Misión de la universidad, un tema «nuestro»
Sí, misión, en singular. Ni ha leído mal ni me he equivocado al escribir el título. Ni dos, ni tres son las misiones de la Universidad. Ni mucho menos cuatro, como se empieza ya a decir. Si seguimos así vamos a tener que crear un grado universitario para estudiarlas todas. Senén Barro.
Quizás las dos ideas más originales de Guardini sean su advertencia sobre el peligro que entrañan los avances de la ciencia, y también su énfasis en la responsabilidad personal de cada integrante de la comunidad universitaria. Irene Lanzas.
S.B. La única misión de la Universidad es la mejora permanente de la sociedad a través del conocimiento
A partir de aquí podemos explicar cada palabra y su alcance, detallar los fines y hablar de los medios, acotar o ampliar “la misión” y, al hacerlo, hablar de universidades con perfiles distintos –universidades adjetivadas como investigadoras, emprendedoras, innovadoras…- y de otros organismos no universitarios que atienden parcialmente la misión universitaria, como los organismos públicos de investigación.
La misión de la Universidad, bien es cierto, descansa fundamentalmente en dos responsabilidades medulares: docencia e investigación. Una universidad, si usamos con rigor el término, tiene que casar ambas como responsabilidades inseparables e indisolubles. De no ser así estaríamos hablando de otro tipo de organizaciones, aunque se dediquen a la Educación Superior.
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La Universidad ha de hacerse emprendedora desde la docencia y la investigación y no por mera agregación de nuevas tareas a acometer sino por repasar y repensar aquellas.
¿Cómo? Pues, por ejemplo, educando para querer saber y querer hacer, no solo para saber y saber hacer. Tampoco son nuevas misiones la cooperación para el desarrollo, la creación y difusión de la cultura o la formación durante toda la vida profesional, sino una extensión lógica de la misión universitaria. Son, en definitiva, formas diversas de mejorar la sociedad a través del conocimiento.
I.L. La universidad en su relación con la verdad: la visión de Guardini
Para Guardini, el principal cometido de la universidad es la búsqueda de la verdad, una verdad cuya existencia defiende en sí misma, sin supeditarla a otros criterios.
Considera que, si la verdad se identificase, por el contrario, con la utilidad, quien decidiría qué es lo útil y definiría la verdad, en última instancia, sería quien ostentara el poder. Y esta es una concepción muy peligrosa, que se expandió durante los doce años de gobierno del nazismo en Alemania, llevando a la construcción de un régimen político basado en la destrucción del ser humano.
La verdad es superior a la propia vida, es estable y luminosa, es aquello de lo que depende que la vida sea real, correcta, bella y creadoramente viva. La universidad existe para descubrir la verdad, y, cuando olvida esta tarea, se convierte en una mera escuela profesional, perdiendo su sentido espiritual. Por ello, si la verdad está por encima del hombre, “en la grandeza de su valía absoluta, y él entra en contacto con ella, entonces se traba aquella relación que salvaguarda a la persona en su libre dignidad” (p. 19, Tres escritos sobre la Universidad, EUNSA, 2019).
S.B. El riesgo de los compartimentos estancos
Pienso que el ir incorporando al discurso académico y público supuestas nuevas misiones de la Universidad, tiene una importancia que va mucho más allá de lo anecdótico o lo estético.
En concreto, puede llevarnos a compartimentar las responsabilidades que atiende la Academia e ir construyendo universidades por agregación de estructuras y funciones en lugar de tener una visión y un diseño de conjunto. Aunque no se haga conscientemente ni sea la causa directa de utilizar una nomenclatura u otra, por supuesto, lo cierto es que a veces las palabras que utilizamos para referirnos a las organizaciones humanas pueden servir para evidenciar o para ocultar sus virtudes o sus defectos, según el caso.
Así, con frecuencia nos distraemos y consolamos pensando que vamos agregando misiones a la Universidad en lugar de extender su única misión.
De este modo, no somos plenamente conscientes de que podemos estar creando oficinas de transferencia de resultados de investigación, de internacionalización, de cooperación al desarrollo, de empleo y emprendimiento o incubadoras que operan con una visión muy acotada y escasamente influidas e influyentes por y en el conjunto de la universidad. Por ejemplo: oficinas de transferencia de resultados de investigación que solo atienden y buscan al “cliente” interno –investigadores- pero no al externo –empresas o administraciones públicas, por ejemplo-; universidades que creen que internacionalizarse es crear o expandir un servicio de relaciones internacionales y no internacionalizar todos sus servicios, centros y a su comunidad universitaria y actividad; universidades que se digitalizan con esfuerzo pero que nunca serán universidades digitales; universidades que quieren comprometerse con la cooperación al desarrollo y crean una unidad que atiende solo desde el voluntarismo y no desde el conocimiento.
I.L. La misión, ¿tema de ayer o de hoy?
La visión de la universidad de Guardini es fruto de su fe y de su tiempo, pero también arroja cuestiones que resultan de gran actualidad.
Una de las más obvias es su reclamo a que la universidad se mantenga independiente de las presiones del poder, centrándose en su principal función, la búsqueda de la verdad, y renunciando a la búsqueda de otros fines, como la utilidad o la influencia política. Por otro lado, la universidad de Guardini salvaguarda la enseñanza de disciplinas que, si primara el criterio de la utilidad técnica, probablemente desaparecerían, como las humanidades.
No obstante, quizás las dos ideas más originales de Guardini sean su advertencia sobre el peligro que entrañan los avances de la ciencia, y también su énfasis en la responsabilidad personal de cada integrante de la comunidad universitaria. La cautela sobre un progreso científico irreflexivo hoy en día está más generalizada, debido a preocupaciones como el clima o el medioambiente. Sin embargo, el reclamo a la responsabilidad individual de cada docente y estudiante es esencial, ya que, si bien la universidad se enfrenta a una serie de desafíos sistémicos de difícil solución, está en manos de la comunidad universitaria asumir la responsabilidad de luchar por la calidad de la enseñanza, que, en su mayor parte, se juega en las aulas.
S. B. Una Universidad
Pensar en que la misión de la Universidad es una, supone que todo lo que las universidades hagan ha de ser en beneficio de la misma y no parcelando sus actividades en función de que se asocien a esta o aquella responsabilidad, con el correspondiente riesgo, real, de que acaben siendo compartimentos estanco, o casi.
Pensar en que la misión de la Universidad es una, supone que todo lo nuevo que se vaya asumiendo ha de hacerse repasando y repensando el conjunto de la universidad y no agregando simplemente nuevas unidades u oficinas.
I.L. El conocimiento como un todo
Observamos en Guardini una especial preocupación por la relación entre el saber científico y su aplicación técnica, o el uso de los avances científicos para fines bélicos. Reclama a académicos y estudiantes una responsabilidad todavía mayor, que define como la amenaza de la cultura hacia quien la crea: “solo un soñador o un propagandista puede decir todavía que el acontecer histórico es sin más un avance hacia lo mejor” (p. 53). Dicho de otra forma, el avance de los conocimientos técnicos y el impacto del hombre sobre la existencia no garantizan que vayan a ser moralmente adecuados o beneficiosos.
Guardini pide a la comunidad universitaria que mantenga la preocupación por el conocimiento como un todo, y que asuma la responsabilidad de dejar de avanzar en procesos que puedan ser dañinos para el ser humano y el mundo.
Lee estos posts originales de Senén Barro e Irene Lanzas en universídad.
No hay que olvidar el gran, pero a la vez olvidado, texto de Ortega y Gasset «La misión de la Universidad
Opino que, la misión de una universidad, aparte de encontrar la verdad, es generar, difundir y compartir conocimientos atreves de la docencia e investigación, con profesionales, hábilmente formados, que sean capaces de abordar desafíos y contribuir al desarrollo de la sociedad.
[…] es formar personas libres. La evolución actual de las universidades parecen estar preteriendo su misión, tanto por la excesiva especialización en materias técnicas y muy concretas, ya que así lo […]