La pregunta equivocada sobre el uso de ChatGPT en la educación*

Esta semana dedicaremos dos entradas al uso de ChatGPT, particularmente a su aplicación en la educación. El post de hoy lo firma Senén Barro Ameneiro, director del CiTIUS-Centro de Investigación en Tecnologías Inteligentes de la Universidad de Santiago de Compostela. El siguiente, que publicaremos en dos partes el jueves 20 y el viernes 21, muestra cuánta complejidad encierra el chatbot de inteligencia artificial a partir de un par de conversaciones mantenidas con esta herramienta por Mariano Fernández Enguita, catedrático de sociología de la Universidad Complutense de Madrid. 

Las dos caras de la moneda

Estuve recientemente en la Universidad de La Laguna, en Tenerife, en unas jornadas de innovación educativa. El tema era el uso de la inteligencia artificial en la educación, y en ellas pude comprobar el creciente interés por la IA que hay en este ámbito.

ChatGPT acaparó buena parte de las preguntas durante los conversatorios, nombre que le dan en Colombia y Perú a las mesas redondas. Conservatorios que acertadamente se situaron en los dos días que duró este encuentro. Es más, fueron realmente sesiones de debate y no sucesiones de monólogos, como cada vez es más común cuando asistimos a mesas redondas, al menos en nuestro país.

Sobre su éxito

ChatGPT es lo más sorprendente que hemos visto en años. Nos impresiona incluso a quienes nos dedicamos a concebir y diseñar inteligencias artificiales. Sin duda va a impactar con fuerza, y en el corto plazo incluso, en el trabajo, la educación, la salud y hasta en el ocio. Es más, ya lo está haciendo, y no estamos más que al comienzo. Nunca antes ningún servicio o aplicación había alcanzado los 100 millones de usuarios en un par de meses. De hecho, TikTok, la red social de crecimiento más rápido de la historia, necesitó 9 meses para ello, algo que dábamos por difícilmente superable. 

Nunca antes ningún servicio o aplicación había alcanzado los 100 millones de usuarios en un par de meses.

Sobre sus riesgos

En las preguntas y comentarios de los asistentes durante este evento, fue recurrente la preocupación por el uso fraudulento de ChatGPT por los estudiantes. No son meras sospechas. Muchos estudiantes lo están usando para elaborar parte de sus trabajos, haciéndolo en un periquete y, en general, con resultados mejores que si los hiciesen ellos. Incluso pueden usarla, y muchos ya lo hacen, según parece, para realizar los exámenes en línea.

Este tema preocupa mucho a los docentes y también a la gente en general. De hecho, varios periodistas me han preguntado sobre cómo evitar que los estudiantes usen ChatGPT para copiar (no es realmente copiar lo que hacen, pero nos entendemos). También están preocupados, y mucho, los responsables de las instituciones y las políticas educativas. Tanto es así, que en otros países ya son un buen número las universidades y otros centros de educación que lo han prohibido. 

La pregunta correcta 

Mi opinión, sin embargo, es que nos hacemos una pregunta equivocada. La pregunta no ha de ser cómo evitar que nuestros alumnos nos engañen usando estas herramientas tecnológicas, sino cómo debemos usarlas, tanto los docentes como los discentes, para mejorar el objetivo de la educación, que no es otro que el aprendizaje; aprender más, aprender mejor, aprender más rápido y priorizar aquello que es más importante entre lo que es posible aprender.

Es más, necesariamente tendremos que enseñarles a nuestros jóvenes a utilizar estas tecnologías inteligentes, ya que formarán parte de su vida y de su trabajo.

Por supuesto que también tendremos que cambiar en muchos casos la forma en la que evaluamos a nuestros estudiantes. Pero teniendo en cuenta que la evaluación debe ser una parte más, y muy importante, por cierto, del proceso de enseñanza-aprendizaje, no un mero sistema de calificación ni de selección. De entrada, se me ocurren muchas formas en las que tanto mis alumnos como yo podemos aprovechar ChatGPT para aprender cosas nuevas, y no solo sobre IA sino, y sobre todo, en relación a lo que más nos diferencia de las máquinas. Una de esas cosas es que nosotros hacemos las preguntas, aunque las máquinas nos den cada vez mejores respuestas.

Eso sí, tengamos mucho cuidado con no equivocar las preguntas.


*Este artículo fue inicialmente publicado en gallego, en El Correo Gallego, el 16 de abril de 2023.

Suscríbete al blog por correo electrónico

Suscripción conforme al RGPD 2016/679.

 

Comentarios
  1. CÉSAR POLO dice: 18/04/2023 a las 09:24

    Quizá este tipo de aplicaciones ¿inteligentes? en lugar de ahorrarnos trabajo nos obliguen a invertir más tiempo y esfuerzo para completar de forma eficaz el proceso de enseñanza-aprendizaje. Todavía no he probado ninguna de estas aplicaciones inteligentes, pero se me ocurre que si podemos realizarles preguntas, la clave estará en el diseño de esas preguntas, en la identificación de las ideas principales de la respuesta obtenida y, finalmente, en la verificación de esas respuestas con referencia explícita a los textos y autores donde podemos encontrar esas ideas. Además, podemos obligar a nuestros alumnos a declarar expresamente el tipo de recurso (IA) que han utilizado para realizar sus trabajos.

  2. JM dice: 18/04/2023 a las 14:33

    Cuando se quiera evaluar la capacidad del alumno para escribir bien sobre un tema, habrá que hacerlo como ejercicios a mano el el aula. Por contra, cuando queramos ver su capacidad para utilizar todo tipo de herramientas en la resolución de problemas, y en concreto herramientas de inteligencia artificial como esta, tendremos que pedirles que hagan una lista de preguntas con las cuelas que consigan extraer eficientemente respuestas de cierta calidad de chat GPT. Son dos estrategias diferentes de evaluación, y hay que tener cuidado en tenerlas en cuenta.

  3. Leticia Artiles dice: 18/04/2023 a las 23:01

    He compartido y recomendado el artículo y mi reflexión en Linkedin
    El Chat GPT es un reto para profesores y alumnos en la educación superior. Entre los elementos sustantivvos está, en qué medida somos capaces desde el estrado académico de desarrollar el pensamiento crítico, el enfoque integral, integrador y ético para el tratamiento de la información, la construcción de conocimientos, la virtualidad vs la presencia analógica. Somos capaces de generar capacidades para la «duda cartesiana» . o la «teoría del decimo hombre» que conduce a la argumentación necesaria en función de la información obtenida. Estamos en un nuevo contexto donde la virtualidad nos acerca a la vida «Matrix» de un mundo paralelo irreal vivido. Estamos preparando los alumnos para este nuevo entorno. Es un reto para profesores y alumnos, cómo enseñamos y cómo evaluamos. Será posible el uso para la Investigación Formativa ¿cómo?. ¿validez de eficacia y contenido?. Buen tema del día para intercambiar

  4. Neila dice: 19/04/2023 a las 13:54

    Muy buena y necesaria reflexión. Ya estoy viendo docentes que adoptan prácticas para incorporar la IA a la clase y obtener de ella un aprendizaje: que los estudiantes le hagan a la IA las preguntas adecuadas; que juzguen si sus respuestas son mejorables…. Y cuando se encarga a los estudiantes trabajos «para casa», que los expongan oralmente y expliquen lo que han aprendido. Si les ha ayudado la IA o sus padres o su amiga que saca buenas notas, bienvenido sea mientras les haya servido para aprender. ¡Si no puedes vencerles, únete a ellos!

  5. Efren Barrera dice: 20/04/2023 a las 00:50

    La tecnología y su uso en los procesos educativos, obligan a los profesores a dejar » su zona de confort» y los lleva a tener que renovar los contenidos de sus clases permanentemente.


¿Y tú qué opinas?