El crecimiento de las universidades privadas y el caso de la Comunidad de Madrid

¿Qué está pasando en el sistema universitario madrileño? Las universidades públicas de la región atraviesan desde hace años serios problemas económicos resultado de la falta de actualización de los presupuestos autonómicos dedicados a costearlas.

A su vez, varios proyectos de nuevas universidades privadas han sido aprobados en los últimos años. Esto se interpreta como una deferencia del gobierno madrileño hacia el sistema privado en detrimento de las universidades públicas de las que es responsable.

Lo cierto es que no puede sorprender. La Comunidad de Madrid es la segunda región con mayor proporción del alumnado en enseñanzas no universitarias matriculado en centros privados. Es también la segunda que mayor porcentaje dedica de su presupuesto público educativo a conciertos y subvenciones de la enseñanza concertada, solo por detrás del País Vasco. Pueden consultar dichas cifras en Indicadores comentados sobre el estado del sistema educativo español.

La inclinación de los gobiernos autonómicos de Madrid por la educación privada nunca ha sido un secreto. Si la situación actual causa sorpresa es porque el nivel universitario había permanecido relativamente ajeno a dicha dinámica, con un número limitado de universidades privadas y una inmensa mayoría del alumnado matriculado en universidades públicas.

Pero, ¿qué es exactamente lo que está ocurriendo con la universidad privada en la Comunidad de Madrid? ¿Es un fenómeno exclusivamente madrileño? En lo que sigue trataré de responder a dichas preguntas utilizando cifras extraídas del Sistema Integrado de Información Universitaria sobre la evolución del alumnado matriculado en universidades públicas y privadas en Madrid y en el resto del país.

La evolución del alumnado de grado en las universidades de Madrid y el resto del país

En los últimos 10 años, en España se han inaugurado nueve nuevas universidades privadas, cinco de las cuales están en Madrid. La región ha pasado de contar con ocho universidades privadas a trece, a la vez que mantenía sus seis universidades públicas.

Si nos fijamos en la evolución del alumnado matriculado en grado en la región desde el curso 2014-2015 (e ignoramos un pequeño número de alumnos aún matriculados en el plan antiguo), la conclusión es clara.

El alumnado privado prácticamente se ha duplicado (pasando de unos 45.000 alumnos a 80.000). A su vez, el alumnado público ha permanecido relativamente estable (aunque en los últimos tres años la tendencia es decreciente).

Si en el curso 2014-2015 había 3,7 alumnos en la universidad pública por cada alumno en la universidad privada en Madrid, esa ratio ha caído a 2,2 en el curso 2023-2024.

La situación de las universidades en el resto del país

Observando las cifras del resto del país (el total menos Madrid), verán que el crecimiento de la universidad privada es de similar magnitud.

De los 120.000 alumnos en universidades privadas en el curso 2014-2015 se ha pasado a 220.000 en el curso 2023-2024 (de nuevo, casi el doble). Entre tanto, el alumnado público fuera de la región de Madrid permanece estable en torno a los 900.000 alumnos. Así pues, de 7,7 alumnos públicos por cada alumno privado se ha pasado a 4,1.

Siendo cierto que la dimensión del sistema privado es mucho mayor en Madrid que en el resto del país, la evolución del alumnado privado en estudios de grado dentro y fuera de la región en los últimos diez años ha sido muy parecida.

¿Y qué pasa con los máster?

La privatización de los estudios de grado siempre se ha visto limitada por las grandes diferencias en el coste de la matrícula entre los sistemas público y privado. Asumiendo que no se repetirán muchas asignaturas, en la universidad pública el alumnado se hará cargo de algo así como el 15% del coste real de sus estudios de grado, mientras que asumirá el 100% en la universidad privada.

Ahora bien, en el nivel de máster la cosa es distinta, en tanto que el alumnado del sistema público asume una proporción muy elevada del coste de la matrícula. Así pues, si en algún lugar es razonable esperar un fuerte crecimiento de la universidad privada es en el nivel de máster.

Y así ha sido. La matrícula en máster en universidades privadas de la Comunidad de Madrid ha pasado de algo más de 15.000 alumnos en el curso 2014-2015 a 30.000 en el curso 2023-2024; otra vez el doble.

El crecimiento ha sido tal que en el curso 2023-2024 hay más alumnos de máster en universidades privadas que en universidades públicas, situación nunca vista desde la llegada de los máster en 2006.

No obstante, si se fijan en el resto del país, verán que el crecimiento de los últimos diez años también ha sido voraz. Se ha pasado de unos 30.000 alumnos de máster en universidades privadas a casi 120.000, casi igualando el número de alumnos en universidades privadas.

Eso sí, buena parte de ese crecimiento se debe a una única universidad privada, la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que entre 2009 y 2023 ha pasado de cero alumnos de máster a 45.000.

¿Qué es lo auténticamente distintivo de las universidades de la región madrileña?

Con este último apunte, nos adentramos ya en lo auténticamente distintivo sobre el fenómeno madrileño. La presencialidad de las universidades privadas.

Como pueden ver en el segundo gráfico adjunto, la universidad privada no presencial en la Comunidad de Madrid es anecdótica, tanto en grado como en máster. Se limita al pequeño alumnado matriculado en la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA)

Todo el crecimiento del sistema universitario privado madrileño se ha producido en la educación presencial.

La situación es radicalmente distinta en el resto del país. A nivel de grado, el crecimiento de la educación presencial y no presencial es de idéntica dimensión (las rectas son totalmente paralelas).

A nivel de máster, mientras que apenas hay crecimiento en las universidades presenciales, la matriculación en universidades privadas no presenciales se ha disparado, pasando de menos de 15.000 alumnos en el curso 2014-2015 a nada menos que casi 90.000 en el curso 2023-2024.

Así pues, si algo distingue el caso de la región madrileña de lo que se observa en el resto del país no es el fuerte crecimiento de la educación privada, sino el avance de la educación privada presencial.

Conclusión

En resumen, si bien la dimensión de la universidad privada en Madrid en relación con el sistema público es mucho mayor que la observada en el resto del país, el crecimiento a lo largo de la última década es parecido.

Tanto dentro como fuera de la región madrileña, y tanto en grado como en máster, el tamaño del alumnado matriculado en universidades privadas se ha al menos duplicado en los últimos diez años.

Lo auténticamente definitorio del caso madrileño no es eso, sino el hecho de que todo el crecimiento observado en el sistema privado se debe a la universidad presencial, mientras que fuera de Madrid dicho crecimiento se debe en gran medida a las universidades no presenciales.

Dicho de otra forma, mientras que el alumnado privado en Madrid ha crecido a base de universidades presenciales que compiten con las universidades públicas de la región por el “alumnado típico universitario” (el que acaba estudios de bachillerato para comenzar un grado), en el resto del país ha crecido a base de universidades no presenciales que compiten con la UNED (dependiente del Estado) por el “alumnado de segunda oportunidad” (el que cursa estudios universitarios generalmente en otras etapas de su vida).

Y eso tiene consecuencias notables. A diferencia de lo que ocurre en los niveles preuniversitarios, el sistema público universitario ha gozado tradicionalmente de más prestigio que el privado.

El alumnado más brillante ha solido elegir la universidad pública, mientras que el sistema privado, salvo contadas excepciones, ha sido el refugio de quien no alcanzaba la nota mínima de acceso en el sistema público.

Parece que los tiempos pueden estar cambiando en la Comunidad de Madrid, pero no por nada, sino por una manifiesta infrafinanciación de la universidad pública y una generosidad igualmente notoria con los nuevos proyectos de universidad privada.

Veremos cuáles terminan siendo las consecuencias últimas de todo ello para la viabilidad de las universidades públicas madrileñas (obligadas a redimensionarse ante el trasvase de alumnado al sistema privado) y para la calidad global del sistema universitario de la región.

 

Comentarios
  1. Javier Aranguren dice: 24/04/2025 a las 11:05

    Los datos están bien, pero tu conclusión me parece muy limitada. Por un lado, tenía más prestigio la pública porque era la que existía porque la financiamos todos. Algunas privadas (Comillas, UN, Cunef…) tenían prestigio de sobra. Por otro, ¿no habrán empezado los alumnos y familias a valorar también la atención que reciben, el deseo de educar de sus profesores, la rapidez en que se pusieron medios en la pandemia y en otras situaciones más ordinarias si ocurre algo, la ausencia de masificación, la mínima politización y el ambiente de trabajo, la cercanía de toda la comunidad universitaria? Con mucho menos presupuesto muchas privadas hacen mucho más que muchas públicas. Me parece que esa competencia y perder el monopolio será muuuuuy saludable para todos.

    ¿Has pensado lo que podría ocurrir si hubiera cheque escolar?

  2. Miguel Angel dice: 24/04/2025 a las 17:12

    Buen post. “ El alumnado más brillante ha solido elegir la universidad pública, mientras que el sistema privado, salvo contadas excepciones, ha sido el refugio de quien no alcanzaba la nota mínima de acceso en el sistema público. ” Esa era la cruda y dura realidad hasta ahora.

    La universidad pública no debe educar (civismo, urbanidad, decoro) ni siquiera transmitir conocimiento. Es un espacio donde formar ciudadanos críticos, responsables y solventes que generen actividades/productos/conocimiento para la sociedad que financió sus estudios. En la universidad privada se confunde doctrina con libertad de cátedra, valores con competencias, élite con mérito, productividad con saberes, cuota de membresía con tasas, coaches con profesorado…

  3. Luis dice: 24/04/2025 a las 17:34

    Interesante artículo pero considero que sería conveniente que el autor aportase datos de evolución de la financiación de las universidades públicas madrileñas, y de evolución de financiación de universidades públicas del resto del país, para que el lector estuviera en condiciones de evaluar la opinión:
    «Parece que los tiempos pueden estar cambiando en la Comunidad de Madrid, pero no por nada, sino por una manifiesta infrafinanciación de la universidad pública y una generosidad igualmente notoria con los nuevos proyectos de universidad privada».

  4. lufern dice: 25/04/2025 a las 19:09

    El convenio de profesorado de universidades privadas fija una dedicación de 415 horas anuales de docencia para profesorado a tiempo completo. Además, todo el profesorado, en general, tiene tareas de gestión incluidas. Fuera de un núcleo de profesorado a timepo completo, la universidad privada tiende a contar con muchos profesorado temporal a tiempo parcial «por horas» combinando actividad profesional/empresarial (ocasionalmente algunos incluso como colaboradores autónomos). Todo en aras de la minimización de costes que también incluye muy contadas excepciones de descarga docente para labores de más alto nivel, tanto de gestión como de escasos casos de I+D.
    El mayor éxito de las privadas es su inversión en atención al cliente (alumno, pero sobre todo padres o similares), especialmente con personal no docente muy dedicado al respecto aunque también con grupos reducidos y mucha dedicación personalizada docente al alumno. aspecto físico de instalaciones (que suele ser más sencillo al ser sus instalaciones más recientes e invertir en su aspecto externo desde el inicio). Esta vocación de servicio, tan difícil en los procesos de universidad pública (especialmente en el apartado no docente, pero también obviamente en el docente, cuya promoción depende más de investigación que de «méritos docentes»), atrae el esfuerzo económico y personal de las familias, especialmente si sus hijos no entraron por nota en centros públicos (bien porque el nivel de nota de acceso es muy alto por escasez de plazas en centros públicos o porque no son alumnos de alto nivel): saben que, aunque mayores de edad, pueden contar con los alumnos firmen un acuerdo para que sus padres sean informados de asistencia (se registra todos los días y en todas las clases), notas de evaluación continua, etc. y que pueden tener reuniones con responsables docentes para obtener asistencia para el progreso académico de su hijo.

  5. Jzm dice: 27/04/2025 a las 08:55

    El problema básico es que una universidad no es un colegio. El tipo de profesorado que,se requiere en una y otra no es comparable. Una buena universidad necesita investigadores activos, y muchos padres y futuros estudiantes no tienen ni idea de ello. Existen universidades publican privadas con buenos departamentos, y algunas públicas von malos departamentos. Pero lo habitual, de forma bastante marcada es lo contrario. Entre otras cosas oor el coste. Una universidad privada de alta calidad necesitaría una matrícula de unos 25-30 mil euros mínimo, y en másteres casi el doble.

  6. IVGC dice: 30/04/2025 a las 15:53

    Buenas tardes
    Me gustaría saber cuál es el procedimiento para ingresar como profesor
    Gracias

  7. […] es sabido, el número de universidades privadas en España ha aumentado de un modo considerable. Con arreglo a los datos públicos referidos al curso […]


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