Innovación docente: queda camino por recorrer (I)

Las mutaciones en el entorno han sido más rápidas que las reformas educativas

En las universidades españolas, al igual que en las de otros países europeos, llevamos por lo menos 15 años renovando currículos y métodos para ajustarlos al cambio de paradigma que plantea el nuevo enfoque centrado en los “aprendizajes” (Learning Outcomes), es decir, en las competencias, habilidades y destrezas que deben adquirir los estudiantes. Los cambios han consistido, entre otros, en rediseñar currículos, fomentar la tutoría y enfatizar métodos de aprendizaje no basados exclusivamente en las clases magistrales tradicionales.

Es cierto que se han logrado mejoras importantes en varias áreas, por ejemplo, en adoptar un enfoque parcial del aprendizaje por competencias, en analizar la empleabilidad de los estudiantes, en las tasas de éxito o en la internacionalización de la Educación Superior.

Pero, aun queda mucho por hacer: corregir algunos errores en el manejo del concepto de competencias y de resultados de aprendizaje (Learning Outcomes), serias carencias en la evaluación de su adquisición, la necesidad de reducir más el abandono, las actitudes negativas, las salidas sin cualificación y las desigualdades en acceso y éxito.

Esta etapa de cambio está llegando ya a su fin: se percibe un cierto cansancio en el profesorado, se produce una fragmentación y un formalismo en las reformas basadas en nuevas regulaciones y perviven todavía teorías educativas tradicionales (conductismo, cognitivismo), que miran el proceso de aprendizaje como  una ‘caja negra’. A ello cabría añadir que las múltiples demandas burocráticas y la falta de políticas claras y definidas por parte de la Administración constituyen un obstáculo adicional para la puesta en marcha de los necesarios procesos de innovación.

No obstante, si queda tanto por hacer, es principalmente porque las mutaciones en el entorno se han acelerado, siendo más rápidas y profundas que las reformas aplicadas en los últimos 15 años.

Ámbitos de transformación

Estas mutaciones se pueden observar en ámbitos muy distinto: en la esfera económica, por la entrada en la era post-industrial marcada por la innovación generalizada, la globalización y por la ‘crisis’ financiera en la banca y en los presupuestos públicos; en la esfera social, que refleja cambios profundos y duraderos en las estructuras familiares y laborales; en el ámbito tecnológico, con la revolución digital, cuyo impacto en los individuos, las familias, la educación, el mundo laboral y la sociedad todavía está por estudiar, aunque se reconoce y se acepta en las universidades clásicas su auge, su ubicuidad, sus amenazas y oportunidades (Véase An avalanche is coming, de Michael Barber y otros, 2013); y, por último, en el perfil, las actitudes y las expectativas de los que aprenden, los estudiantes: además de ser más numerosos, mucho más diversos y a menudo menos preparados para estudios superiores tradicionales, adoptan nuevas actitudes y tienen nuevas expectativas, más personales o individualistas, enfocadas hacia lo útil y lo inmediato.

Todo esto implica cambios no solo en las modalidades y procesos de la Educación Superior, sino también en sus finalidades, funciones y objetivos, como lo reconocen las nuevas teorías educativas que han emergido en los últimos años.

Nuevas teorías educativas emergentes

El reconocimiento del papel crucial de los procesos de aprendizaje completa las teorías educativas tradicionales más orientadas a la enseñanza y, en buena parte, estas últimas se ven sustituidas por otras basadas en en el interfaz enseñanza/aprendizaje, en las aportaciones de las TIC y en los resultados efectivos (no en los objetivos, los procesos o el lugar donde se aprende). Entre estas, señalaremos las características principales de dos de ellas, Learning Sciences Aprendizaje 2.0. :

Ciencias del Aprendizaje (Learning Sciences)

  • La clave de la eficacia didáctica reside en la creación de “ecosistemas” de aprendizaje
  • El trabajo en grupos colaborativos de creatividad y aprendizaje es esencial
  • Un principio básico es aprender de la experiencia (Learning by doing)
  • El proceso de aprendizaje es continuo y funciona mejor si se diluyen las fronteras entre los modos y los tiempos de aprendizaje

Conectivismo, Aprendizaje 2.0 (y posteriores)

  • Es fundamental construir redes para generar, co-construir y utilizar el conocimiento de manera compartida utilizando las TIC
  • Los desempeños laborales son muy cambiantes y, por ello, lo más importante es aprender dónde y cuándo encontrar el conocimiento porque el aprendizaje es un proceso que se extiende a lo largo de toda la vida (Lifelong Learning, LLL)
  • Es preciso aprender a diferenciar la información realmente importante y relevante.

Las demandas de re-orientación didáctica se han generalizado

Tres organizaciones internacionales llevan tiempo empujando cambios didácticos en la Educación Superior, atendiendo a demandas recientes. La OCDE propone,  desde hace más de 6 años, la creación de ecosistemas enfocados en el nodo enseñanza-aprendizaje, el desarrollo de las competencias que requieren nuevos puestos de trabajo y un uso inteligente y eficaz de TICs y redes sociales. Por su parte,  la Comisión Europea, en el marco de su estrategia “Horizonte 2020” enfatiza la necesidad de atender al desarrollo de competencias técnicas y transversales, apoyar  las profesiones docentes, elevar los niveles educativos y formativos, y fomentar el emprendimiento, las TICs y el plurilingüismo.  El Banco Mundial demandó en 2011 una reorientación de la educación en nuevas direcciones basadas en los principios de aprendizaje para todos (favoreciendo a los grupos más vulnerables),aprendizajes efectivos para la vida y la inserción laboral e invertir temprano con inteligencia y eficiencia.

A estas voces se unen otras, como por ejemplo las agencias no-gubernamentales e instituciones de las empresas como el Innovation Unit que, hace varios años, anunció la necesidad de preparar a los estudiantes para futuros puestos de trabajo, «empoderar» a los estudiantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje, invertir en innovación, aprovechar la experiencia digital de los estudiantes y fomentar la interacción entre estudiantes y docentes.

En España,  la Fundación Telefónica publicó en 2013 un análisis del impacto de las TIC en las universidades, señalando la importancia de varios factores:

  • El aprendizaje funciona mejor si es interactivo, práctico, útil, a través de las TIC.
  • La tecnología es una herramienta que permite desarrollar más la pedagogía (véase también OCDE, Paris, 2010: Inspired by Technology, Driven by Pedagogy. A Systemic Approach to Technology-Based School Innovations)
  • Los docentes son actores claves del cambio y de la mejora, siempre que desarrollen la “educación emocional” y fomenten en los alumnos la capacidad de adaptarse a una sociedad versátil que exige aprender a aprender, a emprender y a «desaprender».

A partir de las transformaciones sociales y las demandas en pro de un replanteamiento de la educación universitaria, se pueden identificar algunas tendencias de futuro que afectarán a España como al resto del mundo. Estas tendencias se analizarán en la segunda parte de este documento.

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Comentarios
  1. Rafael López-Meseguer dice: 18/11/2016 a las 12:18

    Gracias por tan valioso análisis. Querría aportar mi granito. Evidentemente, los modos de aprendizaje están cambiando y la globalización y la digitalización parecen ser su causa inmediata. Comparto la tesis de que hay que apostar por el fomento de estas nuevas teorías emergentes -y decididamente-, pero cuidado. Tengo la percepción de que al tiempo que introducimos palabros como «innovación» creación», «renovación», «emprendimiento» en la realidad educativa, podemos caer en la tentación de desatender el hecho de que la educación «en sí misma» constituye el valor más importante. No mandemos el mensaje, a mi entender, sumamente erróneo, de que lo que aprendemos nos vale para un año y, más nefasto, que dejemos de estudiar cosas (humanidades) porque no nos reportan utilidad. No quiero, decir, por supuesto, que aquí se sugiera algo parecido, pero es algo con lo que me encuentro cada vez más. Gracias.

  2. gerardo rodriguez nuñez dice: 23/11/2016 a las 04:00

    Es sumamente importante no olvidar la relación del docente con el estudiante. El buen uso de la tecnología es fundamental si creamos un ambiente humano y cálido con el estudiante. Debemos estar convencidos que uniremos la tecnología con la interacción emotiva .

  3. Eugenio Astigarraga dice: 23/11/2016 a las 14:18

    Gracias por vuestros comentarios. Evidentemente, como señala Rafael, no estamos proponiendo el «usar y tirar» de la educación, sino el repensar la misma. En estos tiempos en los que hay gran volatilidad del conocimiento (al mismo tiempo que gran accesibilidad), va asentándose la idea de que unas bases amplias pueden amalgamar los conocimientos actuales y permitir la construcción de otros nuevos. ¿De dónde surgen esas «bases amplias»? Pensamos que ahí participan tanto las humanidades como los principios básicos de la profesión (grado) correspondiente, a los que uniríamos algunas Competencias Transversales como Visión global, trabajar con los demás, Comunicación…

    En relación con lo que señala Gerardo, en una entrada posterior, se hace referencia al cambio de roles de docentes y estudiantes. Esta relación, que se ve ampliada -tanto desde la perspectiva del socioconstructivismo como del conectivismo- con la participación de -y en- la sociedad, será cada vez más horizontal, más interactiva, y como bien indicas «emotiva». En este sentido, nos parecen importantes los 7 principios del aprendizaje que se recogen en el estudio Innovative Learning Environments de la OCDE (http://www.oecd.org/edu/ceri/innovativelearningenvironmentspublication.htm).

    Un cordial saludo.


¿Y tú qué opinas?