Universidades: sí, somos diferentes, pero… ¿cuánto afecta esto a nuestro desempeño investigador y en transferencia? (parte II)

Recordemos que en nuestro trabajo (ver informe completo, aquí) el desempeño se analiza atendiendo las 3 misiones que definen a las universidades en el SUE (docencia, investigación y transferencia), adoptando una perspectiva próxima a la que adoptan los responsables de la mejora del sistema (gestores y administración), asumiendo la universidad como unidad de análisis y utilizando datos objetivos para su medición. Los resultados se presentan en una escala normalizada en la que 100 equivale al valor máximo de los niveles de rendimiento alcanzados las universidades del SUE, y 0 se corresponde con el valor mínimo. Por otro lado, se ponía de manifiesto la idoneidad de utilizar grupos de universidades (en función de determinadas características) a la hora de analizar las comparaciones.  En la entrada de ayer (aquí), se trataba la cuestión del desempeño docente, mientras que en la de hoy, mostramos los datos en investigación y transferencia.

Desempeño investigador

El desempeño investigador ha sido también medido a partir de dos subdimensiones: el volumen de la producción investigadora (artículos citables y tesis doctorales leídas por cada 100 profesores doctores), y la calidad de la investigación (factores medios de impacto, porcentaje de artículos en revistas del primer cuartil y citar por documento). La figura 2 muestra los promedios de desempeño en estas dos subdimensiones del desempeño investigador. En este caso, las diferencias entre grupos estratégicos son tangibles, tanto en volumen como en calidad, dejando mayor evidencia de que las características y condiciones estructurales de las universidades tienen una clara influencia en la capacidad investigadora de las universidades.

Fuente: Aldás, Escribá, Iborra y Safón (2016). Nota: Las líneas muestran el promedio de desempeño del SUE

Nuestros datos indican que la pertenencia al grupo estratégico explica un 41% de la varianza del volumen de investigación, y un 59% de la calidad de la misma. Si bien en este caso la localización de las universidades no juega un papel tan determinante en los resultados, sí que se observa cierto efecto positivo de las características de algunos grupos, como la mayor dotación financiera por profesor con la que cuentan, una carga docente algo inferior, contextos socioeconómicos que ofrecen oportunidades de investigación, financiación y salidas profesionales, o la presión competitiva a la que se ven sometidas en cuanto a la atracción de recursos financieros y humanos.

Desempeño en transferencia

En el ámbito de la transferencia no existen indicadores publicados que sean suficientemente inclusivos y comprehensivos de la variedad de medios de transferencia existentes y utilizados por las universidades. Así pues, nuestra medida de desempeño se apoya en los datos más fiables y completos de los existentes en este ámbito, los cuales se refieren a la explotación de patentes y licencias derivadas de las actividades de innovación y el desarrollo tecnológico.

Fuente: Aldás, Escribá, Iborra y Safón (2016). Nota: Las líneas muestran el promedio de desempeño del SUE

En este ámbito, el desempeño de las universidades es mucho más dispar y variado, y los patrones de influencia de la pertenencia a unos u otros grupos es menos claro. El grupo con mejores desempeños es el de las universidades altamente especializadas (grupo 3), en tanto en cuanto concentra a las tres mayores universidades politécnicas del sistema. La alta especialización y la ubicación en áreas con una sólida estructura industrial facilitan estos procesos de transferencia tecnológica, especialmente si se produce en ramas del conocimiento de carácter más técnico. Las universidades a distancia y las privadas, las primeras por su dificultad para generar equipos sólidos y con una masa crítica suficiente, y las segundas por su mayor orientación a la misión docente, se sitúan en promedios de desempeño inferiores en esta área.

Conclusión

El estudio presentado en este post, junto con el de ayer (aquí), y sumado al de mi compañero Joaquín Aldás (aquí), muestra que la heterogeneidad del sistema puede ser tomada en consideración a través del análisis de grupos estratégicos, y que la pertenencia a dichos grupos explica una parte considerable de la varianza explicada del desempeño de las universidades (entre el 40 %y el 50%) en la mayor parte de las variables consideradas. Estos resultados apuntan que las evaluaciones del desempeño de las universidades deben ser realizadas con precaución, pues no todas las universidades cuentan con las mismas condiciones de partida. Los grupos estratégicos permiten entender mejor estas realidades y diseñar acciones de mejora más eficaces o realizar evaluaciones más equitativas.

Aunque el espacio de este post no permite profundizar más, en la monografía de la Fundación BBVA y el Ivie es posible analizar también la heterogeneidad existente dentro de cada grupo estratégico, que indica que las universidades pueden activar palancas para lograr mejores niveles de desempeño en diferentes ámbitos, a partir de condiciones de partida similares. Asimismo, esta heterogeneidad interna permite identificar, en la mayor parte de los grupos estratégicos, casos de universidades con muy buenos niveles de desempeño que pueden servir de referencia próxima para realizar ejercicios de benchmarking más realistas. Actualmente, en el Ivie estamos trabajando precisamente en la identificación de algunas prácticas de gestión propias de las universidades con mejores desempeños, para facilitar estos procesos de benchmarking.

Consideramos que este análisis de grupos estratégicos abre la puerta a una nueva perspectiva en los procesos de evaluación del sistema, y en las políticas orientadas a la mejora del sistema, aportando una visión más equitativa, así como referentes de universidades que pueden expandir la frontera eficiente del sistema, así como referentes próximos para la mejora de las universidades más alejadas de dicha frontera.

Referencias

Aldás, J, Escribá, A., Iborra, M. Y Safón, V. (2016). La universidad española. Grupos estratégicos y desempeño. Bilbao: Fundación BBVA

Suscríbete al blog por correo electrónico

Suscripción conforme al RGPD 2016/679.

 

Comentarios
  1. Francisco Miguel Martínez Verdú dice: 24/01/2017 a las 19:30

    Muchas gracias por esta serie. Muy interesante. Mi pregunta es: ¿qué puede hacer a nivel estratégico, y a medio o largo plazo, una Universidad para cambiar a mejor de grupo estratégico? ¿Es posible a partir de los RRH y líderes disponibles a fecha de hoy? ¿O qué plan seguir para esa formación de PAS y PDI capaces de liderar ese cambio progresivo, o en algunos casos disruptivos, de grupo estratégico universitario? ¿El estado español, o la UE, lo podría facilitar?

    En definitiva: si deseo cambiar a mejor, ¿cómo puedo trazar el camino exitoso para ello? Las personas lo hacen continuamente, ¿y organizaciones como la Universidad española? ¿Y a nivel mundial, hay ya iniciativas de coaching y liderazgo organizacional?


¿Y tú qué opinas?