Una nueva cita con ARWU Top-1.000 para iniciar el curso
Cinco años de ARWU Top-1.000
El 15 de agosto, coincidiendo con una fiesta grande en España, se publicó una nueva edición del ARWU también conocido como ranking de Shanghái, posiblemente el más influyente para las instituciones de Educación Superior, desde su aparición en el panorama mundial en 2003. La mayoría de los periódicos nacionales se apresuró a redactar noticias sobre la nueva edición con un interés especial sobre el comportamiento de las universidades españolas.
Uno de los periódicos de mayor tirada nacional contactó con uno de nosotros para preguntar por los motivos del descenso de las universidades españolas en la edición del 2023. Sin haber podido haber hecho un análisis detallado, la respuesta fue inmediata:
«Yo no hablaría tanto de varapalo para las universidades españolas, como de la pujanza de China. Al final, los rankings reflejan posiciones relativas. Tú puedes mantener una buena marca, pero si alguien te supera vas a bajar». Julio del Corral.
Para este post, he invitado a aportar puntos de vista, a revisar datos y a completar mis argumentos, a mi colega Carmen Pérez Esparrells, con la que mantengo una habitual colaboración en los análisis del ARWU (véaso aquí mismo, para el año 2022). En esta ocasión, hemos querido realizar un análisis geopolítico, mostrando la evolución por países y áreas desde hace un lustro, que fue la primera edición con 1.000 universidades (hasta 2016 fueron 500; en 2017, 800 y, desde 2018, 1.000) hasta la que nos ocupa. También se muestra en detalle la evolución de las universidades españolas (tabla 1).
Igual que el número de pasajeros en los mayores aeropuertos internacionales del mundo predice el comportamiento de la economía del país, el número de universidades en el ranking de Shanghái predice el desarrollo tecnológico y el crecimiento del ecosistema innovador de un país.
Algunos datos de interés
Movimientos de entrada y de salida
En primer lugar, aunque el país con más apariciones de universidades en ARWU 2018 o ARWU 2023 sigue siendo Estados Unidos con 228 universidades, le sigue muy de cerca China con 197. Muy lejos de ellos se sitúan Reino Unido y Alemania, países que en las primeras décadas de esta clasificación eran hegemónicos y que, sin embargo, muestran el inicio de un “declive”, salvo casos bien conocidos.
España mantiene una trayectoria estable y se sigue colocando el octavo país del mundo con más universidades (39).
Más interesante puede ser analizar la dinámica de las universidades analizando las que entran nuevas y las que salen. La mayoría de las universidades que entran nuevas en 2023 se debe a que, en 2018, estaban situadas por debajo del Top 1.000 y, ahora, se sitúan por encima. Pero, también podría ser por un cambio en el nombre de la universidad o incluso por haberse integrado varias en una sola (no olvidemos el impacto de las fusiones y los campus de excelencia universitaria en el ranking de Shanghái, como se comentaba en este post).
Del total de universidades nuevas (187), 74 pertenecen a China. Casi un 40% de las Top-1.000 corresponde al gigante asiático, una posición de dominio que ocurre no solo en el sector universitario, sino en otros sectores con fuerte innovación y tecnología.
Solo hay seis países (de los 24 con más de 9 universidades) en los que las universidades que entran nuevas son más que las que salen. China es el país que más destaca, con 12 universidades nuevas por cada una que desparece. España es el siguiente país que tiene la ratio más alta de universidades nuevas y universidades que desaparecen con 6. Asimismo destaca Arabia Saudí con 8 universidades nuevas por ninguna desaparición, un país que es también tendencia mundial en otros sectores estratégicos.
Movimientos en la calidad
Al comparar las universidades que mejoran con las que empeoran por país, China destaca aún más, acortando a pasos agigantados su hegemonía frente a Estados Unidos.
Sólo tres países tienen más universidades que mejoran respecto a las universidades que empeoran: China, Australia y Suiza.
Australia y Suiza (con un fuerte componente tecnológico) tienen una cifra ligeramente superior de universidades que mejoran respecto a las que empeoran. En cambio, China cuenta con unas 16 universidades que mejoran por cada universidad que empeora. Es decir, no hay ningún país que siquiera se acerque al comportamiento de las universidades del gigante asiático. En la tabla 2, se agrupan los países por áreas: Europa, América del Norte (Estados Unidos y Canadá), Asia, Oceanía, América del Sur y Central, África y China que se considera como área en sí misma.
Agrupando las universidades nuevas y las que mejoran, solo hay un área que supere el 50% respecto del total de universidades, y es África, el continente que está despertando. China alcanza el 94%, lo que evidencia una vez más lo que ha progresado en estos últimos cinco años. Las cifras de Europa y América del Norte son similares entre sí, si bien se aprecia que en América del Norte hay más universidades que han empeorado (58% por un 45% en Europa). Por el contrario, se incorporan muchas más universidades europeas que norteamericanas (14% en Europa por un 4% en América del Norte), lo que permite observar la capacidad de resistencia del viejo continente.
Las universidades españolas en la carrera por la reputación
Entender los indicadores ARWU
En cuanto a las universidades españolas, presentaremos los cambios entre 2023 y 2022 y los cambios entre 2023 y 2018. Asimismo, se pueden analizar los cambios en el ranking calculado como los cambios en los rangos (1-100, 101-150, etc.).
Son muy pocas las universidades españolas que han conseguido mejorar su posición en 2023 tanto respecto a 2018 como a 2022. La carrera por la reputación universitaria es frenética.
En concreto, solo cuatro universidades han conseguido mejorar el rango entre 2022 y 2023: la Universidad de Oviedo, la Universidad de Alicante, la Universidad de las Islas Baleares y la Universidad de Castilla-La Mancha. Es importante tener en cuenta, como expusimos en el post ya citado más arriba, que la forma más sencilla de subir en ARWU es principalmente incrementando el número de investigadores altamente citados o bien el número de artículos en Nature y Science.
En un año, estas cuatro universidades mejoraron su cifra de investigadores altamente citados: de uno a dos en la Universidad de Alicante y la Universidad de las Islas Baleares y de ninguno a uno en la Universidad de Oviedo y en la de Castilla-La Mancha.
Estos movimientos son todo un logro, si tenemos en cuenta los presupuestos que manejamos para I+D+i en nuestro país.
O descuidar la carrera reputacional…
Un aspecto relativamente preocupante es que son muchas las universidades españolas que han perdido posiciones en ARWU 2023 respecto de 2018 o 2022. Ya hemos repetido a menudo que España no es líder en las primeras posiciones del ranking de Shanghái. Su fortaleza consiste en mantener un número alto de universidades en el Top 1.000. Incluso comparando con 2018 hay más universidades españolas y, cómo se ha visto, muy pocos países han conseguido no resultar afectados por el empuje de China. En la tabla 4 tabla se puede ver el comportamiento para cada universidad española en ARWU entre 2023 y 2022, y 2018.
En resumen, aprovechemos la gran oportunidad que pueden tener nuestras universidades con movimientos estratégicos como el de las Alianzas de las Universidades Europeas o los Campus de Excelencia Internacional que todavía continúan funcionando de manera activa.
¡Como dicen los anglosajones, BE BOLD!
Más sobre ARWU en universídad
Desde 2009 el Academic Ranking of World Universities (ARWU) ha sido publicado y registrado por Shanghai Ranking Consultancy, una organización totalmente independiente al servicio de la Educación Superior, que no está legalmente subordinada a ninguna universidad ni agencia gubernamental. ARWU utiliza seis indicadores objetivos para clasificar las universidades del mundo, incluido el número de antiguos alumnos y personal galardonado con Premios Nobel y Medallas Fields; el número de investigadores altamente citados seleccionados por Clarivate; el número de artículos publicados en revistas de Nature y Science,; el número de artículos indexados en Science Citation Index Expanded y Social Sciences Citation Index y en Web of Science, y el rendimiento per cápita de una universidad.
Metodología.
Si «la forma más sencilla de subir en ARWU es principalmente incrementando el número de investigadores altamente citados o bien el número de artículos en Nature y Science», quizá es un indicio significativo de la poca utilidad de ARWU y su metodología para medir y clasificar universidades. El que apenas se discuta la pertinencia de su metodología, al menos públicamente (no sé si los especialistas en métricas suspiran profundamente cada vez que se publica una nueva clasificación de ARWU), no deja de sorprenderme.
Excelente entrada con un muy buen análisis que explica la bajada en posiciones y desaparición de universidades ha sido bastante generalizada con el elemento diferencial del gran crecimiento de las universidades chinas , pais que ha incrementado notablemente los presupuestos en estas instituciones y en I+D, estaría bien que alguno de los ránquines globales universitarios fueran incorporando algún indicador de eficiencia introduciendo el presupuesto por estudiante con que cuentan esas universidades. Tengo entendido que en el THE se están planteando hacerlo. Desde luego, hay que recordar aquello de que hay cosas que por sabidas ya no se dicen y de no decirlas parece que hasta se olvidan. El logro de la adecuada suficiencia financiera es bastante determinante del desempeño de las instituciones académicas y por ello el tema central como bien reiteran los expertos de cualquier reforma universitaria, por ello ojala que pronto se pueda cumplir el compromiso que en materia de financiación establece el art 55 de la LOSU.
El análisis es excelente, pero deja fuera claves fundamentales que deberían llevarnos a una reflexión profunda del papel que juegan los rankings, de su significado, y de las perversiones que los acompañan. Coincido plenamente con la entrada de Javier. El ranking no establece la calidad de las universidades, ni de su enseñanza, ni tampoco de su investigación y puede pervertirse de manera relativamente fácil con dinero; por ejemplo, y no sólo: https://elpais.com/ciencia/2023-04-18/arabia-saudi-paga-a-cientificos-espanoles-para-hacer-trampas-en-el-ranking-de-las-mejores-universidades-del-mundo.html
Para Javier: Efectivamente uno de los problemas de ARWU es la fuerte dependencia de incrementos marginales en algunos indicadores. Aunque sólo es un problema importante para posiciones por debajo del Top-100, es importante tenerlo en cuenta. Hay que tener en cuenta que en sus inicios sólo medían 500 universidades y al ampliar a 1.000 esta deficiencia se hace más visible.
Para Juan J: Muchas gracias. En las próximas entradas hablaremos sobre rankings tenemos previsto hablar de presupuestos. En cuanto a si los rankings tienen que tener en cuenta o no variables de eficiencia me temo que los que nos dedicamos a medir la eficiencia tenemos perdida esta batalla. Una vez escuché a un pope del tema decir algo así como «a un padre le importa poco si la universidad a la que va a mandar a su hijo es eficiente o no, le importa si tiene reputación o no». Ojalá se hagan más análisis de eficiencia de universidades y sistemas universitarios y que estos tengan cierta relevancia en el debate.
Muy interesante el artículo sobre los cambios reales de las universidades españolas en este ranking. Soy profesora en Humanidades. ¿Mis proyectos, publicaciones, doctorandos, premios… sirven para algo en este ranking?
Con las limitaciones que ya se han señalado en el texto y en los comentarios, observo que la situación española es: 1 desaparece del ranking, 27 empeoran (¡27!), entran 5 y nuevas 6. Tendremos 39 universidades en el ranking, el octavo país, pero… la sensación general es que vamos a peor (comparativamente) ¿no?
[…] talento extranjero pese a limitaciones de sueldos o de ubicaciones geográficas, llegar a los principales rankings internacionales, evitar la fuga de alumnos y saber publicitarse para seguir captando de dentro y de […]