estamos muy lejos de lo que significa realmente implantar la digitalización, el primer paso ya está dado, y la tecnología para conseguirlo ya existe. La pandemia ha servido como catalizador para la adaptación digital. Es necesario dar un paso más.

Únicamente aquellas universidades que apuesten por una infraestructura digital sólida basada en la integración de datos y análisis procesables estarán a la vanguardia.

 

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Comentarios
  1. Carmen Perez-Esparrells dice: 18/10/2022 a las 13:00

    Mi más sincera enhorabuena, profesora Berbegal-Mirabent. Como siempre tan acertada en el diagnóstico de la universidad española.

  2. Raul Roque Orellano dice: 18/10/2022 a las 14:27

    Espero que esta verdad se entienda y se vea.

  3. Teresa M. dice: 18/10/2022 a las 17:15

    ¡Enhorabuena por la claridad en la definición y alcance de conceptos tan relevantes para la estrategia TIC de las instituciones de Educación Superior! Gracias por las pistas que aporta.

  4. Augusto Alberto Nichols dice: 19/10/2022 a las 20:21

    Prof.Berbegal, la felicito por escribir sobre el tema, ya que lo he hecho por igual en publicaciones como academia.com y researchgate.com, le invito a que chequee mi libro Transformación Digital, Panacea Empresarial del Siglo XXI, en donde aclaro las diferencias entre los terminos Digitalización y Transformación Digital, asi como analizo el proceso de TD de la Universidad Tecnologico de Monterrey en donde soy docente, Disponible en Amazon link: https://Amzn.to/2ErFCWZ saludos


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