“Ciencia Ciudadana”: des-conocimiento y valoración de los ciudadanos

La Ciencia Abierta implica una “forma diferente de hacer, pensar y difundir la ciencia”. Los expertos de este blog han reflexionado sobre los diversos temas que han de abordarse para desarrollar este nuevo paradigma científico, y que no quede en el “desván de retóricos eslóganes vacíos”. Hoy, nos centramos en la dimensión de la Ciencia Ciudadana.

¿La Ciencia Ciudadana es ya una realidad?

Entre otros aspectos, el desarrollo de la Ciencia Abierta requiere involucrar a toda la sociedad en la investigación científica. En este contexto, y bajo la etiqueta de “Ciencia Ciudadana”, la UNESCO (2021) destaca la importancia del apoyo y la participación de los ciudadanos en todo el proceso científico. Esto abarcaría desde la definición de los problemas a estudiar hasta la recogida de datos y análisis de los resultados. En cada uno de estos procesos, los ciudadanos y ciudadanas pueden ser los principales protagonistas.

La etiqueta de “Ciencia Ciudadana” hace referencia al apoyo y la participación de los ciudadanos en todo el proceso científico

Todos sabemos que la Ciencia Abierta está aún en vías incipientes de desarrollo y que la práctica real aún puede estar distanciada de los patrones, aún teóricos, que se persiguen. El caso de la dimensión de su Ciencia Ciudadana no es diferente, al menos en España.

Es cierto que, en esta línea y empujados por iniciativas europeas, se están llevando a cabo proyectos que tratan de conseguir estas metas. Entre ellos cabe destacar la plataforma EU-Citizen.Science, que tiene como objetivo “el intercambio de conocimientos, herramientas, formación y recursos para la Ciencia Ciudadana”. En este proyecto europeo participan la FECYT, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Fundación Ibercivis, institución ésta que aglutina la mayor parte de las iniciativas que se están llevando a cabo en España en este ámbito.

Asimismo, las propias universidades están lanzando experiencias incipientes de science shops u otros canales en los que la sociedad comunique a las universidades los problemas susceptibles de investigar y los investigadores busquen las soluciones científicas a los mismos.

Se podrían implementar diversas opciones a través de las cuáles la sociedad podría comunicar a las universidades los problemas susceptibles de investigar y, así, los investigadores buscar las soluciones científicas a los mismos

Un ejemplo serían los Open Labs de la alianza de universidades europeas CIVIS, o las diversas science shops aglutinadas en la red internacional Living Knowledge. Pero también existen iniciativas académicas y de alcance más modesto, como los Trabajos de Fin de Grado participativos, en los que la investigación desarrollada por estudiantes se pone al servicio de la sociedad, combinando experiencias de Ciencia Ciudadana y Aprendizaje Servicio.

¿Qué opinan los ciudadanos españoles sobre la Ciencia Ciudadana?

Cuando se propone involucrar a la sociedad en las actividades científicas se habla de incorporar en estas actividades a “ciudadanos de a pie”, no a expertos. Es interesante comentar en este contexto los resultados del Proyecto “Diagnóstico de la Open Science en la Universidad Española e Instrumentos para su Transformación y Mejora” (Proyecto DOSSUET).

En el marco de este proyecto, desde el Instituto INAECU se han analizado el conocimiento, las actitudes y las motivaciones que determinan el posicionamiento de los ciudadanos españoles ante la corriente científica que habría de implicarlos.

En concreto, se ha consultado a más de 1.000 personas residentes en las distintas comunidades autónomas, incluyendo igual proporción de hombres y mujeres y diversos estratos de edad, de ocupaciones y de nivel de estudios. Los datos muestran que los ciudadanos, hombres y mujeres, se sienten poco informados sobre qué es la Ciencia Ciudadana. No obstante, su opinión sobre la misma es bastante positiva, siendo muchos los que hacen una valoración favorable del impacto de la Ciencia Ciudadana en los próximos años.

La etiqueta “Ciencia Ciudadana” está bien valorada por los ciudadanos, tanto mujeres como hombres, aunque tengan poco conocimiento sobre el tema.

Esta discrepancia entre la poca información y experiencia que se admite tener sobre la Ciencia Ciudadana y la buena valoración que se hace de la misma y de su impacto, parece explicarse por la posición que muestran los ciudadanos con respecto a la ciencia en general. De hecho, las actitudes positivas que llevan a una buena valoración de la ciencia y la tecnología, coinciden con una buena valoración de la etiqueta “Ciencia Ciudadana”, aunque no se sepa muy bien qué significado tiene ésta.

En cuanto a la participación en experiencias de Ciencia Ciudadana, los pocos encuestados que han participado en proyectos científicos lo han hecho sólo aportando la información que se les ha requerido (contributory projects) a través de encuestas, entrevistas, etc.

Sin embargo, el desarrollo efectivo de la Ciencia Ciudadana requiere impulsar la realización de proyectos diseñados conjuntamente por investigadores y ciudadanos (co-created projects). Es decir, requiere de una participación activa de los ciudadanos en la mayoría de las actividades del proyecto, y no que jueguen un rol de meros proveedores de información.

En síntesis, y ateniéndonos a los datos de este estudio, podríamos decir que el movimiento de la Ciencia Ciudadana, que lleva ya años desarrollándose en Europa y en el resto del mundo está en un desarrollo incipiente en España. En definitiva, los hipotéticos protagonistas, los ciudadanos en general, tienen todavía poco conocimiento teórico y práctico la Ciencia Ciudadana.

El escaso conocimiento teórico y práctico que se tiene de la Ciencia Ciudadana es un indicador más del lento desarrollo que el movimiento de la Ciencia Abierta está teniendo en España

Y este hecho, es un indicador más del lento desarrollo del movimiento de la Ciencia Abierta en España, asociado a limitaciones y barreras que frenan su desarrollo, ya identificadas (por ejemplo, Sánchez y De Filippo, 2022). En todo caso, y en lo que tiene que ver con la Ciencia Ciudadana, creemos que es necesario profundizar en el estudio de los procesos psicosociales que permitan comprender y explicar la participación voluntaria de los ciudadanos en proyectos científicos. La identificación de estos procesos permitiría impulsar la necesaria participación de la sociedad en todas las fases de la actividad investigadora, respondiendo así a un objetivo fundamental de la ciencia abierta.

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Para más información sobre el concepto de Ciencia Abierta y su implementación en España, se pueden consultar los resultados de investigación publicados en abierto del Proyecto “Diagnóstico de la Open Science en la Universidad Española e Instrumentos para su Transformación y Mejora” (DOSSUET), disponibles aquí.

 

 

Comentarios
  1. Carmen Pérez Esparrells dice: 07/09/2023 a las 09:34

    Excepcional reflexión de mis compañeras, no puedo estar más de acuerdo. Enhorabuena también a todos mis colegas del INAECU por su excelente investigación

  2. J dice: 07/09/2023 a las 11:01

    la ciencia ciudadana es una idea interesante, pero difícil de llevar a la práctica mas allá de lo anecdótico o puntual. La razón principal es que en la mayor parte de las disciplinas científicas, se requieren conocimientos avanzados y bastante especializados para distinguir el polvo de la paja, las contribuciones relevantes de las que no lo son en absoluto. El proceso peer-review de las revistas y congresos serios aplica filtros estrictos en los que se juzga la contribución de un trabajo de investigación a la literatura. Difícilmente una propuesta popular puede dirigir un proyecto hacia un objetivo científicamente relevante. Eso no significa que no haya que intentarlo siempre que sea posible, ya que fomenta la conexión entre la ciencia y la sociedad, pero de forma limitada. Si se generalizase este tipo de iniciativas probablemente se derrocharían muchos recursos de investigación en temas de poca enjundia pero desconocidos por la sociedad.

  3. J dice: 07/09/2023 a las 11:10

    Mas aun, ¿es socialmente deseable dar entrada a la sociedad? Porque la sociedad es diversa y formada por múltiples grupos con intereses distintos, y en un proyecto vamos a encontrar un grupo concreto, que van a tratar de sesgar los resultados de acuerdo con sus intereses y objetivos. No es igual de creíble la investigación en medicamentos de equipos independientes en una universidad, que la desarrollada por científicos de un laboratorio comercial. Dar entrada a grupos sociales implica reducción de independencia del investigador. Algunas preguntas relevantes son: ¿que gana un investigador sometiendo su independencia de criterio a la voluntad de un grupo social concreto? ¿y que gana la ciencia y la sociedad en su conjunto de este sometimiento? Es un debate muy interesante, gracias por sacar el tema.

  4. Javier Benayas dice: 11/09/2023 a las 15:51

    Hola J. gracias por abrir el debate, pero es obvio que la investigación que se puede hacer con los ciudadanos no es de las mismas características que las que hace un investigador en su laboratorio o en su despacho. Tener personas en distintas localizaciones geográficas en las que anotan cuando llegan las golondrinas o las cigüeñas a sus nidos; o en que fecha florece el cerezo o el almendro; o tienen una pequeña estación meteorológica en su casa; o incorporan fotos de cada uno de los animales e insectos que encuentran en su jardín o en sus paseos por el campo……Todos estos son casos concretos en mi ámbito de trabajo en los que la ciencia ciudadana esta desempeñando un papel importante aportando información que para los investigadores requeriría mucho tiempo y dinero. Pero sobre todo hace que el ciudadano se acerque a la ciencia y se sienta participe y útil en proyectos colectivos


¿Y tú qué opinas?