Los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la formación universitaria
Es importante comenzar reconociendo dos cuestiones que -queramos o no- nos están condicionado cuando escribimos este texto. La primera es que cuando comenzamos a dar forma a este post, ni remotamente pensábamos que nos veríamos abocados a desarrollar la actividad docente en las condiciones que la pandemia sanitaria nos ha impuesto.
La segunda, que nuestro trabajo en la formación online tiene ya una trayectoria de unos cuantos años. Con todo, y es por lo que hacemos las aclaraciones anteriores, estamos seguros de que lo primero va a modificar profundamente radicalmente lo segundo. Pues, según todas las apreciaciones, el mañana será distinto.
Nuestra intención era la de reflexionar sobre el desarrollo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el contexto de una sociedad digital. Por todo lo anteriormente expuesto, es muy probable que lo que hoy apuntamos tenga que ser revisado y mejorado a corto plazo.
Entre otros muchos aspectos, la extensión del coronavirus ha puesto de manifiesto la complejidad de la gobernanza de las sociedades actuales. También la fragilidad de nuestra forma de vida, la importancia del bien común y, en definitiva, la conciencia de que todas las personas habitamos un solo mundo.
Los Riesgos Globales: informe del Foro Económico Mundial de 2020
Una mirada a ese único mundo la ofrece el Foro Económico Mundial (WEF) a través de su informe anual sobre los Riesgos Globales (RG) que afrontamos. El Informe de 2020 nos presenta (Figura 1) el listado de los 10 principales RG en función de su Probabilidad e Impacto. Tal y como puede apreciarse en dichos listados, las Pandemias/Enfermedades infecciosas no se encuentran entre las 10 más probables para este año. Si bien, caso de darse, podría tener un impacto que la coloca en décima posición del ranking correspondiente.
Aun pudiendo ser innecesario, queremos subrayar que dichos riesgos no son independientes y que se (retro)alimentan de manera compleja entre sí. El propio WEF pone de manifiesto este hecho de forma gráfica (Figura 2). A la vista de este gráfico podemos considerar este riesgo como periférico y, en ese contexto, de bajo peso (Probabilidad * Impacto).
Esto no siempre ha sido así. Podemos aprovechar el informe que estamos mencionando para observar cómo han evolucionado los RG a lo largo de los últimos años.
Evolución de los Riesgos Globales a lo largo de los últimos años
Las Figuras 3a y 3b nos ofrecen una visión de cómo ha ido cambiando la percepción del riesgo a nivel mundial, en sus dos dimensiones. La primera dimensión es la Probabilidad de que sucediese y la segunda del Impacto que podría alcanzar. Podemos observar que -si bien anteriormente aparecían- en la última década las Pandemias/Enfermedades infecciosas no se encuentran en ninguno de los dos “pódiums” mostrados.
Al mismo tiempo, es importante subrayar la creciente presencia en los últimos años -tanto en Probabilidad como en Impacto- de Riesgos Globales relacionados con temáticas ambientales. Si bien no son las únicas, afectan directamente a gran número de los ODS y, a buen seguro, están en la base del logro de todos ellos.
En resumen, algo improbable con un impacto estimado bajo ha puesto el mundo patas arriba. Mejor ni pensamos en qué puede suceder si se va plasmando un riesgo de alta-mediana probabilidad con un impacto también medio-alto.
O sí, pensemos en ello, y hablemos de qué podemos hacer para un futuro mejor.
La Cuarta Revolución Industrial y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
En esta situación tan atípica deberíamos empezar a pensar de manera colectiva cómo podemos modificar nuestros constructos sociales. Repensar cómo podemos reconfigurar nuestros problemas y buscar nuevas soluciones, a todos los niveles, desde el movimiento social. A pesar de que cada uno debemos estar encerrados en nuestras casas -diseñadas, en su mayoría, para pasar el rato y no para vivir- podemos conectarnos de otras maneras. Podemos idear nuevas formas de colaboración-cooperación, creando proyectos colectivos.
De forma muy genérica, podemos decir que dos grandes palancas mueven la sociedad actual, por una parte, la denominada Cuarta Revolución Industrial (CRI), y, por otra parte, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Figura 4).
La primera se caracteriza por la aparición de realidades híbridas con una creciente dilución de las fronteras entre lo físico, lo biológico, lo digital y lo virtual. Con un incremento claro de posibilidades y de riesgos en todos nuestros ámbitos vitales.
Por su parte, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por las Naciones Unidas en 2015, buscan asentar un modelo de desarrollo económico y social mundial que sea sostenible tanto para la vida humana como para los ecosistemas en su conjunto. Dichos ODS cuentan con antecedentes como el Informe Meadows (1972), el Informe Brundtland (1987), la Cumbre de Rio (1992), los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2000) o el Acuerdo de París (2015).
Relación entre la tecnología y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
La Cuarta Revolución Industrial está basada en la generalización de sistemas ciber-físicos y, en definitiva, en las tecnologías digitales presenta grandes potencialidades. A la par que hace temer riesgos que pueden ser mayores que las problemáticas que tratan de solucionar. Por ello, es de vital importancia no incurrir en los mismos modelos y patrones de las Revoluciones Industriales anteriores. Además, deberemos utilizar la tecnología para evitar las diferencias y segregaciones -geográficas, sociales, culturales…- que trajeron las mismas.
Para ello, el marco de referencia sobre el que trabajar debería ser el generado por Naciones Unidas en torno a los 17 ODS. En este contexto, podemos constatar que hay una notable relación entre tecnología y logro de los ODS (Figura 5).
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la universidad
Son muchas las universidades que ya vienen trabajando en esta perspectiva. Incluso existe un ranking de las mismas en función del desarrollo de los ODS que realizan. Sin embargo, el último Informe de los ODS pone de manifiesto que todavía se pueden realizar mejores y más coordinados esfuerzos para avanzar de manera efectiva en los mismos.
Volviendo la mirada a la Universidad, la SDSN Australia/Pacífico nos señala los ámbitos en que las universidades pueden desarrollar los ODS (Figura 6).
Todos ellos son importantes y se encuentran imprescindiblemente interrelacionados. Por ello, a veces conseguir un objetivo facilita la consecución de otro. Por ejemplo, el acceso a una educación de calidad puede aliviar o mitigar las desigualdades y la pobreza.
Con todo, en esta entrada queremos centrar el foco en el ámbito de la Educación. Se reconoce el alto valor de la Educación desde una doble vertiente: Por un parte como un objetivo específico (el Objetivo 4). Y por otra parte, como herramienta y medio para el logro -comprensión y aplicación- de prácticamente la totalidad de todos los ODS. Al mismo tiempo, uno de los atractivos de los ODS es que permiten construir un marco flexible, relacionando la investigación y la educación, dando como resultado una agenda de trabajo más amplia.
ODS 4: La educación
Tal como se ha señalado con anterioridad, desde la perspectiva universitaria se vienen desarrollando diferentes actividades y propuestas en este sentido. Ahora bien, dada su importancia, consideramos que podríamos dar algún paso más para extender el trabajo sobre los ODS en distintas titulaciones y formaciones universitarias. A este fin, cabe recordar que entre las Metas relacionadas con el Objetivo 4 se encuentran (junto con las que hacen referencia a los niveles educativos anteriores y al acceso igualitario y equitativo a todos los niveles) las siguientes:
4.4.- De aquí a 2030, aumentar considerablemente el número de jóvenes y adultos que tienen las competencias necesarias. En particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento.
4.7.- De aquí a 2030, asegurar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible. Entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.
Así pues, necesitamos desarrollar las competencias técnicas para la actuación en el mundo laboral, que vendrán en función del tipo de formación que estén desarrollando nuestros alumnos y alumnas. Además, necesitaremos desarrollar otras competencias de carácter transversal que desde la UNESCO se proponían:
Conectando las titulaciones a los ODS
Aunque algunas universidades son muy conscientes de esto, todavía hay un camino por recorrer para hacer conexiones entre las titulaciones y los distintos ODS. El desarrollo sistemático -y sistémico- de los ODS en las distintas titulaciones universitarias, requiere tomar decisiones diversas:
- Temáticas más pertinentes para la titulación/formación correspondiente. Relacionadas tanto con su proyección al mundo laboral como con su participación en el desarrollo de una sociedad sostenible. Algunos ejemplos de ello los podemos encontrar en la Guía de la UNESCO que venimos mencionando.
- Enfoques pedagógicos y metodologías. En coherencia con el modelo que deseamos de universidad, deberá estar centrado en el alumno y orientado a problemas y retos reales- Además, deberá basarse en el trabajo tanto individual como colaborativo, buscando el desarrollo de competencias técnicas y transversales.
Por ello, entendemos que deberíamos avanzar hacia un modelo nuevo. En él se deberá partir de un primer año común en los distintos grados universitarios. Este año tendrá que se desarrolle en base a distintos retos, proyectos o problemas que aborden diferentes temáticas orientadas al desarrollo de los ODS. Todo ello, teniendo como horizonte tanto el ámbito profesional seleccionado como la sociedad en que va a vivir el alumno.
Así, avanzaremos en la línea que nos señala la SDSN Australia/Pacífico (2017: 12) para el ámbito de “la Educación y el Aprendizaje”:
- Dotar al alumnado de conocimientos, habilidades y motivación para entender y abordar los ODS.
- Empoderar y movilizar a la juventud.
- Proporcionar amplia formación académica o vocacional para implementar soluciones de ODS.
- Crear más oportunidades para la creación de capacidades de estudiantes y profesionales de países en desarrollo para abordar los desafíos relacionados con los ODS.
Un cambio de paradigma
La definición de las actividades y la concienciación no conducirán por sí solas al pleno desarrollo potencial de las universidades para el desarrollo sostenible. Lo anterior, no será posible sin un cambio de paradigma educativo-cultural y una amplia formación (en la acción) de los docentes. Así, trabajando en equipo podrán abordar de forma interdisciplinar los distintos ámbitos de conocimiento requeridos para hacer frente a las problemáticas planteadas.
Además, no debemos perder de vista que en la sociedad digital que vamos configurando, la tecnología está cada vez más disponible. El trabajo conjunto sobre los ODS y el contexto tecnológico crece exponencialmente y podrá ayudarnos a «empoderar y motivar a los alumnos a volverse ciudadanos sostenibles y activos, capaces de pensar críticamente y de participar en la formación de un futuro sostenible» (UNESCO, 2017: 54).
Un nuevo modelo liderado por los Objetivos de Desarrollo Sostenible
La implementación de un modelo holístico liderado por los ODS es un reto para cualquier universidad. A medida que la comunidad universitaria se conciencien del potencial del desarrollo de los ODS, entonces podrán jugar un papel decisivo en la consecución de los mismos.
Estamos convencidos de que estamos listos para asumir las responsabilidades. Pero esto implica dar respuesta a preguntas complicadas. Tales como: ¿están los docentes preparados y dispuestos a ello?, ¿están las directivas universitarias preparadas y dispuestas a ello? ¿está el contexto socio-comunitario dispuesto a apoyar este tipo de enfoques?
De la respuesta a estas preguntas dependerán las soluciones y actuaciones que se propongan.
Muy interesante el artículo, sin duda los ODS nos marcarán la acción universitaria. En el siguiente enlace pueden encontrar información sobre cómo las universidades españolas están implementando la Agenda 2030:
http://transitando.org/universidad-y-agenda-2030/
El próximo 26 de mayo, la Red Española de Desarrollo Sostenible, antena española de SDSN, presentará un dossier a la segunda edición de la guía que mencionan en el artículo con casos de éxito de Educación y ODS en las universidades españolas, así como una guía sobre «Cómo evaluar los ODS en las universidades». Pueden inscribirse en el siguiente enlace:
http://reds-sdsn.es/jornadas-sdsn-las-universidades-agente-del-cambio
Un saludo.
[…] del Covid-19 ha supuesto un tremendo desafío para la docencia universitaria (ver estos posts aquí, aquí y […]
[…] presentes en los últimos años, sobre todo ante el impacto del paradigma urgente y central de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Aunque hay advertir que, en ocasiones, se pueden quedar en letra muerta, o vegetativa, […]