Las FPU 2024: pocas luces y muchas sombras y dudas
Las FPU, conocidas por sus siglas provenientes de Formación Profesorado Universitario, son contratos de hasta cuatro años de duración que tienen como objetivo principal ayudar a estudiantes de doctorado que quieran hacer una tesis doctoral. Convertida ya en tradición navideña, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades apuró hasta casi el último día del año para sacar la orden de la convocatoria de becas FPU 2024, cuya convocatoria puede verse en este enlace.
Un poco de contexto sobre la convocatoria FPU a lo largo de los años
En la convocatoria FPU de 2022 ya se realizó un cambio importante y muy criticado, pero el cambio en esta edición va mucho más allá pues, de facto, elimina cualquier valoración que no sea la nota media del grado cursado.
Las FPU hasta 2021
Hasta 2021 la resolución de las ayudas tenía dos fases. La primera se refería a la nota del estudiante: por cada una de las ayudas convocadas se seleccionaba hasta un máximo de tres solicitudes elegibles. En la segunda se valoraba el proyecto de tesis (8%), la trayectoria académica y profesional del candidato (33%), el CV, la aportación al plan de formación del director (42%) y valoración del grupo científico (17%).
FPU de 2022 a 2024
En 2022 cambió a una sola fase en la que el 70% provenía de la nota media del expediente académico y un 30% de la evaluación de la trayectoria académica o profesional de la persona candidata. Sin embargo, no hay que olvidar, como señalaba en el artículo de hace un par de años, que la nota media en el esquema de las FPU 2022 y 2023 aunque suponía un 70% de la puntuación tenía una importancia bastante limitada pues la mayoría de solicitudes obtendría una puntuación cercana a 60 puntos, quedando otros 30 en juego donde las diferencias sí que serían mucho mayores entre candidatos.
FPU 2024
En las FPU de 2024 se cambia a un 80% de la nota media del grado ponderada por la diferencia entre la nota media en ese grado a nivel nacional y su universidad (el efecto máximo de corrección al alza o la baja será de 0,5 puntos). Además, la Comisión académica del programa doctoral de la solicitud debe dar una evaluación favorable al CV del director de tesis doctoral, lo que proporcionará al candidato un 10% de la nota. Otro 10% se obtiene con la evaluación favorable de la memoria del proyecto formativo y de la tesis doctoral por parte de la misma comisión. Es definitiva, sólo va a contar la nota media del grado pues (casi) todos los solicitantes obtendrán sendos certificados.
El cambio en las FPU 2024 es mayúsculo y, según tengo entendido, la decisión ha sido tomada por el ministerio de forma unilateral. Y lo que es peor, da la sensación de que se ha tomado esta decisión con el principal objetivo de disminuir los plazos de concesión, sin ningún análisis más allá de esto. En este artículo intento hacer de la forma más objetiva posible un análisis detallado de los pros, los contras así como posibles efectos no tan inmediatos que podrían derivarse de este cambio normativo.
Las luces
La rapidez. Una de las quejas continuas es la falta de rapidez en resolver la convocatoria (para un análisis detallado de los tiempos de resolución puede verse este tuit de @FPUinvestiga). Sería de esperar que si prácticamente lo único que hay que hacer es verificar expedientes que al menos se haga rápido. Esto sería sin duda una buena noticia, y así se evitaría que muchos estudiantes de doctorado pasen demasiado tiempo con la incertidumbre de si obtendrán financiación para sus estudios de doctorado o no.
El sueldo. Se sube de manera significativa el sueldo del primer año, buena noticia también.
Y hasta aquí las luces…
Muchas sombras
Cantidad de beneficiarios
En las FPU 2024 se han convocado 900 plazas, 50 menos que las 950 de las FPU 2023. Para ponerlo en perspectiva, en 2004 también se ofertaron 950 plazas (yo fui uno de los beneficiarios). Es decir, en veinte años no solo no ha aumentado el número de beneficiarios, sino que ha disminuido. Esto plantea dos problemas fundamentales:
- Una alarmante falta de inversión en Ciencia.
- La falta de recambio generacional en el ámbito universitario. No debemos olvidar que el objetivo de las FPU es formar a futuros profesores universitarios. Según las estadísticas del propio ministerio, más del 50% del PDI en España (más de 60.000 profesores) tiene más de 50 años.
La necesidad de un recambio generacional a medio y largo plazo es evidente, y con sólo 900 plazas al año no parece que se esté abordando con la intensidad deseable.
Falta de transparencia
En el artículo que publiqué hace dos años, defendía la necesidad de realizar un análisis estadístico riguroso para evaluar los efectos de los cambios normativos. Hasta donde sé, no se ha publicado ningún estudio al respecto. Ignoro si se ha llevado a cabo algún análisis interno, pero lo que sí puedo afirmar es que en diciembre de 2023 envié un correo electrónico al ministerio ofreciendo mi colaboración para realizar dicho análisis. Sin embargo, no recibí ninguna respuesta (el correo fue enviado a solicitantes.fpu@universidades.gob.es).
Falta de diálogo
Por lo que cuenta @FPUinvestiga, el cambio se ha realizado sin ningún diálogo con interlocutores válidos.
Muchos cambios en poco tiempo
Es posible que haya solicitudes que se han tenido que acomodar a tres reglas del juego diferentes (2021, 2022-2023, 2024). Está claro que cambiar las cosas cuando algo no funciona es deseable, pero también sería deseable una estabilidad en las reglas durante años.
Cambio de reglas a mitad de partido
Los economistas solemos ser muy pesados con esto, pero toca serlo otra vez. Estoy seguro de que muchos candidatos a FPU han estado los últimos dos años intentando mejorar su puntuación en la FPU según las reglas de la FPU 2022. Con el partido a punto de concluirse, el árbitro les dice que esos méritos ya no computarán, y como consecuencia, habrá una pérdida de tiempo y dinero para muchos de los interesados.
Pérdida de inversiones realizadas
Muchos posibles solicitantes habían invertido mucho tiempo, y seguro que mucho dinero para poder obtener una puntuación más alta en la FPU siguiendo el esquema de años anteriores. Todas esas inversiones se han ido al traste, cuestión que llevará a una lamentable pérdida de talento.
Pérdida de capital humano
Con este esquema de ayudas, sólo las notas excelentes tendrán cabida en el programa FPU, perdiendo mucho talento muy válido para la universidad. Yo tuve un 2,24 sobre 4, lo que ahora sería un 7,5. Con estos criterios no estaría ahora escribiendo estas líneas.
Para lograr calificaciones excelentes, es evidente que cuanto menos se diversifiquen las actividades durante el período universitario, mejor será la nota media.
El tiempo dedicado a cuidar de familiares, practicar deportes a nivel profesional o semiprofesional, trabajar o aprender idiomas —todas actividades que son beneficiosas tanto para el individuo como para la sociedad— puede verse perjudicado.
Se promueve así la idea de utilizar el tiempo exclusivamente para el estudio.
Justicia en las ponderaciones
Si la selección se basa casi exclusivamente en la nota ponderada, es fundamental que esta ponderación se realice de manera adecuada. Según las bases, la nota media ponderada del estudiante se calcula sumando su nota media y la diferencia entre las notas medias de las titulaciones con el mismo código ISCED en España y las de su universidad, dividiendo el resultado entre 2. Esta corrección no puede superar los 0,5 puntos. El objetivo de este ajuste es sencillo: compensar las diferencias en la facilidad o dificultad para obtener calificaciones altas en diferentes universidades de España.
Sin embargo, aunque la fórmula es sencilla y objetiva, pasa por alto que una universidad puede tener una nota media más alta por dos razones distintas: porque sus profesores son menos exigentes o porque sus estudiantes son más capaces. Aunque no es un indicador perfecto de la calidad estudiantil, las notas de acceso a la universidad pueden y deben utilizarse para evaluar dicha calidad.
Sería más justo elaborar la nota media ponderada incorporando la calidad de los estudiantes a través de sus notas de acceso, en lugar de basarse únicamente en los resultados obtenidos durante su formación universitaria.
Muchas dudas sobre la FPU 2024
Efecto llamada
Esta normativa va a atraer a expedientes con notas medias muy altas a aplicar a este programa que con la normativa anterior no lo hubiesen hecho. ¿Es esto positivo? Pues habrá en casos que sí, gente muy buena haciendo la tesis parece una buena noticia, y habrá casos en los que no pues es posible que desconozcan la idiosincrasia de la investigación en la universidad, y es razonable pensar que muchos verán defraudadas sus expectativas y que terminarán o bien dejando el programa antes de culminar la tesis o se dedicarán a otro tipo de trabajos donde es posible que la tesis no sea ningún valor añadido. Veremos.
¿Las mejores notas son mejores profesores universitarios?
Pues aunque no conozco ningún estudio y menos para España, la intuición y el conocimiento de casos me sugieren que la nota es un predictor, pero no el único y ni siquiera el más importante. Por lo que es posible que se sufra un descenso en la calidad del profesorado sólo por la selección inicial.
Mi visión
Dada la estructura habitual del doctorado en España, creo que las FPU y ayudas similares deberían ir destinadas principalmente a estudiantes que se incorporen a hacer la tesis inmediatamente después de cursar el máster correspondiente, inmediatamente después de terminar el grado. Esto implicaría que para septiembre del curso siguiente al máster, las ayudas estuvieran resueltas. El resto debería ir para estudiantes que, bien antes del máster o bien después del máster, hayan realizado tareas de asistente de investigación o similares. Siempre se debería poder acoger otro tipo de trayectorias pero deberían ser excepciones.
También creo que es imprescindible no expulsar del sistema a posibles candidatos que por los motivos que fuere no consiguieron notas espectaculares en el grado. Es complicado diseñar unos criterios razonables, pero los TFG y los TFM ofrecen la oportunidad de tener un posible resultado de las investigaciones del candidato que puede ser sujeto a evaluación objetiva.
Mis propuestas
- Aumentar el número de beneficiarios de las siguientes FPU y programas similares.
- Establecer una norma que dure en el tiempo negociada con los agentes involucrados.
- En caso de mantener la selección en base sólo a la nota media mejorar la justicia de la nota media ponderada incorporando la calidad de los estudiantes medido por las notas de acceso.
- Establecer un programa nacional complementario que pueda acoger a candidatos que con méritos de investigación puedan compensar a la nota media. En concreto, se podrían usar convocatorias como el programa Arquímedes para que los finalistas tengan directamente un contrato predoctoral.
- Realizar evaluaciones de los resultados obtenidos por los beneficiarios comparándolos con los resultados de esquemas anteriores de las FPU.
- Realizar un ensayo aleatorizado. Se harían dos grupos, un primer grupo y más numeroso alcanzarían la FPU por nota media ponderada, mientras que el otro grupo se formaría con estudiantes que superen la nota media mínima para acceder a este programa y resulten agraciados en un sorteo. De esta forma se podría analizar si una vez superada la nota media mínima es mejor establecer los beneficiarios por sorteo que por nota media ponderada.
Por último, termino con una reflexión. En este tipo de programas cualquier forma de elegir a los beneficiarios dará como resultados que todos los elegidos merecen ser beneficiarios, y dentro de los no elegidos la gran mayoría merecerían ser beneficiarios.
Totalmente de acuerdo con la opinión del autor. Las notas excelentes en el grado indican que el alumno ha cumplido con las expectativas, que se ha adaptado desde el primer curso a las normas establecidas, pero ¿es esto una confirmación de que el doctorando va a ser un buen investigador? desde mi experiencia lo dudo bastante. A un alumno lo empiezas a conocer cuando hace su TFG y posteriormente su TFM, ahí se marcan las bases de un buen investigador. Hay alumnos que siguen perfectamente las directrices de su tutor de TFG o TFM, pero no aportan más que su trabajo otros discuten, se plantean los resultados, proponen soluciones a los problemas que surgen. Estos dos tipos de alumnos no están relacionados con su expediente académico. Alumnos que han tenido que trabajar, que han tenido problemas familiares o simplemente que tenían otras inquietudes, han resultado excelentes investigadores. El expediente académico no debe ser el único requisito para alcanzar una beca FPU o cualquier otra, muchos alumnos tenían la posibilidad de empezar su investigación con su TFG e ir progresando, si su expediente académico no era excelente podían ir adquiriendo méritos y su grupo de investigación podía invertir su tiempo en su formación, probablemente al cabo de uno o dos años y a base de mucho sacrificio personal, podrían optar a conseguir el tanansiado contrato FPU. Si sólo cuenta el expediente ¿para qué se va a invertir tiempo en su formación? La máxima será, si tienes buen expediente, tendrás una beca que te permitirá hacer una Tesis y tendrás opción a seguir tu carrera investigadora, si tienes un expediente normal, ni lo intentes. ¡Bravo!!
Muchas gracias Dolores.
Julio
Gracias por el análisis, creo que con estos estándares se van a dejar fuera a muchas personas que tal vez no han tenido las mismas posibilidades (sobre todo económicas). Pongo mi caso, tengo una nota media de carrera de 8, me saque la carrera en el plazo de 4 años pero trabajando prácticamente a jornada completa pues en casa había necesidad y con las becas podía pagar los estudios pero no la comida, el agua, la luz… He tardado 10 años en poder estudiar un master (en su momento estaba ya desgastada y no tenía ni el tiempo ni el dinero para continuar), actualmente estoy sacando una nota media de 8 pero con niños pequeños a mi cargo y tirando del paro o de trabajos parciales, probablemente si hubiera tenido más facilidades económicas hubiera podido llegar a otro lugar y es una lastima tener que decidir entre proyecto familiar y proyecto profesional (esto nos pasa especialmente a las mujeres). Creo que este tipo de cortes dejan a muchas personas con capacidades pero en situaciones menos privilegiadas económicamente fuera y tal vez dichas personas –por sus trayectorias vitales– podrían aportar nuevas miradas en el campo de la investigación.
Aunque estoy de acuerdo que la nota no lo puede ser todo, he de decir que esta nueva medida no me parece del todo mala. Como persona con una media de 9.4 que se ha estado partiendo la espalada en los estudios cuatro años de grado y uno de master, a pesar de todo , me esta resultado muy difícil acceder a las becas. Por ejemplo la beca FPI, que sigue la misma lógica que la FPU más o menos, pide muchas más cosas que la nota media como publicaciones, estancias en el extranjero, conferencias etc. Es disparatado que pidan todos esos méritos cuando apenas eres un estudiante que acaba de salir de la carrera. Quizás en el campo de ciencias sea más fácil hacer ese tipo de prácticas, pero en letras ni vas a publicar ni te van a contratar para estancias sin doctorado o reputación. Así que aunque es verdad que la nota no lo es todo, lamentablemente no todos los estudiantes tenemos un tutor con mucha reputación, un puñado de publicaciones y conferencias suficientes para cubrir muchos de los requisitos que injustamente se nos han estado imponiendo en las becas hasta ahora.