Hacia una cultura analítica en la universidad

Continúo con la reflexión iniciada en una entrada previa de este blog que ponía el foco en la necesidad del desarrollo de sistemas de información robustos en las universidades que generen conocimiento de calidad que ayude a los equipos de gobierno en la toma de decisiones, la planificación estratégica y la rendición de cuentas, y a las direcciones técnicas a orientar y gestionar los servicios prestados desde las universidades. El enfoque planteado propone que reforzando la cultura analítica en las universidades contribuimos a mejorar su gobernanza y su gestión. 

Avances en la analítica de datos en la universidad

A estas alturas ya sabemos que tener muchos datos no aporta demasiado si no somos capaces de extraer información y conocimiento a partir de ellos. Es imprescindible disponer de información relevante, segura y actualizada sobre el desempeño de la institución, sus resultados y su estructura para realizar diagnósticos precisos y establecer políticas y objetivos institucionales realistas cuyo cumplimiento, a lo largo del tiempo, pueda ser evaluado. Todo ello debería ser uno de los pilares de una gobernanza y de una gestión universitarias que cumpla con los estándares de calidad, sostenibilidad y transparencia exigibles.

Además, constituye la base de la rendición de cuentas a la sociedad por parte de las universidades, aspecto que en estos tiempos de polarización y de pérdida de confianza en las instituciones cobra una relevancia estratégica, siendo más importante que nunca reforzar la reputación de nuestras instituciones y comunicar a la sociedad la importancia social de sus misiones. Tener éxito en esta tarea, va a tener impacto en la capacidad de las universidades, tanto públicas como privadas, para lograr ser sostenibles.   

En los últimos años, hemos vistos avances significativos en esta línea con el desarrollo de diferentes proyectos institucionales orientados a la analítica de datos en universidades, impulsados en cierta medida por disponibilidad de fondos europeos (los fondos Next Generation EU), y en especial, gracias al Plan UniDigital, desarrollado por el Ministerio de Universidades con el objetivo de lograr la digitalización del sistema universitario. 

Iniciativas colaborativas y datos abiertos

Algunas de estas iniciativas, centradas en el desarrollo de plataformas analíticas, se ha llevado a cabo por varias universidades de manera colaborativa generando conocimiento y buenas prácticas que se han difundido de manera abierta. 

También me gustaría mencionar el desarrollo de iniciativas de calado en el ámbito de los datos abiertos universitarios, principalmente por parte de universidades públicas, con el objetivo de facilitar su uso, explotación y puesta en valor por parte tanto de los publicadores (las universidades) como de los consumidores (el sector informediario y la sociedad en general). Un ejemplo de ello es el portal de datos abiertos UniversiDATA. 

El informe UNIVERSITC 2022: avances en la madurez digital de las universidades

Este avance se ha visto reflejado en la última edición del informe UNIVERSITiC 2022, que recoge un análisis de la evolución de la madurez digital de las universidades españolas.  El estudio propone medir la madurez digital utilizando un conjunto de buenas prácticas relacionadas con la gestión, la innovación y el gobierno de las universidades, orientadas a la consecución de siete retos para avanzar en la transformación digital de estas instituciones. El sexto de los retos propuestos, “Disponer de conocimiento e información precisa para la toma de decisiones”, centrado en la mejora de la capacidad analítica de las universidades, presenta un avance significativo, habiéndose incrementado la ratio de buenas prácticas en la edición de 2022 respecto a la edición de 2020 en un 19%.

El informe concluye que las universidades disponen de un conocimiento institucional más completo que está sirviendo para impulsar la toma de decisiones estratégicas y orientar la gestión de los servicios. Esta conclusión se evidencia aportando diferentes datos:

El 85% de las universidades (13% más que en 2020) ya han designado a responsables de obtener inteligencia de negocio; el 57% dispone de un datawarehouse en explotación; el 40% (33% más que en 2020) de un cuadro de mando estratégico alimentado automáticamente por él, y una de cada tres universidades (un 75% más) utiliza inteligencia de negocio proactiva y técnicas analíticas predictivas avanzadas. 

Retos y desafíos para la cultura analítica de la universidad

Todo ello, son buenas noticias y parece indicar que se está avanzando en la dirección correcta. No obstante, el contexto en el que nos encontramos, cuyas claves señalo a continuación, hace que sea importante continuar dedicando esfuerzo institucional a consolidar estos avances y a desarrollar nuevas iniciativas que mejoren la cultura y la capacidad analítica de las universidades.  

Financiación de las universidades públicas 

En los últimos meses hemos visto cómo el problema de financiación que vienen arrastrando las universidades públicas tras la crisis del 2008 ha llegado a un punto de inflexión. Hemos presenciado una importante reacción de las universidades públicas que ha dado lugar a la publicación de comunicados por parte de sus rectorados alarmando sobre la situación insostenible de déficit estructural tras 15 años de infrafinaciamiento y advirtiendo de la posibilidad de que la prestación de un servicio público de educación superior de calidad se vea comprometida. 

Las últimas ediciones de los informes referentes del Sistema Universitario Español como son; el informe La Universidad Española en Cifras, elaborado por la CRUE; el informe Datos y Cifras del Sistema Universitario Español, publicado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades; y el Informe CYD 2024 de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, coinciden con este diagnóstico, y constatan que la inversión de España en educación superior está por debajo de nuestros referentes internacionales, OCDE y UE, siendo este problema de infrafinanciación más acusado en unas comunidades autónomas que en otras. 

Parece, por tanto, imprescindible un esfuerzo adicional, no solo para recuperar el terreno perdido, sino también para alcanzar niveles comparables a los estándares internacionales. La LOSU pone el foco en esta insuficiencia en la financiación al establecer el objetivo de alcanzar un marco presupuestario suficiente y estable a medio plazo para llegar a un mínimo de financiación pública del 1% del PIB en 2030. 

Los objetivos estratégicos deben ir en favor de la calidad

Si bien se constata que es fundamental aumentar la inversión en educación superior, es necesario que esta inversión se oriente hacia objetivos estratégicos que impulsen la calidad, la eficiencia y la relevancia de las universidades y del sistema universitario en su conjunto.

Esto va a requerir la elaboración de diagnósticos precisos y el establecimiento de prioridades estratégicas que deberán plasmarse en planes realistas. Para ello, va a ser necesario que nuestras instituciones cuenten con la capacidad analítica necesaria para abordar esta tarea de manera solvente, especialmente si se van a implementar, tal y como se está proponiendo con el objetivo de asegurar la sostenibilidad de universidades públicas, mecanismos de financiación plurianual con una parte de financiación ligada a objetivos. 

Invierno demográfico universitario 

En relación con la oferta educativa universitaria, los informes arriba citados son concluyentes. Esta sigue creciendo año a año, tanto en programas como en actores, con una fuerte expansión de la oferta realizada por universidades privadas, especialmente significativa en las titulaciones de máster. 

Sin embargo, esta tendencia de crecimiento parece que puede romperse si se cumplen los pronósticos sobre el denominado “invierno demográfico universitario”,  ya comentado en una reciente entrada de este blog, cuyo inicio algunas previsiones sitúan en 2027. 

Este cambio de escenario podría empujar a las universidades a tener que revisar y afinar sus ofertas para tratar de atraer estudiantes, cada vez más escasos, con el fin de poder asegurar su sostenibilidad. Esta tarea va a requerir que las instituciones cuenten con la capacidad analítica necesaria para entender los cambios de contexto y poder tomar decisiones con agilidad. 

Inteligencia artificial 

Por último, mencionar el tercer elemento clave del contexto actual, la irrupción masiva de la inteligencia artificial. Sin entrar en detalle sobre este tema, ampliamente tratado tanto en este blog como en numerosos foros, considero importante señalar que para abordar iniciativas de impacto en las universidades basadas en IA es imprescindible que previamente existan datos de calidad. Por tanto, el camino iniciado por las universidades que han puesto en marcha actuaciones orientadas a mejorar sus datos, ordenarlos y a implementar plataformas analíticas, son un excelente punto de partida para el desarrollo de iniciativas de IA.  

Conclusión 

Para concluir, recordar los elementos necesarios para promover y mejorar la cultura y la capacidad analítica en las universidades: impulso del equipo de gobierno e incorporación explícita en la estrategia institucional, integración en el modelo organizativo con entidad y recursos propios, el equipo humano es clave y requiere perfiles expertos y, por último, es necesario desarrollar un modelo de indicadores clave que dé respuesta a las principales preguntas que los órganos de gobierno y gestión deben plantearse en los distintos ámbitos. 

Es necesario seguir trabajando para mejorar la cultura analítica en las universidades. Conocernos mejor, ayuda a planificar, a tomar mejores decisiones, a rendir cuentas y puede contribuir de manera significativa a asegurar la sostenibilidad de las instituciones en los próximos años. 

 

 

Comentarios
  1. Juan A. Marin-Garcia dice: 18/02/2025 a las 10:47

    Mi sensación es que cuando hablamos de » inteligencia de negocio» en la universidad publica a todo el mundo le entra urticaria y hay que buscar eufemismos para transmitir que lo que queremos es conocer mejor las necesidades para poder prestar un mejor servicio. Entonces te tachan de neoliberal (en el mejor de los casos) o de intentar vender datos personales o paranoias por el estilo. Tenia la sensación de que habíamos abdicado de la «explotación» del dato y solo nos centrábamos en la «custodia» del dato en las universidades públicas. Me alegra ver que, al menos, hay otra persona que piensa como nosotros.

  2. Carmen Perez-Esparrells dice: 18/02/2025 a las 22:43

    Ojalá cale de verdad en la universidad española la ansiada cultura análitica «para elaborar diagnósticos precisos y el establecimiento de prioridades estratégicas» como señala acertadamente la autora. Nos permitirá cambiar de rumbo con más acierto ante los inminentes retos que tenemos todos en mente.


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